El Protocolo de actuación en episodios por contaminación del aire de la zona Oeste de Gijón acaba de salir a información pública para consulta ciudadana. El documento, publicado en la edición de hoy del Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA), tendrá en cuenta los niveles de cinco tipos diferentes de contaminantes en las estaciones de El Lauredal y de la Avenida de la Argentina. En el documento, el Ayuntamiento también pide a las empresas que expliquen cómo reducirán las emisiones en caso de activación del protocolo contra la contaminación.
Gijón decidirá cuándo activar el protocolo de contaminación del aire
Se trata de un plan complementario al redactado por el Gobierno del Principado para el conjunto de alertas de la comunidad autónoma, y en este caso, será el Ayuntamiento de Gijón quien tome la decisión de activarlo, al contrario de lo que sucede ahora. El protocolo que hoy sale a información pública establece medidas de información y de actuación sobre el tráfico rodado y la actividad industrial y portuaria en función de tres escenarios. Se trata, en total, de 25 actuaciones diferentes con un plazo de ejecución de aquí a 2023.
Bus gratis, reducción de velocidad y restricción del tráfico pesado
Las medidas que recoge el plan son propuestas de actuación la línea de lo que se viene haciendo hasta ahora cuando se activa el protocolo regional, de manera recurrente en los últimos años a la entrada en Oviedo por la autopista «Y» por los episodios de contaminación en Ventanielles. Algunas de estas medidas que establece el protocolo son baldeos de agua y riego de cales, la reducción de la velocidad, la restricción al tráfico pesado y el bus gratis. Todas ellas se activarán en momentos de picos contaminantes, por decisión del Ayuntamiento de Gijón.
Incredulidad de los vecinos
Por el momento, los portavoces vecinales se han mostrado incrédulos ante el anuncio. Consideran que la situación de contaminación es preocupante y que lejos de mejorar, los episodios van a más. En este punto piden actuaciones concretas y se muestran escépticos ante la colección histórica de documentos redactados para tratar de paliar la situación.