En víspera de la huelga del sector convocada por CCOO para el martes y el miércoles, las protagonistas de la protesta se han hecho fuertes en la primera planta y aspiran a pasar cuantas noches hagan falta «hasta que se nos escuche y se reabran las negociaciones»

Giro sorpresivo en pulso que las educadoras de las escuelas de 0 a 3 años disputan con el Principado. A menos de veinticuatro horas del inicio de las dos jornadas de huelga convocadas para el martes y el miércoles por Comisiones Obreras (CCOO), nueve profesionales, afiliadas a dicho sindicato, se han encerrado en la sede de la Consejería de Educación a las 16 horas de esta tarde, y allí permanecen, atrincheradas en el primer piso, decididas a permanecer allí cuantos días y noches sea necesario hasta que sus protestas sean escuchadas, y el Gobierno autonómico reabra las negociaciones. Provistas de comida y agua, sacos de dormir y todo lo necesario para sostener esa resistencia, las protagonistas de esta acción conciben esta última como un complemento a la ‘cacerolada’ fijada para las 17.30 de hoy, y como un refuerzo de esos dos días de huelga que comenzarán esta medianoche.
«Vamos a hacer todo el ruido que podamos hasta que se nos atienda», afirma, en declaraciones hechas a miGijón, Tania Alonso, representante sindical de CCOO en el ciclo de 0 a 3 y líder del encierro. Consciente, como sus compañeras, de que se avecinan momentos «duros», toda vez que una táctica como la que han adoptado entraña tensar la cuerda y, sobre todo, permanecer lejos de sus familiar, todas ellas comprenden también que lo que hacen «es por esas mismas familias; está en juego toda la estructura educativa». De hecho, sus peticiones van en la línea de apuntalar los cimientos de ese edificio, de modo y manera que la fase de 0 a 3 sea reconocida como la primera etapa de Educación Infantil con todas las garantías, con medidas como concretar cuándo se va a percibir la remuneración por la reclasificación del grupo B; acometer un proceso para que todas las educadoras cobren, al menos, el primer tramo de la carrera profesional; garantizar la hora diaria de tareas fuera del aula, o que se acerque el calendario laboral al del resto de etapas educativas.
Así las cosas, y a la espera de que la Consejería mueva ficha, Alonso y sus compañeras están decididas a resistir. Por ahora, el personal que trabaja en la sede de Educación «está a lo suyo, no interactúa con nosotras», pero se desconoce por cuánto tiempo podrán mantenerse en la brecha. Eso sí, tienen claro que, si el encierro no da frutos, «adoptaremos otro tipo de acciones. Tenemos varias sobre la mesa».