Las aguas de ocho de cada diez playas asturianas son excelentes para el baño, la máxima calificación sanitaria que concede la Unión Europea a partir de los análisis semanales que se realizan de junio a septiembre en las tres últimas temporadas.
Los datos obtenidos en 2020 por la Agencia de Seguridad Alimentaria, Sanidad Ambiental Consumo, que están vigentes esta temporada, reflejan que el 98,5% de las zonas de baño presenta una calidad adecuada de las aguas. De ellas, el 80% son excelentes, el 15%, buenas y el 3%, suficientes. Según estos resultados, sólo hay un punto de la costa en el que la calidad se considera insuficiente, por lo que no se aconseja el baño. Se trata de Bañugues, en Gozón.
Además, tres arenales mejoran su calificación: Anguileiro, en Tapia de Casariego, pasa a calidad excelente, mientras que las playas de Navia y Cueva, en Valdés, suben de suficiente a buena. Asimismo, el punto de muestreo de la escalera 12 de San Lorenzo, en Gijón, también pasa a calidad buena.
Tres empeoran su calidad
Por su parte, otras tres playas cambian de calidad de aguas excelente a buena: Porcía, en El Franco; playa España, en Villaviciosa, y San Antolín, en Llanes. Por otro lado, los arenales de Torimbia y Vidiago, ambos en Llanes, aún se encuentran sin clasificar porque se han incorporado a este sistema recientemente.
El Principado cuenta con un censo oficial en el que figuran 63 zonas de baño, con 73 puntos de muestreo repartidos en 19 municipios para esta temporada. El laboratorio de Salud Pública de la Consejería de Salud analiza semanalmente los datos relacionados con el estado de las playas, siguiendo el programa anual de vigilancia.
A partir de este viernes, día 4, se publicarán los resultados en la web https://www.asturias.es/Asturias/playas/index.htm y se actualizarán todos los viernes.
El laboratorio dispone de la máxima acreditación para realizar los análisis y ha conseguido certificar todo el proceso, desde la recogida del agua para el muestreo hasta su estudio posterior. La sucesión de mediciones determina la calificación final que se otorga a cada zona, que se calculan con arreglo a la normativa comunitaria, lo que permite que todas las playas europeas se evalúen de la misma forma y sus datos sean comparables.