Analizamos la situación del mercado laboral en Gijón desde la perspectiva de José Ramón Galán, actual demandante de empleo, y la experiencia de Joaquín Miranda, jefe del departamento de Orientación Laboral en la Agencia Local de Promoción Económica y Empleo del Ayuntamiento de Gijón
José Ramón Galán, 47 años, vecino de Montevil, administrativo y experto en gestión, casi un cuarto de siglo de experiencia, casado, familia numerosa, trabaja a jornada completa desde hace un año en su búsqueda activa de empleo en un mundo demasiado pequeño, donde el 80% de las ofertas de trabajo nunca llegan a publicarse, según diversos estudios sobre el mercado laboral oculto.
A este feliz concepto institucional, «la búsqueda activa de empleo», una expresión con cierto aire de coaching posmoderno, no termina de encontrarle el sentido. «Es que no concibo otra forma de buscar empleo que no sea activa. Hace falta trabajar, pues entonces hay que buscar trabajo, poner todos los medios que sean necesarios para conseguirlo, y si puede ser en una empresa donde te sientas cómodo, mejor», explica a miGijón en conversación telefónica.
En estos doce meses de búsqueda, ha refinado tanto su metodología que ha elaborado un estudio sobre su caso, analizando el mercado, su perfil, y definiendo objetivos y empresas potenciales, con una lista de deseos donde aparecen, por este orden, Samoa, Eteria, Factoría F5, Amazon y Mahou. En estas compañías, al igual que en otras 35, ha presentado su candidatura, manteniendo hoy especialmente abiertas las expectativas de un puesto en el nuevo centro de la multinacional de Jeff Bezos en Siero, como tantas personas en Asturias.
Su estudio se titula El salto hacia la búsqueda de empleo. En su origen se trataba de un documento de uso personal, pero en los últimos meses ha trascendido la esfera privada para convertirse en un ejemplo en diversos foros de empleo. En la última página, sobre una fotografía de José Ramón con el Cantábrico de fondo, hay una cita: «No te ahogarás por caerte en el mar, sino por no salir de él».
De momento, no hay forma.
85% de contactos sin respuesta
En doce meses, ha presentado alrededor de 65 candidaturas, tanto de forma independiente como a través de ofertas oficiales de empleo. En el primer caso, solo ha recibido 6 respuestas: el 85% de sus envíos o contactos permanecen en el limbo. Por el camino, también ha acudido a diversas entrevistas, incluyendo el proceso de selección de una multinacional del sector alimentario, que contactó a José Ramón para participar en una prueba grupal presencial para seleccionar un puesto de gestión de apoyo a la gerencia.
«Me sentí abrumado por el despliegue de recursos, con ocho personas para tres candidatos. Terminó de forma un poco rara, porque mientras dos se quedaron haciendo otro ejercicio real, a mí me dijeron que podía marcharme sin darme muchas explicaciones. Algo debieron de ver que no les gustó. Después al llegar a casa te quedas pensando qué hiciste mal. En cualquier caso, me quedo con la experiencia, porque nunca había participado en un proceso así».
A partir de los datos de julio de 2021, en Gijón existen hoy 19.325 personas desempleadas, con una tasa de paro estimada del 15,74%. En el peor dato de la pandemia, ascendió hasta el 19,9% en abril de 2020. Joaquín Miranda Cortina, jefe del departamento de Orientación Laboral en la Agencia Local de Promoción Económica y Empleo del Ayuntamiento de Gijón, con tres décadas de trayectoria en el ámbito del empleo en el municipio, responde a las preguntas de miGijón.
¿Qué diagnóstico haría sobre la situación actual?
En los últimos datos, Gijón baja del umbral de los 20 mil desempleados, cuando hace unos meses se superaban los 23 mil. Si nos ceñimos fríamente a los datos, el mercado laboral está mejorando, pero es cierto que habría que profundizar por sectores y tipo de ofertas. El verano ha traído muchas altas en hostelería, atención al cliente, incluso en actividades comerciales. Sería objeto de un análisis más delicado qué tipo de trabajo crece, si es de calidad, estable, a jornada completa…
¿Qué diferencias existen respecto a otras crisis?La situación actual no había ocurrido nunca, especialmente en el sentido de que, al contrario que en 2008 o en el 92, esta vez la crisis es general. En la parte menos mala, esto implica que todo el mundo está de acuerdo en ayudar para reflotar la situación. En la peor parte, desde el punto de vista del empleo hay gente que llevaba muchos años trabajando, hasta más de dos décadas en una misma empresa; creían que tenían un empleo estable y, de repente, se ha quedado en la calle.
Dos crisis económicas, dos empleos perdidos
Después de siete años, José Ramón perdió en septiembre de 2020 como consecuencia de la crisis económica provocada por la pandemia su puesto de trabajo en El Molinón, donde se encargaba de la gestión de los servicios de restauración del estadio para la empresa concesionaria.
Tras quedarse sin trabajo, su objetivo se concentró inicialmente en incorporarse a la empresa heredera el servicio, con la esperanza de que mediante la renovación de la concesión la nueva compañía pudiese subrogar a los trabajadores del período anterior. Durante este proceso, aprovechó el tiempo para obtener un certificado de profesionalidad para optimizar su candidatura. Sin embargo, las expectativas no se cumplieron, por lo que tuvo que cambiar de perspectiva.
No era la primera vez que perdía su trabajo a raíz de una crisis económica. En 2008, se había quedado sin trabajo después de 17 años consecutivos en una agencia de marketing gijonesa, que tras un crecimiento explosivo en los años previos a la recesión acusó fuertemente los recortes en el sector publicitario, con el resultado de una drástica redimensión de plantilla que afectó a empleados veteranos y bien valorados como José Ramón.
Durante esta etapa, había formado parte de un equipo de gran talento que logró hacer de la agencia una referencia en Asturias, pasando de ser una pequeña startup creativa a una compañía con más de cien trabajadores. «Entré con un contrato de prácticas a través de un contacto y fue el trabajo de mi vida. Yo soy administrativo, pero me encantaba vivir rodeado de creatividad, ver cómo mis compañeros creaban campañas de la nada era muy estimulante. Creo que los trabajadores éramos el principal activo de la empresa, porque gracias a nuestra dedicación salían adelante los proyectos para que creciera. Pero la aventura se acabó».
Del total de más de 19 mil personas en situación de desempleo en Gijón, solo el 25% acuden a la agencia de intermediación del Ayuntamiento de Gijón en busca de orientación para encontrar trabajo: alrededor de 5.000 personas a lo largo de un año, con un déficit significativo entre los jóvenes.
¿Cuál es el perfil que acude a la agencia?
No vienen tantos jóvenes como desearíamos, aunque tenemos cada vez más programas para ellos. Actualmente, acabamos de abrir la segunda edición del año de la agencia de activación juvenil, destinada a cien jóvenes para trabajar con ellos este segundo trimestre, después de haber trabajado con otro grupo en enero. En general, diría que la gente acude poco a nosotros, y realmente podemos ser un gran apoyo, no solo por nuestra experiencia, sino porque tenemos programas propios y planes de empleo, como la convocatoria de escuelas taller para menores de 25 años vigente en la actualidad, con 56 plazas y otras 12 para monitores.
¿A qué achaca que las personas en paro no acudan en mayor número?
A pesar de llevar más de tres décadas, nos damos cuenta que la gente no nos conoce, no sabe lo que hacemos. Alguien que se encuentre en búsqueda activa de empleo y esté dispuesta a trabajar con nosotros consigue resultados, porque no es lo mismo hacer la guerra por tu cuenta que contar con más información y experiencia. Por ejemplo, a través de nuestra agencia de colocación podemos buscarte una oferta de empleo. No digo que sea fácil, pero te ayudamos con ilusión y de forma gratuita, al margen de otras acciones para mejorar la empleabilidad.
«Es como si estuvieses incompleto»
A José Ramón el proceso se le está haciendo muy largo. «Nunca había estado en una situación así. Había trabajado durante mucho tiempo seguido y todo esto es nuevo para mí: las entrevistas, la búsqueda, reciclarte, todo eso… y la verdad es que es duro competir contra los demás, porque nunca me he sentido mejor que nadie y tampoco me había visto en esta situación de necesidad de buscar trabajo, y está claro que para vivir hay que trabajar. Además, por temas de salud mental tener una rutina diaria es muy necesaria. Lo echo de menos».
Por el momento, mantiene su prestación y su esposa trabaja, pero en el horizonte comienza a pesar el paso del tiempo. «Me siento con una responsabilidad muy grande porque en nuestra casa hay cinco personas más un perro, y esta familia depende de mí y de mi mujer. De momento nos apañamos, pero dentro de un año tengo que estar trabajando sí o sí. Es paradójico, porque la gente que trabaja suele usar expresiones como ‘lo que daría por parar un poco’, ‘a ver cuándo tengo vacaciones’ o ‘qué rollo ir a trabajar’. Desde el otro lado, se ve de forma distinta. No saben lo que dicen», añade con buen sentido del humor.
Sin embargo, la procesión va por dentro. «Es duro no estar trabajando. Te encuentras a conocidos por la calle y te preguntan si estás de vacaciones. Cuando contestas que estás en desempleo, te dicen que lo sienten, claro. Es casi como si tuvieras una enfermedad. Desde mi punto de vista, la situación de desempleo es bastante triste, es como si estuvieses incompleto».
«Pienso que la edad no debería restar»
«El mundo de la búsqueda de empleo es muy grande», piensa José Ramón después de un año de búsqueda. «Se puede acceder a muchos foros, hay mucha gente que te puede aportar opiniones, que te puede apoyar, pero al fin y al cabo creo que se trata de estar en el momento exacto en el lugar exacto y conocer a la persona exacta que al conocerte pueda pensar: ‘ah, mira, esta es la persona que estoy buscando'».
En 2008, pudo reinventarse gracias a un contacto directo. Más de una década después, la historia está resultando diferente, con el agravante de un contexto sanitario ante el cual prevalece el carácter conservador de las empresas.
En cuanto a su edad, 47 años, pertenece a uno de los segmentos críticos del mercado laboral. «Pienso que no debería restar, pero para mí es un hándicap porque hay gente con menos edad que puede aportar otro tipo de frescura y motivación. La gente de mi edad tiene la ventaja de la experiencia: tienes un poco más de mundo, vienes con la lección aprendida de lo que es un trabajo… y creo que eso puede ser complementario con la frescura de la gente joven. Los dos perfiles sería lo ideal».
Por edad, las personas de más de 45 años representan el segmento con más paro en Gijón (58,88% en julio de 2021), seguido de la franja de 25 a 44 (35,44%). Por sexo, las mujeres representan el 58,27%, frente al 41,7% de los hombres en situación de desempleo. Si atendemos al sector, el paro en el sector servicios es, con mucha diferencia, el mayoritario (75,62%), seguido de las personas sin empleo conocido (9,02%), la construcción (7,25%) y la industria (6,96%).
¿Cuáles son las situaciones más difíciles?
Hay un ejemplo claro en las personas que llevaban muchos años en un puesto de trabajo que creían que era para siempre, que rondan los 50 años, que tienen hijos y de repente se quedan en la calle. Eso es una tragedia total. Por otra parte, el desempleo juvenil es terrible también, y poder dar a los jóvenes su primera oportunidad, que además suelen aprovechar, es gratificante. Pero los mayores de 50 años, tanto por sus responsabilidades como por la desactualización en torno al mundo digital, son casos graves que hay que abordar con muchísimo interés y dedicación.
¿Qué otros factores influyen?
El componente de la motivación es muy importante. Si estás desmotivado, crees que no te va a contratar nadie y ya no sirves para el mercado laboral, todo junto es un cóctel mortífero. Por otra parte, haría hincapié en las personas que no tienen un oficio definido, por eso ofrecemos certificados de profesionalidad para que alguien que, por ejemplo, quiera ser pintor, pueda serlo. Por ejemplo, hay personas que acuden a la agencia diciendo que quieren trabajar de lo que sea. Eso no sirve. No te puedo ofrecer un trabajo de pintor si no sé si lo harás bien.
«Creo que encontrar trabajo es muy difícil»
La motivación es, precisamente, uno de los puntos fuertes de José Ramón. Cuando acudió a la agencia de colocación Acción Laboral, también sin ánimo de lucro y reconocida por el SEPE, al conocer su perfil le dijeron que su empleabilidad era alta. Sin embargo, desde entonces han pasado seis meses. «Así que quizás no era tan alta y requiere todavía más trabajo, más tiempo y dedicarle todavía más esfuerzo».
Por eso a la pregunta de si encontrar trabajo es fácil, tiene muy clara la respuesta. «Creo que es muy difícil, porque hay una oferta limitada y muchos competidores. Si no eres capaz de destacar por algo, es difícil conseguirlo. En ocasiones anteriores tuve la fortuna de poder acceder a dos trabajos gracias a contactos, pero ahora está resultando complicado».
Con un espíritu luchador fraguado en la superación de dos enfermedades graves, José Ramón afronta el primer año de su vida como desempleado con la ilusión de encontrar un puesto donde sentirse realizado aportando a una empresa todo su conocimiento y experiencia en diferentes áreas de gestión.
«El futuro lo veo como una cuenta atrás, igual que en una carrera de atletismo. Hay que pelear durante todas las vueltas, pero cuando llegas a la última… los jueces tocan la campana, entonces hay que darlo todo. Creo que estoy llegando a ese momento. Toca apretar el acelerador, seguir explorando tanto candidaturas como autocandidaturas, e incluso otro tipo de vías, como pueden ser la opción del empleo público o el autoempleo. No se puede descartar nada».
Si eres demandante de empleo puedes contactar con la agencia de orientación e intermediación laboral del Ayuntamiento de Gijón en el teléfono 985181557 o el email orientacion.empleo@gijon. Visita la sección de la web municipal dedicada al empleo para conocer sus recursos y programas en www.gijon.es/es/empleo
El testimonio de esta persona es el fiel reflejo de la imparable decadencia económica y demográfica de Gijón y Asturias. Añádase, la calidad económica y de condiciones laborales, del posible empleo.