Fuentes municipales apuntan a que el incidente, ocurrido en la calle Santiago, de debió a las severas humedades que sufría el forjado del bajo, aunque la investigación sigue abierta; la víctima pudo salir por su propio pie, aunque fue trasladada a Cabueñes por precaución

Habitual en ámbitos como el de la literatura o el cine, la expresión «y la tierra se abrió bajo sus pies» adquiría este miércoles un sentido mucho menos poético, y más tangible, en la ciudad de Gijón. Concretamente, en el barrio de Pumarín. Allí, en la tarde de ayer, el suelo de una vivienda ubicada en la primera planta de uno de los edificios de la calle Santiago se derrumbaba de súbito, después de que el forjado del bajo comercial inferior colapsase y cediese. Todo un espectáculo para los transeúntes que se hallaban en las inmediaciones en ese momento… Pero no para la única inquilina del piso, que resultó herida leve a consecuencia del incidente. Afortunadamente, pudo salir por su propio pie del amasijo de escombros, aunque, por precaución, fue trasladada al Hospital de Cabueñes, donde se la sometió a un reconocimiento médico.
Inmediatamente después de recibir la llamada de alerta, varias dotaciones del Servicio de Bomberos municipal, a bordo de dos camiones, se lanzaron hacia el escenario del suceso, junto con una ambulancia, encargada de prestar las primeras atenciones a la lesionada. Con poco que hacer, salvo retirar los restos del desplome, los bomberos sí han abierto una investigación para esclarecer las causas de lo ocurrido. No obstante, fuentes del Ayuntamiento han adelantado que, de forma preliminar, todo indica que el hecho se debió al «muy prolongado» problema de humedades que afectaba al bajo comercial en cuestión. Las mismas que, de confirmarse esta hipótesis, habrían corroído el forjado, debilitándolo poco a poco hasta hacerlo incapaz de sostener el peso combinado del techo del local y del suelo del piso superior. Por el momento, se desconoce si lo ocurrido derivará en consecuencias legales.