El estado de alarma obligó a las librerías a cerrar sus puertas y a las editoriales a posponer cualquier nuevo lanzamiento. Durante meses los libros permanecieron intactos en las estanterías sin nadie que los hojeara en busca de un título que llevarse a casa. Como consecuencia, el sector literario atravesó una importante crisis, de la que ahora intenta reponerse. Para lograrlo, hasta el domingo 27 de septiembre los libros salen a la calle en Gijón. “Queremos darle un empujón al sector y acercar la lectura al público”, asegura Jaime Priede, programador de la Feria del Libro de Gijón.
Una feria del libro “plural” y segura
Un homenaje al escritor Luis Sepúlveda constituyó el acto inaugural de la Feria del Libro de Gijón, que tuvo lugar ayer, y que contará con un amplio programa a lo largo del fin de semana. En total, esta edición tendrá 45 escritores, más de 50 actividades y 45 puntos de venta, en los que las editoriales y las librerías son protagonistas. “Viven un momento muy complicado, toda su actividad quedó interrumpida, y tuvieron que resistir a base de la venta online y mucho esfuerzo”, explica Priede. Por ello, el objetivo es “ayudarles a recuperarse y sacar los libros a la calle”.
Para el programador de la feria, “hay ganas de cultura, de libros y de leer”. Así lo ha demostrado el confinamiento, cuando los libros “vivieron un auge con el que no contábamos”. Al igual que el cartel de completo que cuelgan la mayoría de las actividades programadas, para las que la inscripción previa es obligatoria.
Habrá libros, coloquios, firmas, pero también música, cine, talleres o teatro. “Es una programación muy plural porque queríamos una feria que fuera más allá de la letra impresa”, cuenta Priede. Lo tuvieron claro desde el principio, y también que el evento se celebraría de alguna manera. “Barajamos un plan alternativo, pero finalmente hemos podido hacer una feria totalmente presencial”. Además del uso de mascarillas y la distancia social, otra de de las medidas para garantizar la seguridad es la fragmentación de las casetas. “Este año se colocarán en el Paseo de Begoña y la calle Tomás y Valiente, lo que nos permite también ocupar más ciudad”.
“No podemos prescindir de la cultura ni del libro”
Uno de los que ya ha colgado el cartel de completo es David Acera. El escritor, actor y cuentacuentos realizará una sesión de narración para toda la familia, en la que espera reencontrarse con muchos de los niños y niñas a los que conoció a través de la pantalla del ordenador en los ‘Cuentos domiciliarios’ que puso en marcha durante el confinamiento.
Acera es consciente de las dificultades logísticas de organizar una actividad como ésta, y anima a la sociedad y a los poderes públicos a que entiendan que “no podemos prescindir de la cultura ni del libro”. Dice que hay que apostar siempre por ellos “porque la cultura es la esencia de lo que somos. Es imprescindible para nuestro desarrollo como personas y para mantener una mirada reflexiva sobre el mundo que nos ha tocado vivir”.
Dedicado de lleno al mundo del arte, garantiza que para la cultura presencial y en vivo la situación actual “es demoledora”. Sin embargo, es algo a lo que llevan tiempo teniendo que hacer frente. “Vivimos una crisis permanente, pero sinceramente creo que no hay nada que vaya a acabar con nuestra presencia”. Una presencia por la que hay que apostar con fuerza. “La sociedad debería encontrar fórmulas para mantener a trabajadores culturales especializados en mejores condiciones: la cultura nunca es gratuita, detrás de la misma hay mucho esfuerzo, trabajo y dedicación”, asegura.
La Feria del Libro de Gijón es una demostración más de que “la gente valora la cultura”. Y desde la organización quieren agradecerlo con un programa que busca apoyar la actividad de las editoriales asturianas y las librerías gijonesas, pero también acercar el libro y la lectura a la ciudad.
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