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Las fiestas del Antroxu o Carnaval se inician con Les Comadres y acaban el miércoles de ceniza con el entierro de la sardina. En el carnaval astur de los años 20 era común la presencia de “revestíos” con pieles de animales y telas que ocultaban todo el cuerpo y el rostro. Ya empezaban a aparecer los disfraces sofisticados, de encargo, sobre todo para niños, a la moda parisina: arlequín, payaso, pirata, diablo. También salían carrozas engalanadas con motivos vegetales y gente disfrazada tirando serpentinas.
El punto neurálgico del Antroxu era Begoña, un espacio protegido del viento invernal donde confluían el desfile de disfraces, carrozas, mascaritas, rondallas, murgas y estudiantinas. También era frecuente la presencia de carros engalanados con decoración floral, como el que se aprecia al lado del palacio de Revillagigedo, con varias sofisticadas muchachas vestidas de orientales que lucen referencias simbólicas del carnaval veneciano (el león alado y el libro).
