David Cuesta, secretario general de los populares en Gijón, recuerda que es parte «del entorno arquitectónico y la fisonomía histórica del colegio», critica la voluntad de derribo del consejero Zapico, y afea al Gobierno regional que desatienda «los problemas que afectan hoy a nuestra comunidad»

La reciente reapertura de ese melón latente y recurrente que es el monumento ‘Héroes del Simancas’, expuesto en la fachada del Colegio de la Inmaculada, sigue añadiendo ‘comensales’ al intercambio de posturas antagónicas sobre el futuro de dicha escultura. Después de que varias asociaciones reclamasen su definitiva retirada, al considerarlo un vestigio de la dictadura franquista en Gijón, y de que este miércoles Ovidio Zapico, consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda y Derechos Ciudadanos, adelantase la existencia de un documento que posibilitaría esa demolición, ayer jueves le tocaba el turno a David Cuesta, secretario general del Partido Popular (PP) en la ciudad… Quien aportaba una visión radialmente distinta a las anteriores. Y es que, con sus declaraciones a los medios, Cuesta mostraba su firme oposición a cualquier intervención tendente a acabar con el monumento de la discordia, y criticaba la pretensión de Zapico de acabar con la pieza, obra del escultor Manuel Álvarez-Laviada.
«Se trata de un monumento que forma parte del entorno arquitectónico y de la fisonomía histórica del colegio, y cuyo valor patrimonial no puede ser eliminado de manera frívola por motivos puramente ideológicos», apuntó el líder de los populares gijoneses, añadiendo, además, que la efigie «ya en su momento fue modificada precisamente para adaptarla a la ley y desvincularla de cualquier connotación ideológica», en referencia a la supresión de la simbología directamente ligada con el régimen franquista. Y es que, siempre a juicio de Cuesta, los datos anteriores confirman que la voluntad del Gobierno autonómico no es otra que emplear el ‘Simancas’ como «cortina de humo» para ocultar problemas como «una tasa de paro juvenil que supera el 30 %, miles de jóvenes sin acceso a una vivienda digna, el mantenimiento del peaje del Huerna por parte del señor Óscar Puente incluso en contra del criterio de la Comisión Europea, o la paralización de las principales infraestructuras de la región, que se encuentran hoy sin financiación, ni plazos definidos. Y podríamos seguir y seguir…».
En resumidas cuentas, para Cuesta y los suyos es imperativo que el Ejecutivo asturiano en general, y el consejero Zapico en particular, se centren «en aportar soluciones a los problemas reales de Gijón y de Asturias», en vez de «dedicar sus esfuerzos a convertir nuestros cementerios en escenarios de propaganda, o en promover la destrucción de monumentos históricos con métodos iconoclastas que evocan más a los talibanes que a una democracia madura». A la vista de lo anterior, no sorprende que el secretario general del PP gijonés finalizase su alegato clamando por un cambio radical de actitud desde el poder autonómico. «Basta ya de utilizar la Guerra Civil como cortina de humo; de intentar patrimonializar, más de ochenta años después, el sufrimiento de quienes vivieron la mayor tragedia colectiva de nuestra historia, vinculando de forma absurda a las víctimas de entonces con ideologías actuales. Y, sobre todo, basta ya de usar a esas víctimas, que pertenecen a todos los españoles, sin distinción de bandos, como arma política arrojadiza para dividir a la sociedad».