Los Reyes Magos estrenarán itinerario el 5 de enero de 2026. Después de diez años volverán a desfilar por El Coto y estrenarán las calles de Uría y Menéndez Valdés a través de la plaza de San Miguel. En el año 2011 la ‘cuesta’ de Ramón y Cajal se antojaba como un obstáculo insalvable para alguien que aspiraba a gobernar la ciudad. Hoy ya no lo es tanto y sus majestades, que arribarán a Gijón en barco, llevarán sus tropas delante del viejo cuartel militar y los restos de la antigua cárcel

Sucedió en la primavera de 2011. Todos los partidos políticos tenían su maquinaria electoral a pleno rendimiento. En el mes de mayo se iba a renovar el gobierno municipal del ayuntamiento, algo que parecía poco menos que rutinario en Gijón desde el año 1979. El PSOE siempre se había hecho con el bastón de mando, bien en solitario con mayorías absolutas o bien en la consabida coalición con el Partido Comunista de Asturias (PCA) o Izquierda Unida. José Manuel Palacio, Tini Areces y Paz Fernández Felgueroso ocuparon, de forma sucesiva, el sillón de Alcaldía sin que nadie tuviera nunca, ni de cerca, la posibilidad de poner en entredicho la hegemonía socialista en la ciudad. Todo iba a cambiar entonces. De la mano y tutela de Francisco Álvarez-Cascos, pero con la inestimable colaboración de Fernando González Landa, Isidro Martínez Oblanca y del recordado Miguel Conde, entre otros, surgió ‘de la nada política’ el nombre de la doctora Carmen Moriyón liderando la candidatura local de Foro Asturias. El fortín del PSOE, después de 32 años, se vino abajo. La posterior historia es de sobra conocida, pero seguro que no tanto una anécdota del, por entonces, candidato socialista a la Alcaldía Santiago Martínez Argüelles, que tuvo que tragarse el sapo del obligado desahucio político de su partido del gobierno municipal. Es sólo una anécdota que, a buen seguro, muchos considerarán baladí, pero que, a mi entender, denota la aparente intrascendencia con la que el PSOE local afrontaba los procesos electorales en el ámbito local, dando por segura su victoria en primera lectura o, en su caso, la utilización del comodín del Partido Comunista como fiel compañero de viaje.
Todo transcurrió en una reunión, cuasi informal, en un importante establecimiento comercial de la calle de Ramón y Cajal, uno más de los centenares de pequeños comercios de la ciudad. El protagonista era el citado concejal socialista Santiago Martínez Argüelles, que su partido había colocado como cabeza de lista, desde luego convencidos de que todo, en las elecciones locales, sería de nuevo un ‘coser y cantar’. La reunión, paradojas de la vida, fue convocada a través o con la colaboración de la Unión de Comerciantes de Gijón, cuya gerencia ostentaba ya, desde hacía años, Carmen Moreno Llaneza. Es más, la propia Carmen Moreno figuraba en la lista municipal socialista en el puesto número 14, el mismo que, de haberse logrado, le hubiera dado a Martínez Argüelles la mayoría absoluta. Iba pues, incluso contando con las expectativas más optimistas por parte de la agrupación política de la calle de la Argandona, en un puesto de los considerados de relleno. Pero es que, por citar sólo algunos miembros de aquella candidatura municipal del PSOE local, en el número siete ya figuraba Jose Ramón Tuero y, justo detrás, en el número ocho, Ana González que, precisamente eso, ocho años después, sería la candidata número uno y alcaldesa de la ciudad entre los años 2019 y 2023. El líder carismático, con todo, era en aquella ocasión el mencionado Santiago Martínez Argüelles.
A la cita con el candidato acudió un nutrido grupo de comerciantes de Ceares y El Coto deseosos de escuchar las promesas y proyectos de don Santiago y la arenga para que todos apoyasen su proyecto de ciudad para los siguientes cuatro años. Al cambio, un trámite más dentro del habitual tedio de la campaña electoral. Hubo el consabido mitin, pero la anécdota referida se produjo en el turno de intervenciones de los presentes después de aguantar, al menos eso opinaron algunos, el ‘tostón’ inicial. “A mí me gustaría preguntarle por qué la cabalgata de los Reyes Magos no pasa nunca por el barrio de El Coto”, soltó a viva voz una de las comerciantes presentes en el acto. El candidato socialista, así se puede atestiguar, ante tal inesperada ocurrencia, quedó atónito, bloqueado, casi sin palabras. Sólo atinó a decir algo así como: “Es la última pregunta que me podía esperar”. Tenía, en todo caso, que responder. No había otra. Encontrarse a cara de perro con el pueblo es lo que tiene. El mensaje estudiado para el encuentro se le había escurrido entre los dedos. “No creo que se pueda hacer, porque la calle Ramón y Cajal tiene mucha cuesta”, acertó a decir el bueno de don Santiago, “pero lo estudiaremos”, remató pasa salir del trance. Vamos, al cambio nada parecido a lo que habrían contestado, por ejemplo, ‘Tini’ Areces o la propia Carmen Moreno, ahora en la parrilla de salida para liderar la candidatura socialista en la ciudad dentro de poco más de un año y medio. Todo era tan sencillo, el terreno estaba tan trillado para el PSOE en Gijón que el carisma de quien encabezase su candidatura era más bien una cuestión irrelevante para quienes dirigían la maquinaria desde la sombra. El batacazo fue monumental, al menos en términos de gobierno municipal y, ya se sabe, de dónde se aprende es precisamente de los errores.
Y es que resulta que menos de dos años después de aquella charla, de aquella pregunta fuera de contexto para el guión oficial, resulta que, ya con Carmen Moriyón en la Alcaldía, la cabalgata de los Reyes Magos de la ciudad, seguida por decenas de miles de personas, partió desde Viesques y, miren ustedes por donde, discurrió por las calles de Feijoo, General Suárez Valdés, Avelino González Mallada (delante del viejo cuartel y de la vieja cárcel) y se fue en dirección hacia el centro de la ciudad a través de la ‘insalvable cuesta’ de la calle de Ramón y Cajal. Es más, tres años después se repetiría idéntico itinerario real. La anécdota quedó en el olvido de todos los participantes en aquel selecto acto electoral o, al menos, de casi todos. Con aquellos mimbres electorales es obvio que los vecinos de El Coto jamás hubieran visto pasar la comitiva de los magos por sus calles.
El asunto viene ahora a colación porque el próximo mes de enero, en términos futbolísticos, los vecinos de El Coto harán su particular ‘hat-trick’. Sí, la cabalgata de los Reyes Magos volverá a salir del colegio de Viesques y, a través de la calle del poeta Ángel González, llegará a la de Feijóo, General Suárez Valdés, Avelino González Mallada, Ramón y Cajal, Los Campos, Uría, plazuela de San Miguel, Calle de Menéndez Valdés y El Parchís. Desde esa plaza del Instituto seguirá el camino tradicional a través de Jovellanos, Moros, Munuza, plaza del Carmen, calle de Felipe Menéndez y calle del Marqués de San Esteban, para concluir en los Jardines de la Reina. En suma, El Coto volverá a ser protagonista principal vespertino, por tercera vez y de ahí lo del ‘hat-trick’, de la gran fiesta de los Reyes Magos, que está previsto que tomen tierra en el puerto deportivo en torno a las diez y media de la mañana y que están cerrando un protocolo realmente intenso, como todos los años, en su jornada gijonesa. Además de El Coto, la comitiva real discurrirá, por primera vez, por el mismo corazón de la ciudad a través, como se citaba con anterioridad, de las calle de Uría y Menéndez Valdés por donde sí habían pasado con sus vehículos, pero nunca, al menos en los últimos cuarenta años, sobre sus carrozas y con todo su séquito real.
Todo el amplio equipo de profesionales que se encarga de organizar la jornada de los Reyes Magos en Gijón parece que ha logrado salvar todas las cuestas y escollos antaño insuperables, y se merecen un justo reconocimiento. Año tras año se lleva a cabo de forma itinerante para trasladarla a todos los puntos de la ciudad desde los que es posible desarrollar algo tan complejo como una cabalgata real con centenares de personas, carrozas y vehículos de todo tipo y condición. Hasta ahora y en los últimos años, de forma atinada, se turnaron las salidas desde la citada de Viesques con la de El Llano, que tocaría en enero de 2027, y la de La Calzada. Igual ese consenso se rompe por el propósito, es obvio que con permiso y medios municipales, de un colectivo de la zona Oeste de organizar su propia y personal comitiva real coincidiendo con la, digamos, oficial. Al cambio, un retorno al pasado.
No hace muchos años, en la ciudad se celebraban hasta cinco cabalgatas al unísono, una anomalía que no se daba, ni se da, en ningún otro lugar, ni siquiera en las grandes capitales donde, como es natural, se celebra una única cabalgata y no una en cada barrio con sus propias y particulares ‘majestades’. Así fue también en Gijón en los últimos años, al menos hasta ahora. Dejarse llevar políticamente por la marea, por la inercia de lo burocráticamente correcto, puede llegar a ser peligroso, y no tomar decisiones a tiempo por un mero cálculo electoral, aún mucho más, sobre todo cuando por el medio están los niños y sus ilusiones. Bien está que Gijón sea diferente, pero tunear los Reyes Magos no se antoja una idea lo que se dice brillante y atinada. El próximo día 28 se anuncia el encendido de la iluminación festiva. Es de desear que esa luz navideña aporte también un poco de sentido común y de mínima cordura a quienes tienen la obligación de velar por la pureza de la fiesta de los magos en la ciudad. Gijón no se merece otra cosa. Los niños y niñas, tampoco.