Una marcha de Cuatro Caminos hasta la rotonda de El Arbeyal fue la novedad del cuarto miércoles de concentración convocado por la Asociación Vecinal La Calzada Alfonso Camín para reclamar la salida de los camiones de Príncipe de Asturias

El cántico «Barbón, Moriyón, queremos solución» retumbó una vez más en La Calzada, pero en esta ocasión no sólo en Cuatro Caminos. Ayer, la concentración, como estaba anunciado, finalizó con una marcha hasta la rotonda de El Arbeyal, donde los vecinos decidieron cortar el acceso a El Musel por unos 15 minutos. Así, llevaban hasta el puerto esta proclama y las otras muchas repetidas los miércoles en las movilizaciones convocadas por la Asociación Vecinal La Calzada Alfonso Camín para reclamar la salida del tráfico pesado de Príncipe de Asturias.
En la cuarta tarde de protesta, la primera después de un descanso tras tres semanas seguidas de reivindicación, el corte del tráfico se alargó por una hora, desde las 18.30 hasta las 19.30 horas, en una avenida en la que el naranja ya no sólo se ve a pie de calle, puesto que son muchas las viviendas que decoran sus ventanas y balcones con trapos de este color, escogido como representativo de reivindicación. «Hubo bastante gente», valoró Carlos Arias, presidente del colectivo, que volvió a contar con la implicación en esta lucha de la Federación de Asociaciones Vecinales de Gijón (FAV) y la participación de representantes de grupos políticos, como PSOE y Foro, precisamente los partidos de los citados en el cántico referido al principio de esta información. Rocío Álvarez, codirectora de Mar de Niebla, fue la encargada en esta ocasión de leer el manifiesto en un gesto de los vecinos con esta entidad social tan arraigada en el barrio que recibió la semana pasada un ataque en su sede.
«Desde la Fundación Mar de Niebla queremos seguir mostrando nuestro apoyo a las movilizaciones ciudadanas y demás medidas lideradas por el movimiento vecinal», apuntó Álvarez antes de arrancar con un breve cuento sobre los vecinos de La Calzada y una lucha de 35 años contra gigantes. «Hoy el barrio vuelve a gritar. Ha elegido el color naranja como bandera, porque La Calzada no es un polígono, es el hogar de 25.000 personas. Y quienes vivimos, estudiamos o trabajamos aquí sabemos que no pedimos privilegios, pedimos derechos”, subrayó. Así, reclamó el «derecho a respirar aire limpio», el «derecho a vivir sin ruido ni humo» y el «derecho a que nuestras calles sean seguras para niñas, niño, mayores y todas las personas que las habitan».
Para finalizar, Álvarez exigió «a las administraciones una solución real y urgente: un paso alternativo para el tráfico pesado que libere a la zona oeste de esta carga insoportable. Reivindicamos que se priorice la vida frente al tráfico, la salud frente a la inercia, la dignidad frente al abandono». El miércoles, también a las 18.30 horas, tendrá lugar una nueva concentración, la quinta en seis semanas, antes de un parón por las épocas navideñas. No obstante, los vecinos no cesarán otras acciones en marcha, como la recogida de firmas, el reparto de trapos naranjas o el de pegatinas por los comercios del barrio.