Andrés Ruiz incorpora a su junta local al ex delegado del Gobierno casi cinco años después de su abrupta dimisión como presidente local y su baja en el partido con duras críticas a Teresa Mallada y al actual presidente regional Álvaro Queipo, a los que consideraba «carroñeros, chantajistas y tóxicos»

Mariano Marín Albi regresa a la Junta Local del Partido Popular de Gijón. Después de algo más de cuatro años y medio de su abrupta y polémica renuncia a la militancia en el partido, el ex portavoz municipal y ex delegado del Gobierno en Asturias volverá a sentarse en el órgano de dirección local, una decisión adoptada por el actual presidente Andrés Ruiz, y que fue comunicada a los restantes miembros de la junta gijonesa en su última reunión. No es un retorno cualquiera. Mariano Marín, abogado de profesión y siempre muy vinculado políticamente a la diputada Mercedes Fernández, tuvo un gran protagonismo público en el partido entre los años 2015 y 2021, momento en el que decidió darse de baja de militancia tras un público enfrentamiento con la dirección regional del PP, por entonces presidida por Teresa Mallada, y en la que el actual presidente Álvaro Queipo figuraba como segundo de a bordo y secretario general. Ambos fueron duramente criticados por Marín hasta el extremo de acusarlos de utilizar “trampas, artimañas y falacias” para obligarlo a dejar la presidencia del partido en Gijón. Al final, después de meses de tensas relaciones, el que fuera portavoz municipal del PP en el ayuntamiento local y, posteriormente, delegado del Gobierno en Asturias decidió, el 17 de febrero de 2021, presentar su dimisión y abandonar las filas del PP con “tristeza” y “vergüenza ajena”. Ahora, tras casi cinco años fuera de la política y dedicado a la abogacía, regresa de la mano de la nueva dirección del PP local emanada del congreso local celebrado el pasado mes de febrero y que lidera el diputado regional Andrés Ruiz, también afín a la familia “cherinista”.
Lo dijo el propio Marín en su duro alegato de dimisión del PP local. Se iba a tomar un “descanso político” y que para volver al PP “tendrían que cambiar muchísimas cosas”. Nada que pueda extrañar porque su acceso a la presidencia, el 7 de febrero de 2015, muy pocos meses antes de unas elecciones municipales, ya se produjo en un clima de tensión interna. Una sentencia judicial anulaba un anterior congreso en el que había sido elegido presidente David González Medina, elección impugnada al apreciarse irregularidades en todo el proceso electoral. Surgió entonces el nombre de Marín, que fue elegido presidente, como lista única, pero también tuvo que esperar a que fuera el Tribunal Superior de Justicia de Asturias quien lo ratificase tras no dar por buenas las impugnaciones presentadas al efecto. El PP vivía tiempos convulsos que la elección de Mariano Marín, como quedó luego demostrado, no logró más que anestesiar durante algún tiempo pese a los buenos propósitos del presidente electo.
Marín fue elegido concejal en las elecciones de 2015 y fue portavoz del PP local hasta marzo de 2018 cuando dimitió para sustituir a Gabino de Lorenzo como delegado del Gobierno en Asturias, cargo que ejerció apenas cuatro meses. Seguía siendo presidente del PP local, pero se vio envuelto en el terremoto de relaciones internas de los populares, no sólo a nivel local, si no también regional. La entonces presidenta del Partido Teresa Mallada y su secretario general Álvaro Queipo, tenían otros planes para llevar las riendas del partido en Gijón y en ellos no entraba la figura de Mariano Marín, al que reprochaban su inacción, dejación de funciones y falta de liderazgo en la ciudad. Así se llegó al día 15 de enero de 2021. Mallada y Queipo lo convocaron entonces a una reunión en la sede regional del partido en Oviedo y, ya sin tapujos y en una tensa conversación, le exigieron la dimisión como presidente. “O sales por tu voluntad o te sacamos”, “tienes una semana”, “vas a acabar mal, muy mal”. Las frases textuales de esa entrevista fueron remitidas por Marín al entonces presidente nacional del PP, Pablo Casado, en su carta de renuncia a las siglas, a la vez que le pedía que tomase decisiones “antes de que se quede sin siglas sobre las que intervenir”.
La misiva del ya ex militante era una bomba contra Mallada y Queipo. Hablaba de “boicot permanente” de la dirección autonómica a su trabajo, al que había accedido “democráticamente”, con ánimo de “diálogo y coordinación”, y que había sido objeto de una “campaña de desprestigio”, con ataques a su “dignidad, honor, familia y amigos”. Apuntaba que el PP regional caminaba hacia la “descomposición” con la política de “tierra quemada” de Teresa Mallada, que iba de “escándalo en escándalo hasta el descalabro final”. En ese contexto, el ya dimitido presidente denunciaba “trampas, artimañas y falacias” de Mallada para forzarlo a dimitir e incluso de “amenazas” tanto de la presidenta como de su secretario general, y actual presidente, Álvaro Queipo, en los términos antes citados y que Marín reflejaba a Pablo Casado que eran “chantajes más propios de los bajos fondos de la política”, y con lo que “se cruzaron todos los límites de la decencia” en una “actitud carroñera”.
Marín le comunicada a Casado que se iba con “tristeza” y con “vergüenza ajena” de un PP regional “tóxico”, porque “la inmoralidad no entra en mi código ético” y por eso “no puedo seguir ni un minuto más en esta organización”. Incluso, llegó a plantearse llevar a Mallada y a Queipo a los tribunales, afirmando disponer de pruebas sonoras de aquella conversación en la sede ovetense del partido. Finalmente no lo hizo. Dimitió, se fue del PP y Mallada y Álvaro Queipo nombraron, como tenían previsto, presidente local a Pablo González, por entonces secretario general del propio Marín, que ejerció como tal hasta el pasado mes de febrero. Habían pasado diez años desde el anterior cónclave en el que Marín fue elegido presidente. El ex delegado del Gobierno siempre declaró que había llegado de forma democrática y que sólo dejaría el cargo en otro congreso democrático. No pudo ser. Ahora, casi cinco años después de su marcha y con Álvaro Queipo al frente del PP regional, Andres Ruiz lo recupera para la dirección local en Gijón. Cuando se fue, aseguró que “tendrían que cambiar muchas cosas para volver”. Es obvio que la dirección nacional es otra. No tanto la regional, donde Álvaro Queipo, otrora por él mismo denostado, ahora lleva las riendas. Fuentes de la dirección del PP de Gijón afirman que “el nombramiento se enmarca en una recuperación de personas de todas las sensibilidades”, que “están muy contentos que se haya incorporado como vocal de libre designación” y que “se una otros ex presidentes como Cherines, Pablo González y Pilar Fernández Pardo como miembro de la Junta Local”.