El insuficiente empate en el debut de Abelardo deja a los rojiblancos a solo dos puntos del descenso
El Sporting sigue hundiéndose, sin tocar fondo aún. Ni el debut de Abelardo en el banquillo, aliciente emocional más que futbolístico para buscar la salvación, ayudó a los rojiblancos a lograr los tres puntos ante un Huesca que, como el Ibiza la pasada jornada, no se jugaba absolutamente nada. Se adelantaron los locales con un gol de Florian a la salida de un córner y empató Pedro Díaz en los minutos finales. El empate final fue un mal menor, pero un mal al fin y al cabo, que se hizo mayor con el gol de la Real Sociedad B al Fuenlabrada en el descuento para ganar el partido. Las cuentas son claras: el Sporting ya solo está dos puntos por encima del descenso, con el goalaverage perdido con los txuri urdin y a falta de tres jornadas, con nueve puntos en juego.
Volvía Abelardo al banquillo del Sporting, en una muestra más de amor al escudo, y lo hacía con cambios notables. El más evidente, la suplencia de Fran Villalba, para formar un doble pivote de contención con Christian Rivera y Gragera y tirar a Pedro a la banda diestra para que Aitor apareciera como segundo punta. Unos cambios que quedaron únicamente en la pizarra del vestuario y no tuvieron repercusión sobre el césped, donde los rojiblancos volvieron a estar planos, sin idea de juego y sin opciones de hacer daño a su rival.
Al primer minuto de juego, el Huesca ya pisó área rojiblanca, con una internada de Escriche que cortó con vehemencia Berrocal. La réplica sportinguista, antes del cinco de partido, con un centro de Guille Rosas que Aitor, a trompicones, remató muy desviado. Parecía que los de Abelardo querían despertar de su letargo, pero eran incapaces de tener una posesión larga. Todo lo que pasaba en el campo tenía color oscense.
El Sporting, anémico de ideas, con Villalba en el banquillo y Pedro condenado al ostracismo de la banda derecha. Todo el juego se basaba en balones largos, rifados, que Djuka o Christian Rivera intentaban bajar sin ningún resultado. El partido se iba haciendo bola, invitando a la siesta o al zapping (Alcaraz ya había roto el servicio a Djokovic en el primer juego en Madrid), cuando el Huesca tuvo la más clara. Florian y Marc Mateu trenzaron la jugada en la banda para que el valenciano sirviera un centro que Escriche, ganándole la acción a Berrocal, estuvo a punto de embocar. El canto de una moneda de céntimo faltó para que el cabezazo del atacante oscense supusiera el primer gol del partido, pero se perdió, desviado.
Un remate al aire de Djuka tras un córner que nadie terminó de rematar fue la más clara del Sporting en toda la primera parte en un partido que, lejos de la tensión competitiva que habría de esperar de un partido en el que el Sporting se jugaba la permanencia en el fútbol profesional, parecía de pretemporada.
El “Pitu” quiso empeñarse en seguir con la composición táctica inicial, con Aitor detrás de Djuka y Pedro en banda. A los cinco minutos, la peor noticia posible, con el gol del equipo local. Puso Marc Mateu el córner y Florian, solo tras escaparse de la marca de Kravets, remató al fondo de la red desde el punto de penalti sin necesidad siquiera de saltar.
Para entonces, Abelardo ya se había quitado la chaqueta del chándal oficial para quedarse con el polo blanco, en manga corta, remangándose para buscar soluciones al declive sportinguista. Sentó a Christian Rivera para dar sitio a Villalba, con Pedro en el doble pivote y Aitor en banda.
La entrada del valenciano le dio al Sporting aire, ideas y balón. Y, con ello, la más clara de los visitantes hasta el momento. Villalba filtró el balón a Guille Rosas, que apareció como una exhalación. Su remate, de primeras, lo blocó el portero oscense. Casi una hora de juego tardó el Sporting en realizar su primer remate a portería del partido. Pedro, con un inocente disparo desde fuera a las manos de Andrés Fernández, engrosó las estadísticas. Gaspar por el “Puma”, el segundo cambio.
El Huesca tuvo el segundo en una transición rápida que terminó con un remate de Marc Mateu que Cuéllar rechazó con problemas. El guardameta emeritense volvió a aparecer para evitar el tanto de Mikel Rico tras una buena jugada personal. A diez minutos del final, Abelardo dio entrada a Campuzano por el lesionado Berrocal en una declaración de intenciones ofensivas.
Y fue el catalán el que dio la asistencia del empate a Pedro. Guille Rosas puso el balón a Campuzano en el área que, girándose, sirvió el esférico a la frontal para que Pedro definiera con un gran remate, pegado al palo para poner las tablas en el marcador.
Y tuvo el Sporting la victoria en una contra de Gaspar que habilitó a Aitor García. El onubense, solo ante Andrés Fernández, definió entre las piernas del guardameta, que rozó el balón y lo desvió al lateral de la red en la más clara del Sporting en todo el encuentro. No hubo tiempo para más y el partido terminó con un empate que no sirve al Sporting más que para seguir hundiéndose en la tabla. Ya solo son dos puntos sobre el descenso.