Los brigadistas amplían hasta el 31 de enero el plazo para evitar su renuncia colectiva mientras sindicatos y empresa retoman el diálogo tras semanas de tensión social y movilizaciones en las cuencas

La Brigada de Salvamento Minero ha decidido prolongar hasta el 31 de enero de 2026 el plazo para hacer efectiva su renuncia colectiva, una medida inédita que el colectivo había fijado inicialmente para el 7 de diciembre en protesta por el impago de 9.000 horas extraordinarias acumuladas. La prórroga llega después de que CCOO de Hunosa y el SOMA-FITAG-UGT confirmaran este viernes que la empresa ha aceptado retomar el diálogo social y abrir una vía de negociación “real y operativa” para resolver un conflicto que ha generado una fuerte contestación en las comarcas mineras.
Para agilizar las conversaciones, los sindicatos propusieron la creación de una comisión delegada del Comité Intercentros, que estará encabezada por Andrés Vallina (SOMA) y Adrián Miguel (CCOO). Los brigadistas han decidido dar un voto de confianza a este nuevo espacio negociador y han optado por aplazar su renuncia, un gesto que, según las organizaciones sindicales, demuestra “el compromiso inequívoco y solidario” de los rescatistas con la brigada y con la sociedad asturiana.
Semanas de conflicto y el futuro de la Brigada aún en el aire
Esta tregua temporal llega tras semanas de tensión. El conflicto estalló cuando los brigadistas denunciaron que Hunosa había dejado sin efecto un acuerdo laboral que regulaba el exceso crónico de jornada, derivado de la falta de personal, y exigieron el pago de las horas acumuladas. A falta de una solución, anunciaron su renuncia conjunta, alertando de que la salida simultánea de los veteranos podría romper la cadena de formación necesaria para mantener operativo un cuerpo altamente especializado cuya preparación requiere entre un año y año y medio por cada nuevo integrante.
La situación prendió rápidamente en las cuencas. El pasado 29 de noviembre, cerca de dos centenares de personas se concentraron en Sama de Langreo para exigir el desbloqueo del conflicto. Banderas, pancartas y consignas como “¡Ningún minero queda dentro!” o “¡Dignidad salarial y respeto!” expresaron el malestar social ante la posibilidad de que la brigada, única en España y fundamental en emergencias bajo tierra, quedara en situación crítica. Todo ello ocurría apenas una semana después del accidente mortal en la mina de Vega de Rengos, lo que intensificó la indignación pública y el respaldo a los brigadistas.
Hunosa, por su parte, ha negado en reiteradas ocasiones cualquier intención de desmantelar el servicio. La empresa afirma estar trabajando para solucionar el problema de las horas extraordinarias y ha anunciado una convocatoria interna para incorporar cinco nuevos miembros, cuatro brigadistas y un conductor-rescatista, con el fin de reforzar un servicio operativo las 24 horas del día. Sin embargo, los trabajadores sostienen que estas medidas “desvían el problema” y que, sin una solución inmediata al conflicto de horas, la continuidad de la brigada seguiría en riesgo.
La prórroga otorgada hasta el 31 de enero abre ahora un periodo decisivo. Los sindicatos esperan que Hunosa y la SEPI “hagan también su parte” y recuerdan que este conflicto ha generado una movilización sindical, política y social “como hacía tiempo no se veía en Asturias”. Las próximas semanas serán, según coinciden todas las partes, determinantes para garantizar la estabilidad de un cuerpo de rescate que no solo forma parte del patrimonio industrial asturiano, sino que constituye un referente nacional en operaciones de emergencia subterránea.