Adonina Tardón, Universidad de Oviedo: «Estos resultados reflejan que permitir que los niños tengan, por ejemplo, una pecera en casa, puede aumentar su autoestima y su percepción de cuidado y responsabilidad junto con la familia»

Un equipo de investigación del Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente) ha examinado cómo la tenencia de mascotas durante los primeros años de vida puede influir en el bienestar emocional y conductual de los niños. Los resultados, publicados en la revista World Journal of Pediatrics bajo el título “Impact of pet ownership in early childhood at ages 1 and 4-5 years on mental health at ages 7-8: findings from the INMA Project”, aportan evidencias sobre el papel de los animales en la salud mental infantil.
El estudio recopiló información de 1.893 familias españolas procedentes de las cohortes de València, Sabadell, Asturias y Gipuzkoa, analizando la presencia de distintos tipos de mascotas —perros, gatos, pájaros y otros animales como peces, tortugas o hámsteres— cuando los niños tenían 1 y 4-5 años, y su posible relación con problemas emocionales (“interiorizantes”, como ansiedad o depresión) y conductuales (“externalizantes”, como hiperactividad o ruptura de normas) a los 7-8 años.
Tras ajustar los datos por factores sociodemográficos y familiares, los resultados indicaron que la tenencia continuada de “otros animales” se asoció con un efecto protector frente a problemas emocionales. Por otro lado, tener gatos únicamente entre los 4 y 5 años mostró una asociación leve con más síntomas emocionales o conductuales. No se observaron diferencias significativas para perros, pájaros, ni para la variable conjunta de tener cualquier tipo de mascota.
En Asturias, la Cohorte INMA está liderada por la catedrática emérita Adonina Tardón, de la Universidad de Oviedo, quien señaló que “estos resultados reflejan que permitir que los niños tengan, por ejemplo, una pecera en casa, puede aumentar su autoestima y su percepción de cuidado y responsabilidad junto con la familia”. Asimismo, detalló que “Asturias no se separa de la media de otras regiones en la tenencia de mascotas; curiosamente, los pájaros son los animales más frecuentes, con un 94% de frecuencia entre los niños participantes”.
Tardón concluye que “la investigación analiza cómo a través del cuidado de las mascotas los niños pueden sentirse más acompañados, evitando emociones negativas como ansiedad o problemas conductuales, y subraya la importancia del entorno en el desarrollo infantil”.
El Proyecto INMA, coordinado por el CIBERESP, incluye la participación de la Fundación Fisabio, Universitat de València, Universidad de Oviedo, Universidad del País Vasco, Universitat Jaume I de Castelló, Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el IIS Biogipuzkoa, y tiene como objetivo estudiar los efectos de distintos factores ambientales sobre la salud y el desarrollo infantil.