«Creo que había una expectativa de que esto que se eligió en 2017 se iba a desinflar, que iría decayendo»
«Según todos los datos que tenemos -no sólo los propios –, Ana González es la política más valorada de la ciudad»
Iván Fernández Ardura es la otra cara de la moneda de un PSOE que se batirá en duelo el próximo fin de semana por la dirección política del gobierno de Gijón. Con tono pausado, defiende la gestión electoral de su equipo que les ha “permitido recuperar la alcaldía” y rechaza la postura del aspirante, Monchu García, cuando le acusa de haber facilitado una mala convivencia interna: “Cuando has hecho actividades y has sido capaz de movilizar en cuatro años, a pesar del Covid, a 10.000 participantes, eso es un dato objetivo”.
Estáis en un proceso que no son primarias, aunque pueda parecerlo por el protagonista de los dos candidatos a la Secretaría General. ¿Qué diferencia hay entre este proceso y unas primarias?
Las primarias están previstas en los estatutos para los procesos federal y autonómicos. En el ámbito local es una Asamblea Congresual. Una asamblea en la que los afiliados votan dos candidaturas a la comisión ejecutiva y también se van a votar representantes de la Agrupación al comité autonómico.
Es verdad que se personaliza bastante en los candidatos a secretario general de cada candidatura poque, evidentemente, la figura del secretario general es muy determinante en cuanto a marcar la línea política de esa dirección. Pero lo que se elije son ejecutivas al completo.
Es que al final lo que le llega al afiliado son las figuras que lideran cada candidatura. También es cierto que, por las particularidades de este proceso, no tenéis que presentar los nombres de toda la candidatura hasta 24 horas antes…
Sí, cuando se personaliza es cierto que da esa impresión, pero las candidaturas también son importantes. Yo, además recalco mucho que esto es un proyecto colectivo. Evidentemente el secretario general marca una línea, tiene que mantener una coherencia dentro de la organización, y gestionar los problemas para que la organización funcione en la línea adecuada. Pero lo que hace que el partido funcione es la Comisión Ejecutiva porque cada Secretaría está tirando de sus áreas y eso, al final, es lo que hace que funcione el partido.
De hecho, estos cuatro años hemos tenido un nivel de actividad muy potente porque la Comisión Ejecutiva que ha estado acompañándome estos años ha respondido a un nivel muy alto. Y algo que tengo que valorar mucho es que hay otras direcciones políticas que cuando llegan parecen que se van a comer el mundo, hacen muchísimas actividades los primeros meses y luego la cosa va declinando. En cambio aquí el nivel de actividad se ha mantenido a unos niveles muy altos los cuatro años. Porque hay un sentimiento de colectivo, de organización. Y, por lo tanto, los secretarios lo que están es tirando con sus responsabilidades y no están pensando en quedar bien, o si merece la pena hacer esto o no hacerlo.
Esa actitud de trabajo, de que lo importante es el partido, de mejorar la organización, nos ha permitido llegar al final del mandato con un ritmo de trabajo muy alto.
¿Cuáles son los programas de tu proyecto para esta nueva etapa?
Lo primero que tenemos que hacer es cuidar la organización. Creo que tenemos un proyecto político que nos ha permitido recuperar la ciudad porque actualizamos el modelo de funcionamiento de la Agrupación. Pusimos una línea política que es mucho más atractiva para la ciudadanía, tenemos que cuidar eso. Si nos ha ido bien en Gijón estos años es porque la gente nos entendía, porque teníamos unos mensajes que conectaban con la ciudadanía. Por lo tanto, eso tenemos que cuidarlo.
Eso pasa por una rendición de cuentas continuada con los representantes institucionales y orgánicos ante la militancia. Porque si la militancia ve que se rinde cuentas ante ella, pues se implica. Y eso permite que muchos hombres y mujeres dediquen parte de su tiempo libre a que esto funcione.
Necesitamos también un partido que tenga una conexión fuerte con la sociedad. Afortunadamente nosotros cambiamos un poco la perspectiva de relacionarnos con la sociedad porque, hasta ese momento, se centraba principalmente en los cargos institucionales. Creo que el partido, como Agrupación, tiene que jugar un papel ahí pero tiene que hacerlo desde una perspectiva diferente para no duplicar el esfuerzo ni que nos solapemos. Eso empezamos a hacerlo con muchos colectivos que lo agradecieron y que así nos lo trasladaban, ya que hacía bastante tiempo que el partido no se reunía con ellos, aunque sí estaban acostumbrados a hacerlo con los cargos de los grupos municipales. Pero no con el partido. Tenemos que mantener esa línea: la relación con los dirigentes del partido, pero también con los afiliados porque hace más atractiva la vida del partido y hace que las conexiones con el mundo asociativo sean mayores.
También tenemos que reforzar la presencia de gente joven con la colaboración de las Juventudes Socialistas. Trabajar de su mano, con las entidades juveniles que hay en la ciudad para que haya una mayor relación a nivel de partido.
Desde luego, mantener una línea política cómoda con la FSA, con la que compartimos el proyecto plenamente. Además con una posición de influencia, como se ha visto en el último congreso autonómico; con una buena presencia en el gobierno autonómico; el respaldo absoluto a nuestra labor institucional y, en especial, a nuestra labor en el Ayuntamiento de Gijón, y mantener esa línea de trabajo. Porque si el partido ha mejorado mucho estos años, va a seguir haciéndolo.
Hablabas de los jóvenes y parece que los partidos tradicionales tenéis un problema para atraer a los chicos a las organizaciones. No sólo vosotros, claro está, pero es cierto que la participación juvenil está costando.
Somos una organización muy sólida, muy seria. Yo creo que al final eso nos permite mantenernos en el tiempo. Otros que iban con una fuerza enorme se han ido desinflando y nosotros nos mantenemos en esa línea. Pero son estructuras de participación un poco rígidas. Y, para alguien que viene de fuera –y especialmente si es joven– a veces puede chocar un poco.
Creo que lo que tenemos que hacer en el partido es crear espacios donde la gente joven sea protagonista. Al final gente joven con gente joven es como de verdad le va a apetecer formar parte de la organización. Y eso es lo que tenemos que ir cuidando. Al final tenemos una coherencia que nos permite generar una formación política, que nos permite una visión de la realidad mucho más completa que mensajes más cortos o más simples, y eso lleva un tiempo manejarlo y ponerlo en valor. Necesitamos que haya gente joven dentro de la organización que esté cómoda y dar tiempo a que escuche esos mensajes. Y, sobre todo, adaptarnos a su visión de ver la vida. Porque si es verdad que, aunque los problemas son prácticamente los mismos que tenían los jóvenes hace veinte o treinta años, la percepción de las cosas es muy diferente. El mundo ha cambiado. Necesitamos que ellos sean protagonistas porque son quienes conocen esa realidad y los que pueden afrontar esos problemas con ese punto de vista.
Nosotros, por muy buena voluntad que tengamos, hay cosas que no nos pillan por generación. Ese protagonismo es importante que se lo podamos dar.
¿Tal vez los mensajes más directos de partidos como Podemos en la izquierda o Vox en la derecha están calando más?
Lo que sí solemos ver es que, ese tipo de mensajes, sin nada detrás, al final general desencanto. Y, al final, quedamos las organizaciones que tenemos otra línea política. No hay partido que defienda más los intereses de los jóvenes que el PSOE. Porque las políticas que podemos desarrollar concretas en favor de la gente joven, quien más las va a desarrollar somos nosotros. Otros partidos tienen otro tipo de prioridades que no son los jóvenes.
La convivencia interna está siendo el gran caballo de batalla del proceso. Monchu y muchos de los que le apoyan hablan de que se encuentran incómodos en el partido.
Tengo muy claro que lo mejor para el partido es que potenciemos al máximo las capacidades de toda nuestra militancia. Por eso es fundamental contar con todo el mundo. Eso creo que, desde que estamos al frente de la dirección política, lo hemos hecho siempre. Hay argumentos objetivos. Siempre hemos contado, independientemente de lo que se apoyase, para hacer listas, para puestos directivos del Ayuntamiento, intentamos en su momento que nuestro portavoz municipal fuera alcalde… Siempre hemos contado con los compañeros y compañeras si creíamos que podía ser positivo para la ciudad, independientemente de que respaldaran o no a la comisión ejecutiva.
Siempre hemos intentado que la gente se sintiera cómoda en la organización. Si algo destaca en estos cuatro años es un ambiente muy bueno dentro de la Agrupación. A pesar de que somos conscientes de que hay una división y que hay compañeros que no comparten el funcionamiento, o no les gusta lo que hay en la Agrupación, lo cierto es que el ambiente estos cuatro años ha sido muy, muy bueno.
Cuando alguien ha trasladado alguna crítica yo, desde mi posición de secretario general, siempre he arropado esa crítica. Primero porque quiero que la gente se sienta cómoda. Segundo porque me da oportunidad de contestar a esos mensajes y a poner en valor lo que estamos haciendo. Y tercero porque, a veces, tienes que acoger los matices que están diciendo ahí para incorporarlos al proyecto.
¿Qué creo que ha pasado? ¿Por qué ha habido una parte que no ha querido colaborar en la vida del partido? Pues yo creo que había una expectativa de que esto que se eligió en 2017 se iba a desinflar, que iría decayendo, y que se podría recuperar la situación del partido de otras épocas anteriores. Creo que han estado a la expectativa de que eso pasara. Me hubiera gustado que en este proceso congresual pudiéramos tener un proyecto conjunto. Tenemos en 2023 un reto muy importante de cara a las elecciones y hubiera sido positivo que todos hubiéramos formado parte de un proyecto político colectivo en el que, además, podrían estar perfectamente. Nos sentiríamos cómodos perfectamente con su colaboración. Pero si no es posible de esa manera, otra manera que podemos lograrlo es que la dirección política que se elija tenga un respaldo importante y no haya esa expectativa de que esto se puede acabar. Y, a lo mejor, ahí se generan dinámicas de colaboración.
Lo que tengo clarísimo es que siempre estaremos abiertos a esa colaboración porque son militantes de ese partido. Y como secretario general me toca apoyar y arropar a todos los militantes de la organización, me voten o no. Porque lo fundamental es el partido. No hemos tenido actitudes defensivas, no nos hemos dedicado a cuidar nuestra posición dentro del partido. Nos dedicamos a impulsar al máximo el funcionamiento de la organización y creo que lo hemos demostrado en infinidad de ocasiones en las que hemos antepuesto lo que el partido tenía que ofrecer a la ciudad por encima de las cuestiones internas.
Las divisiones internas en un partido no suelen ser buenas, pero menos aún cuando en un año tenemos elecciones en la ciudad, ¿verdad?
Lo que tenemos que pensar es que tenemos retos que deberían ser compartidos por todos nosotros. Creo que lo que queremos es que, por supuesto, mantener la buena situación que tiene el partido ahora e ir a mayores.
Y que tenemos retos muy importantes con nuestros rivales políticos, incluyendo la ultra derecha, muy duros. Tenemos que estar todos juntos trabajando por eso. Creo que era bueno hacerlo en este congreso. Si no es en este congreso pues esperemos que sea a posteriori. Pero va a ser una necesidad. Aquí estamos para servir a la ciudad, todos los que formamos parte de este partido. El único interés que tenemos es impulsar la labor de nuestro equipo de gobierno, reforzar el papel que tenemos los socialistas en la ciudad, y tener un partido fuerte, dinámico, abierto y con influencia. Y todo eso creo que lo hemos logrado. Pero queremos ir a mayores. Y cuanta más gente esté dispuesta a trabajar mejor.
Pero lo que tenemos que tener son proyectos compartidos, objetivos compartidos y lealtad entre nosotros.
Se da por hecho que el PSOE repetirá victoria el año que viene, pero la derecha podría acabar sumando… ¿Hace daño esta división de cara al 2023?
Desde luego que es mejor contar con un partido unido. Tenemos una buena perspectiva por los datos que tenemos, pero también por las encuestas que hemos visto publicadas. Pero esas perspectivas tienen que cumplirse y para eso necesitamos impulsar el trabajo. Queda muchísimo trabajo, y todas las manos son bienvenidas.
Hoy las encuestas demuestran tener unos fallos salvajes cuando llegan las elecciones. Y también estamos en una situación donde todo cambia de hoy para mañana. El PP en Castilla y León parecía que se iba a llevar una mayoría absoluta y se fue desinflando. Justo al revés que Ayuso que, con el paso de la campaña, fue creciendo hasta alcanzar una posición de fuerza. ¿Cómo analizáis vosotros las encuestas?
Yo soy una persona bastante prudente en cuanto al análisis de las encuestas. Cuando hablo de estas cosas, hablo de que hemos mejorado mucho. Que la información que tenemos, a día de hoy, es que nos mantenemos igual de fuertes o mejor. Pero yo no anticipo lo que pueda pasar en 2023. Yo creo que tenemos una buena posición ahora y que, por tanto, tenemos una buena posición para trabajar en el proyecto con el que hemos conseguido recuperar el partido para tener un buen resultado en el 2023. Pero eso dependerá de nosotros. Estamos en unos tiempos políticos enormemente cambiantes, hay que estar preparado para lo que pueda pasar, y creo que hay que respaldar un proyecto que ha tenido éxito. Si ha tenido éxito es más fácil que siga teniendo éxito. Y contar con toda la gente que esté dispuesta a colaborar. Porque creo que tenemos un reto importante. Y los riesgos en política siempre están, no se puede dar nada por sentado, y tenemos un objetivo – que tiene que ser un objetivo de todos – y en que vamos a centrarnos totalmente.
La alcaldesa le apoyó públicamente en la Casa del Pueblo como mejor opción para seguir al frente de la Secretaría General. ¿Hay temor de que, si gana Monchu, Ana González pueda decidir no presentarse?
Ana González, aparte de ser la alcaldesa con la que hemos recuperado el gobierno en la ciudad – y que todos los datos que tenemos, no sólo los propios – dicen que es la política más valorada de la ciudad. Entiendo que, independientemente de cualquier decisión que tome la Asamblea Congresual, tiene que ser nuestra candidata. No se entendería otra cosa en la ciudad.
Me refería más bien a que Ana González, por falta de feeling, o por sentirse menos apoyada que actualmente, sea la que decida dar paso a otro nombre con más apoyo de la posible dirección de Monchu.
Yo siempre he defendido la estabilidad dentro de la organización. He cuidado mucho eso. Incluso a veces no contestando a determinadas cuestiones que permitían que hubiera algunos mensajes que iban por ahí. Yo no contestaba para no general tensiones en la organización. Me dedico a mandar mensajes potentes, a reforzar el partido, a transmitir una imagen de que el partido está fuerte y no tengo por qué pensar que haya una expectativa en ese sentido. Creo que la institución está en una dinámica buena y creo que eso no está en cuestión.
Volviendo al tema de la Asamblea Congresual: ¿al final no va a haber debate?
No, yo no tenía inconveniente en debatir con Monchu. Pero la FSA nos ha dicho que nos atengamos a las normas del partido, que nos dicen que en el partido hay un espacio para el debate que es la asamblea y que nos centremos allí.
¿No pierde en esto el militante? Al final quienes estuvieron en los actos de presentación ya van con el voto decidido, pero hay una masa de afiliados que pueden no tener claro el voto.
En realidad también es verdad que en esta organización nos conocemos todos. Los mensajes están más que repetidos. A mí escenificar un debate me parecía bien, no tenía ningún inconveniente, pero no íbamos a decir nada que la militancia no supiera. Llevamos estos años en el partido con unos mensajes muy similares a los de ahora. Podía estar bien, pero las normas son las que son.
Estamos en un momento donde manda el discurso en la sociedad de vencedores y vencidos, ¿puede que esté sufriendo eso la Agrupación? Parece un mal endémico dentro de los partidos últimamente: el PP con Pablo y Asenjo, Foro con Cascos…
Puede ser. De hecho yo hace tiempo que machaco mucho los datos porque hay percepciones que son objetivas, que están fijadas con claridad, pero a veces hay gente que no lo ve, que tiene otra percepción. No deja de ser legítimo, cada uno ve las cosas como consideran que tienen que ser. Pero al final, cuando tu dices que has reforzado electoralmente el partido, es obvio. Cuando has hecho actividades y has sido capaz de movilizar en cuatro años, a pesar del Covid, a 10.000 participantes, eso también es un dato objetivo. Si has tenido más de trescientos encuentros entre representaciones del partido en otros colectivos o trabajos conjuntos con esos colectivos, en estos cuatro años, ese es otro dato objetivo. Si tienes una posición de influencia importante en la FSA, ahí hay otros datos objetivos. Si tienes una buena presencia en el gobierno autonómico, ahí hay otro dato objetivo. Si las encuestas publicadas, y las que tenemos nosotros, nos dan, hoy por hoy, una buena representación política, eso también son datos que se repiten. Realmente hay muchas cuestiones que es difícil no decir que el partido ha mejorado mucho en estos cuatro años.
Sobre ese marco, lo que yo decía es que, si al partido le ha ido bien estos años, que además le iba muy mal cuando lo cogimos nosotros en muchos ámbitos, lo que creemos que tenía que ser es que, sobre esa base, tener un proyecto en el que todos estuviéramos cómodos. En el que todos pudiéramos participar.
Legítimamente se ha apostado por otra cosa. No lo voy a cuestionar porque, democráticamente, es así. Pero me hubiera gustado impulsar el partido de esta manera por lo que decía antes: tenemos un objetivo compartido que debería ser de todos. Y, al final, como le dije a mucha gente en la última asamblea que tuvimos, si nos va bien, por qué vamos a cambiar. Si hemos mejorado mucho, pues la manera de seguir mejorando es seguir por esta línea. ¿Qué eso se puede reforzar sumando más gente? Claro que sí, por supuesto. Si no es ahora, poque hay dos candidaturas y tiene que ganar una y perder otra, espero que en el futuro lo podamos hacer. Seguramente un buen resultado de la nueva dirección ayudará en facilitar eso, porque hará que algunas inercias en la organización cambien. A lo mejor esa expectativa de que esta etapa de que se pueda acabar con esta etapa del partido no es realista. No pierdo la esperanza. Primero porque es mi obligación. Segundo porque es lo mejor para el partido. Y si es lo mejor para el partido no necesito pensarlo más.
No parece que vaya a haber un bando que arrase al otro. ¿Hay preocupación de la reacción que pueda haber en el lado perdedor? ¿Hay riesgo de fractura?
Yo a lo que aspiro es a que, si la militancia respalda esta etapa que surgió en 2017, y tenemos esa continuidad, que la parte de la militancia que apueste por otra opción no se autoexcluya y que quiera participar. La dirección siempre va a estar dispuesta a ello. Espero que así sea.
El PSOE siempre ha tenido una capacidad de discusión interna importante, pero al final parecía, externamente, muy unido. ¿Cree que, al final, será así?
Lo que se ha logrado estos años no es resultado de la suerte ni de la casualidad. No daba igual quién estuviera al frente del partido. Cuando se eligió la comisión ejecutiva había gente que decía que se creaba una división en el partido en dos bloques muy importantes. Una división que está en la organización. Pero yo trasladé, y creo que se recordará, que sólo había un PSOE. Que para la ciudadanía sólo había un PSOE. Y que no íbamos a dejar que las cuestiones internas infirieran en nuestra participación en la ciudadanía. Respaldamos al grupo municipal de aquel momento, como respaldamos al actual equipo de gobierno. Tuvimos la oportunidad de intentar una moción de censura para que nuestro portavoz municipal fuera alcalde. Xixón Sí Puede no estuvo a la altura en aquel momento, pero nosotros siempre hemos priorizado ante la ciudadanía ser sólo una organización. Nunca las cuestiones internas pueden afectar a lo que los socialistas aportemos hacia afuera. Lo he tenido siempre muy claro, marcando mucho ese mensaje desde el principio. En muchos casos no contestando a ciertas cuestiones que se que están en el ambiente, pero que si no me las dicen en la asamblea no las contesto para no amplificar esos mensajes. Estos años he intentado no generar tensión a mi costa, porque cosas que oyes por ahí que tú no dices, pues al final circulan. Pero creo que han sido años que, pese a la división del partido, la visión ha sido de partido fuerte. No ha transcendido grandes problemas.