¿Qué diríamos si el primer equipo juvenil del Sporting, tras su desastrosa derrota sufrida por 11 a 0, colgara un vídeo semejante al que subió hace poco el Sporting Femenino?
Es evidente que el Sporting, como cualquier entidad nacida a principios del siglo XX, aparece en la historia con una perspectiva únicamente masculina, motivada por el machismo predominante. Es cierto que, desde un principio, las mujeres podían acceder a cualquier encuentro de fútbol del conjunto, pero únicamente con invitación o pagando la correspondiente entrada. No se les permitió ser socias del club hasta 1924 y fue a iniciativa del entonces presidente rojiblanco Ismael Figaredo. Las primeras mujeres socias de la centenaria sociedad deportiva fueron las cuatro hijas de su antecesor en el cargo, las hermanas Guisasola. Esta apertura a las mujeres supuso convertirse en el cuarto club español en hacerlo de los aún existentes en el fútbol profesional de hoy, únicamente por detrás del Barcelona, Espanyol y Real Madrid.
No obstante, pese a los vetos del pasado, la mujer siempre tuvo presencia en el Sporting y en el mundo futbolístico local. Menor antaño, sí, pero existente. En el año 1925, María Luisa Menchaca convocó a cuantas gijonesas quisieran formar parte de un equipo de fútbol femenino en la ciudad. Lo hizo por medio del diario local El Noroeste en fecha 19 de marzo de 1925. La misma María Luisa Menchaca que, como entrenadora y máxima responsable de la Agrupación Deportiva Femenina de Gijón, llevó un partido de hockey a El Molinón en el año 1935. El encuentro se celebró entre los conjuntos femeninos de este club local y la Unión Montañesa de Santander. Mil quinientas personas disfrutaron en el templo sportinguista de un partido entre dos equipos formados por féminas.
Es cierto, pues, que la mujer ha tenido poca visibilidad en la historia del fútbol, en general y particularmente en la del Sporting. También lo es que esa invisibilidad ha existido tanto en el campo como en los despachos. Hace casi un siglo que el club gijonés está en deuda con una de sus primeras directivas, Inocencia Hulton Rodríguez, que salvó a la entidad de una probable muerte en 1934. Esa es una larga historia que no viene ahora al caso, pero ella, junto con Elvira Sampil y Herminia Rodríguez, fueron las tres primeras mujeres en entrar en una directiva sportinguista. Lo hicieron en calidad de vocales y de la mano del presidente Emilio Tuya en el citado año 1934. No volvió a haber una mujer en cargos directivos hasta el año 1989 con Margarita Díaz Braña como tesorera. Más de medio siglo en el ostracismo más absoluto, casi nada.
Pero con mucho esfuerzo y apostando por el camino difícil, el de crear su propio equipo de la nada y no absorber a uno externo, tal y como sucedió con el Barça que se hizo con el Club Femení Barcelona o el Sevilla cuando adquirió el Híspalis, en 1995 nació el equipo femenino de fútbol del Sporting. El apoyo del club a las futbolistas fue, en inicio, inequívoco. Después llegarían los altibajos, muy especialmente con la crisis económica de la entidad que a punto estuvo de hacerlo desaparecer en el año 2005. La colaboración de las jugadoras y sus progenitores fue clave para superar el bache y que el Sporting siga hoy con su primer equipo femenino en la categoría de plata del fútbol español, aunque le quede poco tiempo en ella. Es también obligado mencionar a los entrenadores Manolo Badás, padre del fútbol femenino actual en Asturias y ex entrenador del Sporting, a Ismael Díaz Galán o a la entrenadora Montse Sirgo, ex futbolista internacional, algunas de las personas responsables de que el Sporting tenga equipos para mujeres y niñas desde hace ya casi veintisiete años. Demasiado tiempo y demasiado esfuerzo como para tirarlo por la borda. El actual primer equipo femenino se encuentra en una situación clasificatoria lamentable. Colistas con sólo una victoria, dos empates y trece derrotas. Un descenso ya asumido de una categoría que podía derivar en la pérdida de dos, si acaba entre los dos últimos equipos de la tabla. Es decir, el Sporting pasaría de estar en la segunda categoría al cuarto nivel del fútbol femenino español. Y, además, arrastrando al Sporting B a descender a la quinta división. Un panorama oscuro desde el inicio, con un equipo en que a nivel personal, individual, las futbolistas mejoraron sus condiciones notablemente con respecto a dos o tres años atrás, pero no así el equipo. Éste se debilitó notablemente, los números cantan. No sé si los refuerzos recién llegados servirán para cambiar la dinámica, pero no parece que vaya a ser tarea fácil. Veremos si es posible o no. Hoy por hoy, resulta desolador ver a un equipo que lleva el nombre y el escudo del Real Sporting de Gijón arrastrarse por el fondo de la clasificación, perdiendo jornada tras jornada sin que a los responsables del club parezca importarles tal situación.
🎥 Así de bien lo pasó el primer equipo en #ForusGijón 🥰#JuntasPorUnSueño pic.twitter.com/96cgsMkMfB
— Real Sporting Femenino (@RealSportingFem) February 10, 2022
Y en esa dinámica dramática, con el doble descenso a la vuelta de la esquina, las redes sociales del Sporting Femenino acentúan esa sensación de que nada importa. Si se pretende ser profesional, hay que empezar a comportarse como tal. Mucho más si se lleva el escudo de un club con la historia del nuestro. Las formas son casi tan sagradas como el fondo. ¿Qué diríamos si el primer equipo juvenil del Sporting, tras su desastrosa derrota sufrida por 11 a 0 colgara un vídeo semejante al que subió hace poco el Sporting Femenino? Y más aún cuando supone una gota, grande, que colma un vaso de risas. La generalidad de la afición es consciente de que el fútbol femenino debe generar espectáculo e ingresos, pero no se está acertando con el camino ni en una dirección ni en otra. A cualquiera que sienta al Sporting le duele ver esta situación. Si sale un equipo a competir con la camiseta y el escudo de nuestro club debe hacerlo con todas las garantías, sabiendo que el pozo de la clasificación nunca debe ser su sitio. Poco vale que la idea de los dirigentes de la entidad sea la de construir un equipo de cantera y que la mayoría de las chicas sean muy jóvenes. El ridículo clasificatorio no puede sustentar ningún presente ni tampoco un plan de futuro. Nada se puede construir desde las cenizas. Y eso es lo que quedará si finalmente se bajan dos categorías, únicamente el recuerdo de las risas de una especie de campus futbolístico y el desastre de ver a tu equipo en el abismo. Luego viene el tema del dinero, claro, donde se nota de verdad el apoyo o no a un proyecto. Un club en el que hay unos gastos presupuestados de más de 16 millones de euros no puede tolerar que un equipo de los suyos se arrastre en la clasificación. Habrá que recortar de alguna partida para reforzar lo que sea necesario y evitar debacles de este tipo y también deberán usar la cordura y la mesura en sus redes sociales. Por más contratos publicitarios que haya. Y sí, pocos van a ver a las jugadoras del femenino (que tampoco es que den muchos motivos deportivos para enganchar a la afición), pero muchos sufren viendo así a su Sporting. Más de los que ellas imaginan. Conviene recordar que el sportinguismo no está formado únicamente por los que somos accionistas, ni siquiera por lo que somos socios o vamos habitualmente al campo, hay mucha más gente detrás que no es ni una cosa ni otra y siente al Sporting como algo propio. Tanto en el mismo Gijón como en Tenerife o Estocolmo. Por todas esas personas, añadiría que también por las que ya no están, al escudo se le debe respeto y duele ver a un Sporting así.
No me gusta el fútbol, así que mi opinión parte de esta premisa. No veo problema en que los jugadores de un equipo de fútbol se relajen en un spa, hayan ganado o hayan perdido. ¿Es que no tienen derecho a hacerlo si han perdido un partido? ¿Qué son, gladiadores en la antigua Roma? A lo mejor, y solo es un suponer, a estas chicas lo que les importa es ser un equipo y jugar juntas, no darle gusto a «femiñordas», «aliades» y gente en general que le importa más que el Sporting vuelva a Primera División, a que una alcaldesa con ínfulas de Calígula quiera reconstruir desde cero el paseo de el Muro.
La mala gestión del Sporting.
Es igual hombres que mujeres.
Hay muy mala gestión por parte de la familia,la Fernandez.Nefasta!!!