El autor, captado in fraganti por un vecino, plasmó en el exterior de un edificio de la calle Álvaro de Albornoz un símbolo anarquista y el número ‘161’, código internacional que represente en inglés el texto ‘Acción Antifascista’
Esto puede resultar chocante para más de un lector, pero la historia del grafiti es casi tan antigua como la propia organización colectiva de los seres humanos. Se sabe que ya en tiempos Roma -y quién sabe si, incluso, mucho antes, pese a no haber registros de ello- era usual garabatear las paredes, plasmando en ellas alguna que otra obra artística, mensajes reivindicativos o el fruto del afán vandálico del autor. Sí, más o menos lo mismo, aunque puede que no tan refinado, que hoy puebla millones de calles a lo largo y ancho del mundo… Y que, desde anoche, cuenta con un nuevo ejemplo en una de las que conforman el callejero de Gijón. Concretamente en Álvaro de Albornoz, en el barrio de Laviana. Allí, pasada la medianoche de este martes, cierto individuo fue ‘cazado’ in fraganti por un vecino mientras dibujaba en el exterior de un edificio un mensaje de contenido antifascista. No muy elaborado, cierto, pero sí llamativo. Y nada pintura plástica, o en aerosol, ni nada parecido… A la antigua. Con rotulador. Permanente, eso sí.
Más allá de los detalles técnicos de la intervención, a más de uno le ha llamado la atención que su ‘creador’ la llevase a cabo a cara descubierta, sin ocultar su rostro. Efectivamente, el hombre fue grabado cuando, rotulador en ristre, dejaba sobre la cobertura plástica del cableado que desciende por la fachada de uno de los bloques el mensaje ‘161’, código reconocido internacionalmente como la transformación numérica de la expresión ‘Anti-Fascist Action’, o ‘Acción Antifascista’. Sobre esa combinación de dígitos, el grafitero dejó una segunda aportación: una letra ‘A’ mayúscula rodeada por un círculo, el emblema más icónico de los movimientos anarquistas globales. Acto seguido, el hombre tapó el útil de dibujo y, con total tranquilidad -aunque, todo sea dicho, echando algún que otro vistazo a su alrededor-, abandonó la zona, legando a la posteridad su trabajo ‘artístico’… Y el tiempo dirá si, también, una multa a cargo de la Policía Local de la ciudad.