Inocencia Hulton, carnaval y teatro para ayudar al Sporting

Por primera vez unas mujeres entraban en la directiva del Real Sporting de Gijón, el club que tenía la mayor masa social de Asturias y que alcanzó los 2200 socios en enero de 1936

En junio de 1930, el Ateneo Obrero acogió una junta general de socios y allí, a iniciativa de Ismael Figaredo, aprobándose la creación del Grupo Auxiliar del Sporting, el G.A.S., un grupo de veinticinco socios que se hicieron cargo de la gestión del club y de buscar, paralelamente, nuevos ingresos. Al frente de este grupo rector del club estaban Pedro Garnung Portilla, Enrique Juanes Gallego y Sergio Villaverde Lavandera. Para formar parte de él era imprescindible una doble condición: ser socio del club y aportar 25 pesetas. El 5 de noviembre del año 1933, se acordó renovar y ampliar el número de los asociados al G.A.S. y subir la cuota de aportación a 1.000 pesetas por cada miembro. El Sporting tenía una deuda elevadísima, cercana a las 200.000 pesetas, y un futuro incierto, más que complicado. En ese año 1933 se incorporaron tres mujeres al grupo de trabajo del G.A.S.: Inocencia Hulton, Herminia Rodríguez y María Elvira Sampil. 

Ino Hulton era una persona extremadamente activa en la vida social gijonesa de la época. Había organizado rifas para las familias desfavorecidas de la ciudad, para ello contaba siempre con la ayuda de su hermano Anselmo y la de su tío, Federico Hulton González-Posada, que era secretario de la Junta del Puerto de Gijón. Así, por ejemplo, el 3 de abril de 1931 había organizado una obra de teatro benéfica, participando además en la representación, “El alfiler” de Pedro Muñoz Seca. A tal efecto, había contado con la ayuda del periodista Vicente Innerarity y del concejal de festejos Félix Guisasola. Ellos le habían abierto las puertas del consistorio gijonés y, por consiguiente, la ayuda del mismo. Para la representación de la obra también habían conseguido la ayuda del propietario del Teatro Dindurra, Manuel Sánchez-Dindurra,  alquilándoles el local a un precio muy inferior al habitual. El Ayuntamiento corrió con los gastos de cartelería publicitario. Ino Hulton, junto con su hermano Anselmo y un amigo, Andrés Monreal, consiguieron recaudar, después de descontar los gastos, cerca de 3.495,30 pesetas. La cantidad era notable para la época, especialmente si lo comparamos con lo recaudado simultáneamente para el mismo fin por el cuerpo de bomberos local, que apenas alcanzó las 300 pesetas. Así, con las exitosas experiencias vividas en el pasado y debido a la enorme crisis económica que ahogaba al club, Hulton propone, con el respaldo de sus compañeras, realizar una serie de actividades para conseguir un dinero que se precisaba con urgencia para abordar al menos la temporada. 

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Se organizaron verbenas en el Salón Japonés, fiestas en los salones del café Richmond, que era un local famoso por su amplia carta de cocteles ingleses que hacían las delicias, muy especialmente, de las jóvenes gijonesas, una novillada de ayuda al club en la plaza de El Bibio, la organización de un baile de carnaval en el teatro Dindurra con la ayuda de la Peña Galaica Astur, celebrado el día 18 de febrero de 1934 al que asistieron algunos futbolistas de la primera plantilla del club. Entre ellos su gran figura, Ramón Herrera, así como la flamante Miss Carnaval 1934. El baile resultó un éxito y parte de los beneficios conseguidos por la peña cultural fueron donados al Sporting con el objeto de paliar, aunque fuera mínimamente, su maltrecha economía. Pero de entre las propuestas venidas de la mano de Hulton, muy especialmente destacó una arriesgada que, en principio, no contó con el respaldo de toda la directiva: una obra de teatro. Con el apoyo expreso del presidente Ismael Figaredo, la propuesta de Ino Hulton se pudo llevar a cabo y con la aprobación, poco antes de fallecer, del que fuera propietario del teatro Dindurra, Manuel Sánchez-Dindurra, abuelo del que sería pocos años después ídolo del sportinguismo, Cholo Dindurra. La obra, “Don Juan Tenorio”, estuvo representada íntegramente  por gijoneses y ninguno de ellos era actor profesional. Tres de ellos son, además, futbolistas del Sporting: Ramón Herrera, que interpretó el papel principal, el de Don Juan, Félix Rotaeta hizo de Don Luis y Patricio Rubiera que actuó como Ciutti. En cuanto al principal papel femenino, el de Doña Inés, lo representa la propia Ino Hulton. Además, Francisco González y Teresa Basterrechea protagonizan los otros papeles secundarios en la representación. La obra teatral fue un rotundo éxito y se vendieron las mil doscientas localidades disponibles  con mucha antelación, lo cual supuso una inyección de dinero importantísima para el club. Aunque la deuda siguió siendo muy elevada, ayudó a cubrir el presupuesto de la temporada en un Sporting acuciado de serios problemas económicos y, un día antes a la representación de la obra teatral, el 12 de julio de 1934, se celebraron elecciones en el club. Por primera vez, las socias tuvieron derecho al voto. Las elecciones fueron ganadas por la candidatura de Emilio Tuya quien decidió incorporar a aquellas que tanto habían aportado a la entidad, Inocencia “Ino” Hulton, Herminia Rodríguez y Elvira Sampil, como vocales de su junta directiva. Como vicepresidentes fueron elegidos Alfonso Albo y Félix Guisasola, José Ramón Lueje fue escogido secretario, Emilio Suárez lo hizo como tesorero, Luis Álvarez como contador y Jesús de la Torre, Dionisio Nespral, Francisco Quirós, Ulpiano Vigil-Escalera, Benigno Morán, Fernando Villaverde, Emilio Morán y Rafael Fuente completaban la directiva en calidad de vocales. Inocencia Hulton fue nombrada, además, directora de asuntos  femeninos de la entidad. Por primera vez unas mujeres entraban en la directiva del Real Sporting de Gijón, el club que tenía la mayor masa social de Asturias y que alcanzó los 2200 socios en enero de 1936. Convirtiéndose la entidad gijonesa, además, en uno de los tres clubes de fútbol españoles que contaban con mujeres en sus directivas. En el año 1924 el Real Madrid había nombrado a Josefa Gomar Pérez Seoane como “vocal de asuntos femeninos”. Paralelamente al Sporting, en el mismo 1934, Ana María Martínez Sagi entró como vocal en la junta directiva del Fútbol Club Barcelona. Abriendo, todas ellas, un arduo camino que aún está en construcción.