“Es surrealista que me desplace en un avión lleno para trabajar en un teatro semivacío”
Nerea Vázquez, artista y empresaria
(foto: miGijón)
“La cultura en Gijón es segura”. Así de contundente es la artista y empresaria teatral Nerea Vázquez (Gijón, 1990) en la semana de la llamada #AlertaRoja de nuestros artistas, que culminó en Asturias con la manifestación de unas mil personas, el pasado jueves en Oviedo.
Nerea tiene un perfil interesante, una mezcla del arte más indómito y el talento empresarial que la han convertido, con apenas 30 años, en una referencia y, por supuesto, en una creadora de puestos de trabajo en la región.
Le preguntamos y es clara: no le pone pegas a la gestión del ayuntamiento de Gijón en la oferta cultural de este verano que acaba, el más raro que se recuerda: “Han apostado por empresas asturianas y llevado la cultura a casi todos los barrios de la ciudad -afirma-. Otros municipios no han tenido tanta suerte. Espero que esta línea se mantenga”.
Esta semana llegaba una gran noticia: el teatro Jovellanos ampliará en octubre a 559 asientos. Sobre las limitaciones de aforo que comparten compañeros del gremio por todo el país, Nerea destaca la incoherencia de trenes o aviones: “Es surrealista que me desplace en avión lleno de gente para trabajar en un espectáculo en un teatro semivacío”.
Nos comenta que las ratios de aforo de los últimos tiempos han significado “rentabilidad 0”. Cero es también el número de complejos que tiene a la hora de asegurar sin tapujos: “La cultura es un derecho universal, y debe ser subvencionada. Lo decimos con todas las letras, y no debemos avergonzarnos”.
Nerea Vázquez nos cuenta qué les gusta ver a los gijoneses sobre las tablas del Jovellanos
En el mundo del espectáculo debes entender a tu público. Con casi diez años de experiencia profesional encima del escenario, Nerea piensa que lo que funciona en Gijón son “la comedia y los musicales”. El teatro entre los niños gijoneses también es un buen filón, en el que cree que hoy, “en un mundo de pantallas, se favorece la concentración en el aquí y en el ahora”.
Opina que ver una obra es la mejor medicina para potenciar la concentración de los más pequeños y recuerda los recursos “para la vida” que da la asignatura de teatro en el plan docente: “mejora de la expresión oral, empatía, relacionarse con los demás, afrontar los conflictos y más”.
¿El gran campo de batalla? “Los jóvenes entre 12 y 18 años. Necesitamos llegar a ellos. Seamos sinceros, en España no hay cultura de teatro y el contexto no ayuda. Debemos concentrar nuestros esfuerzos en atraer a ese público para que se aficionen y vayan al teatro durante toda su vida. Adaptaciones bien hechas de obras como La Celestina, llena de situaciones pintorescas y enredos, tienen un potencial tremendo para el público adolescente”
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