La formación, que se fundó para encumbrar a Cascos como Presidente del Principado tras su salida del PP, vive desde 2019 una guerra interna entre su antiguo líder y Carmen Moriyón
Dicen los que lo han vivido desde dentro que el ocaso de Foro comienza en 2012. El cainismo de la derecha asturiana se hizo presente y se llevó por delante la legislatura sin haberse cumplido un año de las elecciones. Veintisiete diputados habrían sumado Foro y PP unos meses antes. Los mismos que se necesitan para reformar el Estatuto de Autonomía.
De la incapacidad de llegar a acuerdos nació el comienzo del desastre que vive la derecha asturiana desde entonces. Cascos adelanta elecciones marcándose lo que hoy llamaríamos “un ayuso”. El detonante, como suele ser habitual, fueron las cuentas. Los populares se negaron a aprobar los presupuestos casquistas y el líder de Foro se lanzó a la piscina. No le salió como a la presidenta madrileña y su formación perdió cuatro diputados y la presidencia. Durante unos meses parecía que aún se podía salvar la legislatura. Mercedes Fernandez, antigua discípula de Cascos, lideraba el PP y el diputado Prendes, de UPyD, se antojaba clave. No llegaron a ningún pacto, por supuesto, y el PSOE recuperó una presidencia que tan sólo había abandonado cuando Marqués ganó las elecciones por el PP en 1995.
Caída electoral del 2015
Algunos, en aquel momento, aventuraban una huida de Álvarez-Cascos. Pero ésta no se produjo. O, más bien, se retrasó. Lideró a los foristas en la oposición hasta 2015. A principios de año, cuando algunos afiliados ya habían firmado el aval con el nombre del presidente como candidato, saltó la bomba: Cascos no se presentaría, de nuevo, a liderar el partido. Se produjo en aquellas fechas, al albur del Antroxu, una reunión entre los alcaldes que tenía Foro. Algunos le pidieron a Carmen Moriyón, recién reelegida presidenta en Gijón y candidata a renovar la alcaldía, que diera un paso al frente. Muchos dudaban entonces de que Cristina Coto – una trotamundos del mundo de la política que comenzó en el PP, pasó por Foro y hoy milta en Vox – fuera la candidata ideal. Moriyón rechazó la propuesta y ninguno de los otros nombres que sonaron quisieron luchar contra la candidata oficial de Cascos.
El resultado fue una debacle electoral. De 12 diputados, Foro pasó a cosechar tan sólo 3. Pero se mantenía en Gijón, donde Foro se convertía en el primer partido en ganar en votos al PSOE gijonés. Se tomó aquella legislatura como la del cambio de ciclo. Según los estatutos foristas, Moriyón no podría volver a presentarse a la alcaldía, así que se dio por supuesto que sería la candidata. Lo fue sin paliativos. Nadie dentro del partido puso en duda que tenía que ser la persona que volviera a ilusionar a sus afiliados. Del mismo modo que Inés Arrimadas nunca fue discutida, la cirujana gijonesa recibió el apoyo masivo de sus afiliados. Y, del mismo modo que a la lideresa de Ciudadanos, la urnas le dieron la espalda. Foro perdía otro diputado en 2019 y se quedaba con tan sólo dos.
Fue el principio del fin de la paz entre los dos tótems de Foro. El partido, además, acababa de perder en las generales al diputado con el que compartía lista con el PP en las generales: Isidro Martínez Oblanca. Aquello parecía el final de una historia. Cascos se jubiló y Carmen Moriyón no recogía el acta como diputada regional.
La batalla por el control del partido
Sin embargo, unos meses después, la espita se abriría de nuevo. Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con Podemos, Pedro Sánchez volvería a llamar a los españoles a las urnas. La discordia llegaría a la directiva de Foro, dividida ante la decisión de acudir de nuevo a las elecciones en coalición con el PP o abandonar la ilusión de recuperar el diputado perdido. El ex ministro apostó por la primera opción mientras la presidenta del partido no quería que Foro se presentara a las generales. La batalla la ganó Cascos, pero no la guerra. Carmen Moriyón, que se veía en desventaja en una directiva dividida entre dos liderazgos, expulsó de la directiva regional a Jorge Fernández, Daniel Armas y José Manuel Fernández Lavandera. Fernández solicitó judicialmente la nulidad de la decisión, pero el Juzgado de Instrucción número 4 de Oviedo le dio la razón a la presidenta.
Por si fuera ligera la tormenta política a la que se enfrentaba Foro, una realidad económica amenazaba con terminar de hundir el barco. La formación tenía deudas con acreedores de más de 300.000€. Una cifra a la que las debacles electorales impedían hacer frente. Entre esta marejada, y con un enfrentamiento público entre casquistas y moriyonistas, la presidenta de Foro ordenó realizar una auditoría independiente de las cuentas. El resultado desembocó con la acusación de “apropiación continuada indebida” del antiguo presidente. Cascos volvía a sentir los tambores de guerra que ya le acompañaron en su marcha del PP hace ya más de una década, esta vez acompañados con el eco de los pasillos judiciales. Foro, que afirma haber descubierto variopintos pagos personales – licencias de pesca, videojuegos para su hijo o zapatos, entre otros – expulsó a su antiguo líder, acusado de haberle costado al partido 1,2 millones de euros. La denuncia fue admitida a trámite y ahora está llamado a declarar por una apropiación indebida de 290.000€.
Entre tanto, la batalla política no ha cesado. Pedro Leal, número dos del partido en la Junta General del Principado de Asturias, también ha sido expulsado por desobedecer la disciplina del partido. Leal, que se ha mantenido firme al lado de Cascos, ha sido especialmente crítico con Carmen Moriyón y Adrián Pumares, actual Secretario General, por sus negociaciones con el PSOE para la reforma del Estatuto y la aprobación de la oficialidad del Asturiano.
A falta de un año para las elecciones autonómicas y municipales, Foro no encuentra la paz. Y no parece que pueda encontrarla en los próximos meses. El desarrollo del juicio contra Cascos, la negociación del estatuto, la oficialidad del bable y las luchas externas marcarán el calendario y, seguramente, las esperanzas de una posible recuperación electoral que se ve, a día de hoy, complicada.