«De puertas pa’ dentro les contaré que no todas las artistas son tan generosas, ni tan humildes, ni saben llegar al corazón del público y de sus seguidores como lo hizo ella a lo largo de los años»
Hace pocos días el Teatro Prendes de Candás se vistió de gala para acoger el concierto aniversario a los cuarenta años de trayectoria de Mina Longo. Muy pocas cantantes en Asturias pueden enorgullecerse de cumplir décadas sobre los escenarios sin despeinarse. Mina ha conocido tablas de escenarios tan populares y majestuosos como el Festival de Benidorm o la Gala de Eurocanción de Televisión Española (por citar algunos de los más significativos). Pero es que, para esta gijonesa que de niña soñaba con ser cantante, no hay barreras ni piedras en el camino que se le pongan por delante, y quiso regalar un espectáculo digno de mención para las más de 500 almas presentes en el aforo candasín.
Mina lleva con el talento en las venas desde temprana edad, incluso ya cuando providencialmente su madre embarazada tuvo el gusto de conocer a Sara Montiel y la manchega le vaticinó (como si de brujería se tratase), que nacería una niña y que sería cantante. Y así fue. Con esta historia comienza el video presentación que auguraba en la villa marinera una noche difícil de olvidar.
Invitados como Nando Agüeros, Pipo Prendes, el mariachi Hispanoamérica, una banda de musicazos elegidos para la ocasión, la gaita de Abraham Riego, el acordeón de Eduardo Morais y la que les escribe, cantaron y tocaron orgullosos en un atrio cargado de emoción. No saben ustedes lo impresionante que puede resultar volver a ver las butacas llenas y los ojos vidriosos del respetable, como si pudiésemos escapar de un mal sueño y respirar la vida anterior, con la que soñábamos hace pocos meses.
En estas cuarenta primaveras no podían faltar todos los pétalos de flores en forma de canción que Mina fue desgranando a lo largo del concierto. La diva fue entonando baladas como “Que me van a hablar de amor”, rancheras del calibre de “Que te vaya bonito”, se arrancó con una tonada, entonó canciones populares asturianas como “Pescadores”, y un largo etc. El resumen de semejante hazaña (que no es otra que la de dominar todos los estilos musicales) fue la versatilidad con la que Mina supo y quiso mostrar en su noche.
De puertas pa’ dentro les contaré que no todas las artistas son tan generosas, ni tan humildes, ni saben llegar al corazón del público y de sus seguidores como lo hizo ella a lo largo de los años.
Hablábamos Mina y yo en camerino (que compartió gustosamente conmigo debido a la falta de espacio) de lo complicado que es encontrarse con compañeros/as que sumen, que enriquezcan, que no pongan zancadillas ante el éxito ajeno. En definitiva, de la envidia que rodea al ente artístico. Yo le dije que gracias a conocerla aún queda esperanza. Ella sonrió y asintió. Cuánto no sabe Mina de luchar y de tirar del carro, ella que ayudó a su madre a criar nueve hermanos, que no se le caen los anillos cuando habla de amor, de honestidad, de valores.
Tras casi hora y media ininterrumpida de grandes éxitos, su club de fans y toda la familia la arroparon en la despedida final. Flores, emociones a flor de piel, un cuadro realista como regalo a la belleza, un abrazo entrañable con su madre y una larga e interminable ovación que respigó las pieles allí asistentes. Toda una vida (o media vida) dedicada a la música. Puede parecer una locura, pero todos y cada uno de los que pudimos sentir la magia de Mina Longo ese lluvioso día de abril, supimos que no sólo fueron 40 primaveras. Fueron 40 disparos certeros, 40 suspiros y una estrella con luz propia que marca el camino. Brindo por otros 40 más, compañera.
Una autentica y buena persona.
Artista de corazon y buenísima interprete de canciones variadas y bellas..