Los vecinos denuncian un problema que amenaza la seguridad y que, por el momento, no ha obtenido una solución definitiva; «llamamos, enviamos mensajes al Ayuntamiento… Pero nada; vienen los de mantenimiento, levantan el automático y se van»
Algo parecido a un coche aquí, la silueta de lo que parece un contenedor de basura algo más allá, una forma que podría asociarse a un árbol unos metros calle adelante… Nada claro, todo difuso. Todo oscuro, en suma. Oscuro como la penumbra que, de un tiempo a esta parte, ha pasado a ser una realidad nocturna intermitente en el barrio gijonés de Portuarios… Y que no debería ocurrir. Según denuncian los vecinos, desde hace, al menos, dos meses raro es el día en que no se producen apagones al poco de encenderse el alumbrado público, sumiendo a las calles y plazas del lugar en una negrura profunda, sólo mitigada parcialmente por las luces de El Musel en aquellas zonas más próximas a las instalaciones portuarias. Una dinámica que está poniendo a prueba la paciencia de los lugareños, cansados no solo del problema; también de que desde el Consistorio aún no se hayan ofrecido soluciones eficaces.
«Es una vergüenza; este jueves, en una hora y media, pasó dos veces«, relatan los habitantes del lugar, que se confiesa «hartos» de una dinámica que se repite «casi a diario desde octubre«. Así las cosas, los contactos con la Administración local se han sucedido, en forma, afirma una vecina, de «mensajes, contactos por teléfono… Una semana llegué a llamar ocho veces al Ayuntamiento, y hasta hemos recurrido a comunicados con certificado electrónico destinados al concejal de Distritos (Abel Junquera, del PP)«. Y sí, los técnicos del servicio eléctrico municipal acuden a la mayor brevedad posible… Pero, una vez en el escenario del apagón, «levantan el automático y se marchan; no se quedan a estudiar por qué ese automático se cae una y otra vez, ni nadie ha venido a verlo expresamente, que sepamos«. Por eso, reclaman al Gobierno «que actúe, que resuelva esto, porque esta oscuridad es un peligro«.
