Ramón De Santiago impone su criterio y el mallorquín será entrenador del Sporting hasta final de temporada. El técnico de Palma conoce la segunda división y comenzará una nueva andadura como entrenador en su quinto equipo

A rey muerto, rey puesto. El Real Sporting comienza hoy un nuevo camino, una nueva etapa -y ya será la octava desde el último descenso-. Es la eterna búsqueda de El Dorado, con la amargura de que, en Gijón, sabemos dónde está el tesoro. Pero siempre falla algo, ya sea la brújula o el mapa, las ruedas de los carros que se rompen o que no queda agua en los bidones. Cinco años de travesía en el desierto minan el ánimo de cualquiera. Y tiene pinta que, salvo milagro, habrá un sexto.
En esta nueva misión, imposible para algunos, el capitán de la nave es una vieja aspiración rojiblanca. Josep Lluis Martí lleva sonando un tiempo para sustituir a David Gallego. Las malas lenguas y alguna filtración interesada comentan que aún no le había llegado la hora al de Suria. Martí esperaba su momento, hasta que dijo que era ahora o nunca. Los dados dijeron “ahora”, aprovechando la derrota contra la Ponfe del otro día, los enfrentamientos con la afición de Gallego y la junta de accionistas de ayer. Un tres en uno que envolvía un despido cocinado a fuego lento, desde que en diciembre se llegara a la triste cifra de una victoria en 11 partidos. La brillante Copa rojiblanca le dio un poco de aire al cuerpo técnico. Pero ya no más.
A siete puntos de play off y en la mediocridad de la zona medio-baja de segunda, llega Martí para intentar remendar los agujeros de una nave que se hunde. No es un fichaje de relumbrón ni que emocione a la Mareona, que tal vez soñaba con otro entrenador. De los que más han sonado, no obstante, es el que ofrece mayores garantías. Entre los candidatos figuraban nombres como Lopez Garai, Etxeberría, Alejandro Menéndez… Ningún nombre top que llenase el estómago rojiblanco de ilusiones.
Martí, con un amplio bagaje en segunda división, ha dirigido a Tenerife, Dépor, Girona y Leganés con resultados dispares. A los isleños los llevó a jugar la final de play off, igual que a los gallegos. La etapa en Cataluña y Madrid, sin embargo, no fue tan afortunada y fue despedido tras no alcanzar los objetivos fijados. Ahora, en Gijón, tiene una papeleta difícil. El sexto puesto está lejos, muy lejos. Son 7 puntos, sí, pero con 8 equipos por delante. El Sporting le ofrecía contrato hasta junio, pero el técnico isleño habría incluido una cláusula de renovación automática en caso de quedar entre los 10 primeros.
Josep Lluis volverá a encontrarse en Gijón a viejos conocidos. Entre ellos Ramón De Santiago, mano derecha de Javier Fernández y principal valedor del mallorquín. Juntos vivieron los mejores días de aquel Sevilla diseñado por Monchi y que se instaló en la élite europea. También tendrá a Pichu Cuéllar, a quien entrenó en el Leganés, a Jordi Calavera y a Rivera. Dicen los que le conocen que es un hombre serio, muy serio. También tiene fama de estudioso, de tomarse muy a pecho su trabajo. No es un míster tribunero, al estilo de Preciado o el Cholo, de esos que con tan sólo su presencia incendian al aficionado. Un perfil que, por otro lado, siempre ha encajado bien en Gijón.
El de Palma se estrenará contra el Zaragoza en Gijón. No es un mal día para sentarse en El Molinón. Los maños, con el viejo conocido Miguel Torrecilla a los mandos de la dirección deportiva, llegan necesitados de puntos para escapar de la zona baja. Martí tiene un rival de los asequibles, si es que eso existe en la Liga Smartbank. Comenzar con buen pie ante tu hinchada sería un buena noticia más allá de los tres puntos. El cambio de inercia, mantiene vivos los rescoldos que permitan soñar con el play off y dar un poco de pan a la hambrienta grada gijonesa. Perder sería, lamentablemente, poner el último clavo a una temporada que comenzó llena de ilusión pero que se ha ido deshilachando como un trapo viejo.