Por fin las turutas y tambores volverán a oírse y ensordecerán las calles gijonudas. Adiós a veinticuatro meses con los fondos de armario carnavaleros olvidados, encerrados bajo llave, con la única compañía de las bolas de naftalina
¡Ay, ay, ay que ya está a las puertas el festejo más loco y atrevido del año, el Antroxu! Dos largos años de silencio que esta semana termina. Por fin las turutas y tambores volverán a oírse y ensordecerán las calles gijonudas. Adiós a veinticuatro meses con los fondos de armario carnavaleros olvidados, encerrados bajo llave, con la única compañía de las bolas de naftalina.
¡Pues eso se acabó! ¡Ala! Esta semana abran esa puerta y desempolven sombreros, máscaras, lentejuelas, zapatos, boas de plumas, pestañas postizas kilométricas y maquillajes de fantasía porque lo pasado es olvido. Eso sí, hay un complemento que será obligatorio y que nos ha acompañado en los últimos tiempos, la mascarilla.
Todo el entramado antroxero no sería tal sin las charangas. Esas formaciones multitudinarias que adornan con sus músicas establecimientos hosteleros, plazas y calles y que a día de hoy ensayan sin tregua en las tablas del Jovellanos hasta bien entrada la noche. Su trabajo es arduo y constante porque, ese agite que les pone la adrenalina a punto de caramelo, es parte de su vida.
Os Brasileiros do Xixón
Durante estos días iremos acompañándolas y es de ley comenzar por una de las más longevas, la formada por Os Brasileiros Do Xixón. Cuarenta y cuatro cabezas que destacan por sus tocados de plumas y “brilli brilli” y por la super bailarina que abre de “taconazos” sus desfiles y que ya ha perdido en estos largos años trabajando como vedette, desde la espaldera al casquete o tacón.
Aprovechan su vestuario anual para acudir a cabalgatas (Berón, Pola de Siero) y acompañar a las divertidas naves que se lanzan en el agua el día del Descenso Folklórico del Nalón. Confiesan que en esta edición serán más brasileiros que nunca en cuanto a vestuario y música así que ya saben, el desfile de este año tendrá glamour y lentejuela a dolor.
Perdíos de los Nervios
Perdíos de los Nervios, otra de las formaciones antroxeras, están como su nombre indica perfectamente, desquiciados por esa especie de “alien” que sube y baja por el estómago y que precisamente recibe el nombre de nervios. Y eso que llevan ya veintitrés años dando guerra con sus turutas, tambores y desternillantes disfraces.
Ya se han establecido cómo asociación, condición que todas las formaciones deben tener para poder moverse por otros ayuntamientos, así que seguramente que nos tropezaremos con ellos en algún festejo veraniego. Durante la pandemia ha surgido un baby boom en Los Perdíos, e incluso a día de hoy esperan un nuevo nacimiento. ¡Se están multiplicando!
Recuerdan con especial cariño uno de los disfraces con los que se presentaron al concurso de charangas, el de monjas. No solo rompieron estereotipos si no que confrontaron tertulias. Este año adelantan que su intervención en el concurso será más reivindicativa que nunca. Ver veremos.
Los Restallones
Hoy despediremos sección antroxera con Los Restallones que este año cumplen veinte años de concurso charanguero. Con ocho primeros premios a sus espaldas, que no es moco de pavo, desfilan también por Mieres, Oviedo…y están formados por vecinos de todo Gijón, incluso de Oviedo.
Después de dos años callados tienen mucho que decir, aunque lo tienen que condensar escrupulosamente en once minutos, tiempo que debe durar la actuación. Suelen pensar muy mucho las letras para ser originales y no coincidir con otras charangas. Ese es un tema difícil porque los acontecimientos y cuchicheos anuales, son los que son, así que el “rincón de pensar” suele visitarse mucho. Son incluso capaces de hacer videos tutoriales de cómo hacer sus gorros y complementos. ¡Maravilloso!
Y hasta aquí. Mañana más y mejor.