En la mañana de este jueves, vecinos de Gijón se percataban del tono blanquecino del que se habían impregnado las aguas del río Piles. Algunos confirmaban que esta capa de contaminación alcanzaba hasta la altura del molino de la Coria, y más arriba.
Como ha denunciado recientemente la Coordinadora Ecologista de Asturias, los vertidos en el Piles son un problema que se acentúa «desde hace años». Desde el Ayuntamiento defienden que la solución pasa por la renaturalización del río Piles. Por contra, desde el Grupo Covadonga, usuario del río en actividades deportivas, opinan que no se deben desarrollar proyectos cuya máxima es la de la libertad de flujo del agua.