«La cultura es primordial; el arte educa, transforma mentalidades, elimina prejuicios, tiene un poder terapeútico, genera placer»
«Deseo contribuir a seguir acrecentando el potencial que tienen estos eventos tan asentados ya en la ciudad; me obsesiona la cultura de proximidad»
«De mi abuelo recuerdo sus dotes para interpretar una tonada con gran soltura y su enorme generosidad»
Bloguero gijonés, amante de la moda y las artes escénicas, educador de museos y ahora Director de Programas en el Departamento de Innovación Cultural en la Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular de Gijón. Luis Alberto Fernández González nos hace un hueco en su apretada agenda para ofrecernos una amplia entrevista para miGijón.
Se crió en un entorno familiar matriarcal, ¿cómo fue ese capítulo vital y cómo ha influido en su vida?
Tuve la suerte de criarme entre mujeres en San Juan de la Arena y Gijón, y ellas, más que nada ni nadie, lograron que observara el mundo con otros ojos. Eran mujeres sencillas y trabajadoras. Su forma de enfrentarse con la vida, su capacidad de superación, su presencia serena y apariencia modificable a través de la ropa, su preocupación por la cultura me sirvieron de profunda inspiración y despertaron en mí, desde una edad muy temprana, ademanes y preocupaciones estéticas muy poco habituales en un niño «varón». Un patrimonio del que estoy infinitamente agradecido.
Desde temprana edad siente pasión por las artes, ¿Qué disciplinas artísticas le han motivado más? ¿Por qué?
El arte se convirtió en mi salvavidas en muchos momentos de soledad, de incomprensión y de “oscurantismo”. Un homosexual en los 80s, encerrado en un armario grande y profundo, si no buscaba vías de escape, se ahogaba, y esto último, no era mi plan, así que me refugié en el arte, que me proporcionó aire y esperanza. Me interesa todo, pero quizás encuentro en el cine clásico, en las fotografías eróticas de Robert Mapplethorpe, o en una tonada bien interpretada, una atracción indescriptible. La misma que me producen, por ejemplo, toda la imaginería católica o los cuadros de Goya y Velázquez. Imágenes, códigos y actitudes que trascienden los sentidos y me ayudan a ser más feliz.
De ahí a licenciarse en Historia del Arte. ¿Necesitamos más cultura y arte en la sociedad actual?
Quería ser diseñador de moda, pero no me dejaron así que la única condición que puse para seguir estudiando fue la de que me permitieran matricularme en Historia del Arte en Oviedo. La cultura es primordial; el arte educa, transforma mentalidades, elimina prejuicios, tiene un poder terapeútico, genera placer. Creo firmemente en que los/as artistas pueden cambiar el mundo. ¿Necesitamos más cultura? ¡Por supuesto!
Ha trabajado durante 20 años en el Museo del Pueblo de Asturias de Gijón. ¿Cuál era su labor allí? ¿Qué le aportó estar en contacto con nuestro mayor legado histórico?
Trabajé en el Muséu del Pueblu d’Asturies durante veinte años como educador de museos. Independientemente de la situación laboral tan precaria que sufre un educador de museos, tuve la suerte de que sus directores confiaran en mí y me permitieran desarrollar con gran libertad todos mis proyectos para niños/as y adultos. Lógicamente, iban ligados al conocimiento y respeto de nuestro patrimonio asturiano, pero incorporando en ellos unos discursos y unas actitudes muy personales que me parecían esenciales; tenían que ver con la educación en valores que fomentaran la igualdad, el respeto, la tolerancia, el cuidado al medioambiente. Como bien dices, el museo custodia un legado incalculable del que todo asturiano/a debe sentirse orgulloso, porque es suyo.
Su blog “No soy digno de tu amor” supuso un salto en cuanto a proyección y difusión de su forma de entender la cultura y visibilizar a las efemérides que le han influido en su carrera. Cuéntenos como nace la idea y cómo llega a ser uno de los blogs más populares.
Surge en el año 2011, en un momento muy creativo de mi vida y con el ánimo de compartir con todo el mundo mi pasión por el arte, la moda y por todo aquello que me inspira. Su nombre es un misterio para muchos/as, pero te lo voy a revelar. Surge en compañía del modista Lorenzo Caprile, mientras veíamos una película de Sara Montiel… Es una frase que suelta la actriz en mitad de la película «No soy digna de tu amor”. Desde entonces, nos la repetíamos continuamente a modo de choteo. Es curioso, esta frase la he fusionado tanto a mi vida, que me sirve para expresar la gran valoración que le doy a los artistas, a quienes elevo a un plano superior, y, por otra parte, ejemplifica mi carencia afectiva (a nivel sentimental) que me imposibilita estar con quien quiero estar. Nunca imaginé que mis vivencias y reportajes pudieran llegar a despertar tanto interés, no solo en España, sino en países como Alemania, Estados Unidos, Rusia, Francia, México, Ucrania y China.
La moda. ¿Qué simboliza para usted?
La moda es pura expresión y siempre estuvo cerca de mí. Mis primas tenían una tienda en Gijón en la que pasaba horas y horas. Mi cercanía y amistad con modistas como Lorenzo Caprile, Petro Valverde, María Lafuente y Miguel Marinero, entre otros muchos, me permitió vivir la moda desde el punto de vista de la genialidad del creador y ser partícipe del proceso creativo de muchos de sus trajes y colecciones. Tuve la posibilidad de conocer sus talleres y disfrutar de sus desfiles, como por ejemplo los de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, la gran pasarela de la moda española, en la que tuve ocasión de trabajar como estilista durante varias temporadas y vestir a las mejores modelos del mundo. Hace cuatro años, decidí dar carpetazo a todo este mundo pues, a diferencia de lo que puede pensar todo el mundo, me encuentro más cómodo en el silencio de una biblioteca que en el trajín de los actos sociales.
Va a leer muy pronto su tesis doctoral “La moda femenina en Asturias en los años veinte a través de la Fototeca del Museo del Pueblo de Asturias”. ¿Cómo surge esa brillante fantasía?
Pues por puro compromiso por dignificar la historia de la moda en Asturias y porque como te señalé antes, creo que podía aportar más a la moda desde el campo de la investigación que en las pasarelas. Visibilizar esta disciplina que se minusvalora en las instituciones culturales y académicas. Fue un trabajo muy sacrificado para el que me encerré durante cuatro años y que afortunadamente ya está finalizado. Me decidí por una etapa 1920-1929, en la que Asturias estaba situada en el mapa de la alta costura y en la que se produjo una revolución en el vestir. Nunca antes, la moda sirvió de pretexto para que las mujeres se revelaran contra un sistema que las oprimía. Por otro lado, sacar a la luz a un sinfín de empresarias y modistas asturianas que la historia borró.
Actualmente es Director de Programas en el Departamento de Innovación Cultural en la Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular vinculado a las artes escénicas. ¿Qué objetivos persigue en esta nueva labor? ¿De qué carece Gijón a nivel cultural? ¿Cual cree que son los puntos fuertes de la ciudad en cuanto a modelo cultural se refiere?
Cuando uno llega a un Departamento con tan buenos/as profesionales y con hitos tan importantes como FETEN (Feria Europea de artes escénicas para niños/as), el Festival Música Antigua Gijón o Danza Xixón, se toman notas, bien calladito, y se intenta aprender… Deseo contribuir a seguir acrecentando el potencial que tienen estos eventos tan asentados ya en la ciudad; me obsesiona la cultura de proximidad, que espero impulsar a través de los CMI (Centros Municipales Integrados); tengo interés en traer a Gijón nuevas disciplinas artísticas que están evolucionando con gran éxito (láser graffiti, Light Painting…), sin olvidarme de la canción asturiana… ¿Carencias? Fomentar más el cuidado y respeto a nuestro patrimonio, impulsar estudios sobre la historia de la ciudad, rentabilizar más nuestra oferta cultural… Me preguntas por los puntos fuertes de Gijón en cuanto modelo cultural: un trabajo muy bien hecho en el pasado que creó una red de museos y de infraestructuras que ahí están; una ciudad diez en lo que se refiere a asociacionismo (especialmente femenino) muy implicado en la cultura de la ciudad, y la creencia en lo público y en el deseo de generar una cultura para todos/as.
Y ya que hablamos de Gijón, díganos qué le apasiona de la misma.
Soy extremadamente “gijonudo” y me siento muy orgulloso de vivir en esta ciudad. Me gusta ese carácter jaranero y bravucón que tenemos, esa opinión generalizada de que como lo nuestro no lo hay… Soy hombre de mar, así que me apasiona la playa, ese paseo al atardecer por la playa de San Lorenzo que calma los nervios y mitiga las penas. Perderme por algún merendero de los alrededores es gloria bendita y hasta me identifico con el caos arquitectónico fruto de la industrialización.
Alguna anécdota que recuerde con cariño en Gijón.
Mis anécdotas van asociadas directamente a mi adolescencia con mis amigos del colegio. El despertar en muchos terrenos y el pensar que uno ya era muy mayor. Me vienen a la cabeza los bailes en el Jardín, en el Tik y en el Oasis, las fiestas de prao…
No todo el mundo sabe que usted es nieto del laureado cantante de tonada Juanín de Mieres. ¿Qué recuerda de su abuelo? ¿Qué enseñanzas le dejó como legado? ¿Qué supone la tonada asturiana para usted?
De mi abuelo recuerdo sus dotes para interpretar una tonada con gran soltura y su enorme generosidad. Cantaba por amor al arte y siempre estaba el primero cuando se le requería para alguna labor solidaria; por ejemplo, cuando fallecía algún minero, siempre organizaba un recital para ganar alguna “perra” para la viuda y la familia. Asturias tiene un compromiso con todos los/as intérpretes históricos de tonada, que nunca obtuvieron ninguna ganancia económica, mientras sus discos se agotaban en el mercado. Voy a hacerte una confesión, cuando era pequeño me obligaban a asistir a los conciertos de mi abuelo y a muchos festivales de tonada. ¡Los odiaba! Pero, poco a poco, fui educando el oído y esas tardes soporíferas fueron transformándose en puro placer. La canción asturiana requiere de talento y de valentía. Hoy en día, muchos de vosotros/as sois grandes amigos/as y mi admiración es muy profunda.
Un propósito antes de terminar 2021.
Tranquilidad, seguir rodeado de la gente que quiero y, por qué no, encontrar a esa media naranja que tanto se me resiste.