«Es sorprendente que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Gijón esté planteando el pago por generación sin plantear un cambio previo de modelo de la empresa»
Aunque los principales problemas medioambientales provienen de la industria no está mal que las personas controlemos los residuos que generamos en el ámbito doméstico para que su tratamiento posterior sea menos dañino para el medioambiente. Por ello, estos días EMULSA ha abierto un debate sobre ello, debate que se inició bajo la presidencia de esta empresa de mi compañero Esteban Aparicio, dentro de un proyecto europeo que ahora va cogiendo forma.
Estos debates hay que afrontarlos con mesura, sin caer en la radicalidad de quienes adoran la religión de la agenda 2030, una secta muy peligrosa que tiene como objetivo el sometimiento del individuo, ni tampoco en los postulados de aquellos que niegan taxativamente el problema, igualmente peligrosos.
El problema es que, en Europa, desde donde nos ordenan esto, o desde donde veladamente nos dan estos fondos para que aceptemos sus órdenes, no se han percatado que, a diferencia del norte de Europa, en España, la inmensa mayoría vivimos en viviendas comunitarias en altura donde no tenemos un jardín en casa donde tener unos contenedores propios, por lo que el control de residuos se hace harto complicado tal y como tenemos organizadas las ciudades ya que se nos hace muy difícil identificar quien origina el residuo.
A esto, además, se suma la comodidad de la administración que pretende implantar un sistema variable pero que el recibo se siga pasando a través de la comunidad de vecinos. Como si Telefónica o Telecable pretendiesen cobrar sus recibos a las comunidades de propietarios y no a cada piso, mezclando los consumos o tarifas de cada uno de ellos y facturando todo junto a la comunidad y que sea esta la que gestione los impagos.
Esta comodidad, en el caso de la tarifa fija de la basura, además, está amparada por Ley, ya que la administración se garantiza el cobro, haciendo que el obligado al pago sea el propietario de la vivienda y no el que vive en ella y genera los residuos, por lo que legal y funcionalmente hablando estamos muy alejados de poder plantear que quien genera residuos pague por ellos de manera proporcional.
Por ello es sorprendente que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Gijón esté planteando, con bastante más intensidad que lo hizo mi compañero, el pago por generación sin plantear un cambio previo de modelo de la empresa, convirtiéndola en una prestadora de un servicio individualizado similar al de telefonía o internet y dejando de ser una recaudadora de una tarifa fija de 69€/año, a través del recibo de la comunidad de propietarios.
Es más, si se quiere implantar el pago variable por generación, la Ley obliga a cambiar el modelo de la empresa, ya que la Ley de propiedad horizontal solo obliga a los propietarios a hacerse responsables de los gastos que “no sean susceptibles de individualización”. Por lo que un gasto variable e individualizado, como se pretende, pasaría a ser responsabilidad del residente y no un gasto correspondiente al propietario, como es el actual modelo.
Pero claro, para cambiar ese modelo se necesita políticos con valentía, con la valentía de dejar de parapetarse en los recibos de la comunidad donde se mezcla esta tasa con otros gastos, y donde la imagen del Ayuntamiento como confiscador o recaudador pasa de tapadillo, a pasar a enviar 141.000 facturas directas a cada una de las 141.000 viviendas que hay en Gijón y convertir la basura en una nueva “viñeta” o impuesto directo no oculto, como actualmente es.
Igualmente se necesita valentía para afrontar la gestión de los impagos. Actualmente EMULSA se garantiza el cobro porque son las comunidades quienes pagan, asumiendo los vecinos el impago de quienes en su comunidad no lo hacen. Pero claro, ahora si el pago es directo y variable, ¿Qué pasa si un vecino no paga? ¿Va a tener lo que tiene que tener EMULSA para por vía ejecutiva embargar la vivienda o sus bienes y acabar, incluso, desahuciando al moroso por impago de la basura? Perdone que no me lo crea, pero esto no va a suceder.
Por lo tanto, todo es utópico, como lo de crear bolsas de basura de prepago o como lo de abrir el contenedor con una tarjeta, medidas que sólo valdrían para incrementar el número de vertederos ilegales o para que, en el mejor de los casos, las bolsas se apilarán al lado del contenedor.
Insisto, la mayoría vivimos en pisos y no en casitas unifamiliares como en Holanda con espacio para separar los residuos y EMULSA tiene un sistema de tarifa plana donde se está garantizando una recaudación millonaria sin tener que apretar a nadie y donde la imagen recaudadora del ayuntamiento se difumina al ser el administrador de fincas quien gira el recibo, por lo que que ni a unos (la ciudadanía) ni a otros (gobernantes) les interesa que esto cambie ya que así nadie se entera. Además, Las multas futuras que nos pueda poner Europa las pagará el Estado volviendo a darse el mismo escenario, pero a escala superior, ya que con los impuestos de un vecino de un ayuntamiento cumplidor se pagará la sanción de los ayuntamientos incumplidores, así que de nada vale el esfuerzo porque siempre justos pagaran por pecadores tal y como está montado esto.
Este puntu siempre está acertado en todo lo que escribe. Quien asesora al equipo de gobierno que no se ha dado cuenta que los recibos los pagan las comunidades de propietarios y no los que generan la basura? Pero como puede haber tanto inútil?