El presidente aprovecha la celebración para reafirmar su «compromiso de sangre» para esclarecer los accidentes de Cerredo y Vega de Rengos; además, llama a preservar el futuro de HUNOSA, de la Brigada de Salvamento y del patrimonio industrial

Sepultada bajo toneladas de tierra asturiana, la sangre de miles de mineros riega buena parte de esta tierra, vertida en cientos de accidentes ocurridos a lo largo de siglos de actividad extractora. Una sangre sin la que no se puede comprender en toda su dimensión la historia del Principado. Una sangre, también, de la que el actual presidente autonómico, Adrián Barbón, es heredero, como descendiente mineros, y que este jueves, en la jornada en la que se conmemoró la festividad de Santa Bárbara, patrona del sector, puso en juego como aval de su compromiso para esclarecer las dos de esas tragedias más recientes: las ocurridas en Cerredo y en Vega de Rengos, ambas este 2025, que se han cobrado las vidas de siete trabajadores. Esa fue la promesa que el dirigente lanzó desde Mieres, al término del acto oficiado ante el Monumento al Minero. Allí, bajo la lluvia, Barbón aprovechó para clamar por medidas que garanticen el futuro de HUNOSA, de la Brigada de Salvamento Minero y de ese patrimonio industrial del que la minería es parte indisoluble.
«Hoy es un día que llora«, afirmó el líder autonómico, paraguas en ristre, recordando a esos siete profesionales fallecidos al término de la ofrenda floral. Con ambas investigaciones todavía abiertas, y con la de Cerredo ampliamente debatida en la Junta General del Principado, Barbón quiso asegurar ayer a sus representados que la Administración que lidera «no va a mirar hacia otro lado«, confirmando su voluntad de dedicar a la resolución de las dos tragedias todos los mecanismo y recursos al alcance de su ejecutivo. Fue entonces cuando hizo público para propios y ajenos su “compromiso de sangre para investigar hasta el final, saber lo que pasó y actuar con contundencia«, llevando ante la Justicia a los verdaderos responsables de ambas tragedias. Una promesa formulada apelando a su condición de «hijo, nieto, bisnieto, tataranieto y sobrino de mineros«, algo que luce «con orgullo«, pese a las burlas que por ello ha recibido en sede parlamentaria, y que, aseguró, «forma parte de mi manera de entender la vida y la política«.

Sin embargo, como suele decirse, ‘la máquina pita y anda’, y, sin dejar de prestar atención al pasado, también hay que mirar hacia el futuro. Un futuro, prosiguió el presidente, en el que ha de desempeñar un rol clave la Brigada de Salvamento Minero, dependiente de HUNOSA y cuya supervivencia está en entredicho después de que sus integrantes amenazasen con renunciar en bloque, ante el impago de cerca de 9.000 horas extraordinarias. Y el tiempo corre… El ultimátum dado a HUNOSA por los rescatistas para alcanzar un entendimiento expirará el 7 de diciembre. De ahí que Barbón pidiese ayer «un esfuerzo colectivo para llegar a un acuerdo«, aunque sin ocultar que un paso realmente determinante en dicha dirección sería la creación del tan demandado como demorado Centro Nacional de Rescates, del que la Brigada podría formar parte. Paralelamente, el dirigente recalcó su «apoyo total a los sindicatos en la negociación del plan de futuro de HUNOSA«, a la espera de que se concreten inversiones que garanticen el futuro de las cuencas.
Las últimas palabras de Barbón durante el acto fueron un clamor a favor del cuidado del patrimonio industrial asturiano, y el enorgullecimiento de los habitantes de la región por ser herederos de él. Algo de lo más oportuno, a su juicio, en un día como el dedicado a Santa Bárbara, perfecto para exhibir «con orgullo lo que somos, la historia de lucha y conquistas laborales que hemos protagonizado«, y para honrar a «los que no volvieron, los que murieron en la mina«. Así, el presidente finalizó su discurso haciendo una petición social a mirar hacia el mañana de una forma positiva. Y es que, a fin de cuentas, el de la patrona de la minería es también un día «para inyectar futuro, ilusión y esperanza, porque no podemos quedarnos solo en el recuerdo«.