En 1937, tras el fin de la contienda en Asturias y aún en plena Guerra Civil, se creó la primera de las peñas sportinguistas: la Peña Sportinguista La Laguna de El Entrego
En 1941 se funda la Peña Deportiva Bar Imperial, situada en el número 22 de la calle Santa Lucía -aunque el establecimiento también tenía entrada por la calle Corrida- y presidida por Ángel Varela Álvarez
Antes del estallido de la Guerra Civil, un joven de El Entrego llamado José Manuel “Nin” Folgueras Villanueva acudía a los partidos del Sporting en El Molinón caminando desde su localidad. Lo hacía saliendo de madrugada, siguiendo la vía del ferrocarril para llegar a los encuentros que el Sporting solía disputar a las tres de la tarde en su estadio, y regresaba de idéntico modo. Con el tiempo, se fue a estudiar a Oviedo y se hizo maestro nacional en 1935, año en el que también ingresó como militante en la Federación Socialista de Asturias del PSOE. En 1937, tras el fin de la contienda en Asturias y aún en plena Guerra Civil, creó la primera de las peñas sportinguistas: la Peña Sportinguista La Laguna de El Entrego. Manuel “Nin” Folgueras acometió la labor de crear una sociedad de apoyo al Sporting, con el propósito de organizar, cuando las competiciones de fútbol se reanudaran, viajes a El Molinón para los sportinguistas de la zona y realizando todo tipo de actividades en torno al club gijonés. Pero Nin Folgueras no pudo vivir los primeros tiempos de la peña que él mismo ideó. Fue detenido, acusado de haber luchado como teniente de las milicias republicanas y condenado a treinta años de prisión el 1 de julio de 1938, aunque finalmente le fue reducida a tres años efectivos, cumplidos entre las cárceles de Oviedo y Burgos, donde ejerció de maestro con sus compañeros presos. Salió en libertad condicional el 20 de junio de 1941 y regresó a El Entrego retomando, por fin, la actividad de la peña.
Llegaron a ser, según “el libro del Sporting”, editado por Silverio Cañada con motivo del 75 aniversario del club, novecientos ochenta socios. Casi un siglo de historia dan para mucho (incluida una acta mal fechada, realizada muy posteriormente y que adelanta erróneamente la fundación de la peña a 1928) y tras Nin Folgueras hubo otros presidentes que hicieron una enorme labor para que la peña continúe a día de hoy viva y pletórica: Cholo Suárez, Alfredo Antuña, etc. También hay que resaltar el trabajo de peñistas como José María “Rapizolo”, Tino Martínez “el practicante”, Silvino Fueyo, Gundemaro Martínez, que fue alcalde durante muchos años, y Monchu Muñiz entre otros, o por ejemplo y en fecha más reciente, aquellos que fueron directivos en los últimos años: Emilio Jesús Sánchez, José Arcadio de la Fuente, Adrián Morán o Felicidad Laviana. Todos ellos, y muchos más, contribuyeron a construir una peña que va camino de ser centenaria. Fue la primera en fletar un autobús para un viaje. Fue en noviembre del 1958. El Sporting jugaba el domingo 23 contra el Valencia, salieron la noche del viernes 21 y regresaron nada más finalizar el encuentro. No consiguieron traerse los puntos, el Sporting cayó derrotado por 2 a 0, con doblete del ex sportinguista Ricardo Alós. Este fue el primer pichichi sportinguista (muchos años después vendrían el de Solabarrieta y los de Quini) y mantiene el récord de goles en Segunda división con 46 tantos en la temporada 1956/57. Goles que, además, sirvieron para que el Sporting regresara a la élite del fútbol español. La Peña Sportinguista de El Entrego también fue la única peña en desplazarse a Praga, en el partido de Copa de la UEFA disputado contra el Bohemians. El viaje fue organizado por el presidente de la peña, Cholo Suárez. Cuarenta peñistas se desplazaron en autobús a la capital checa. El encuentro se disputó el 17 de septiembre del 1980 y finalizó con derrota asturiana por 3 a 1. El resultado fue abultado para los méritos de uno y otro, pero, también es cierto, pudo haber sido peor. Jesús Castro detuvo dos penaltis. El primero lo lanzó Levy y tras dar en el larguero fue detenido por el guardameta. El árbitro ordenó repetirlo alegando que el portero se había movido con anterioridad al disparo del checo. En el segundo intento, Bicovsky lanzó a la derecha de Castro y el héroe sportinguista lo detuvo magistralmente en dos tiempos. En Valencia hicieron un viaje de una semana completa, coincidiendo además con las Fallas, incluso participaron en el desfile de la ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados. A la cabeza de la comitiva de la Peña iban una pareja de gaitero y tamborilero contratados, como solía ser habitual, por el lavianés Manolo Portal para acompañarles durante el viaje. El desplazamiento fue redondo, el Sporting se impuso al Valencia por 0 a 2, con goles de Eloy Olaya y Antonio Maceda.
La primera peña gijonesa fue la segunda en la historia del club. En 1941 se funda la Peña Deportiva Bar Imperial, situada en el número 22 de la calle Santa Lucía -aunque el establecimiento también tenía entrada por la calle Corrida- y presidida por Ángel Varela Álvarez. El apellido Varela está muy vinculado al deporte gijonés. Los primos de Ángel Varela, José Luis y Julio Varela Hevia, fueron dos de los fundadores, en 1938, del Real Grupo de Cultura Covadonga, y uno de sus hijos, Luis Ángel Varela Villalobos, presidió la citada entidad y participó también en la fundación del Gijón Baloncesto. Hay que señalar que el bar sede de la peña fue propiedad de Juan Palacio Vega. Este era un gran piragüista -llegó a vencer el Descenso Internacional del Sella en dos ocasiones- y un aficionado al deporte en general que llegó a ser presidente del Grupo y que era hermano del campeón asturiano de tenis y uno de los fundadores del Club de Tenis de Gijón, Monchu Palacio. Desde su fundación y durante su corta vida el objetivo principal de la peña era uno y claro: apoyar al deporte de la ciudad y al Real Gijón en particular, que era el nombre oficial del Sporting en aquella época debido a la prohibición de la utilización de denominaciones extranjeras en los primeros tiempos del franquismo. Prohibición que se hace efectiva mediante un Decreto Ley de 16 de mayo de 1940, firmado por Serrano Suñer, entrando en vigor el primero de febrero de 1941 por el cual clubes como el Athletic Club de Bilbao se convirtió en Atlético de Bilbao o el Athletic-Aviación Club en Club Atlético-Aviación, o incluso cambios más drásticos: el Real Sporting de Gijón pasó a ser Real Gijón y el Real Santander Racing Club se transformó en Real Santander Sociedad Deportiva. Para la afición, eso sí, el equipo siempre fue el Sporting.
Estas dos primeras peñas tuvieron un papel más que relevante en las celebraciones del primer ascenso sportinguista a la máxima categoría del fútbol español, en la temporada 1943-44. El Sporting, que ya había conseguido el ascenso al derrotar por cinco goles a uno al Valladolid la semana anterior, consigue proclamarse campeón de Segunda División en Jerez de la Frontera el 2 de abril al empatar a ceros. Es a la vuelta de ese viaje cuando se realizan las celebraciones por el ascenso. Las celebraciones se extendieron a toda la ciudad y el éxito rojiblanco fue vivido como algo propio por todos, no sólo por los dos mil quinientos socios que en ese momento tenía la entidad. A las dos menos cuarto del día 5 de abril, llega el equipo en tren a la estación de Gijón en donde son recogidos por un autobús que los traslada a Veriña, al famoso merendero y restaurante Veriña Park, propiedad de la muy famosa cocinera de la época Nemesia Muñiz. Allí tiene lugar una comida exclusivamente para jugadores, cuerpo técnico y directivos. Al término de la comida, actúan José González “el Presi” y la Orquestina Gijonesa. A las siete y cinco de la tarde salen de Veriña en un autobús descapotable engalanado con los colores rojiblancos, siendo aclamados por miles de sportinguistas. En la plaza de los Mártires son recibidos por el alcalde de Gijón, Mario de la Torre, y otras autoridades. También hay representación en la plaza de las tres peñas que había entonces del Sporting: la Peña de El Entrego, la de Grado y la del Bar Imperial. Al día siguiente, la Peña Bar Imperial organiza una fiesta en la sala de baile Parque Japonés que empieza a las siete de la tarde y dura hasta la madrugada. En la fiesta el club entregó una medalla conmemorativa a cada miembro de la plantilla. Allí se dieron cita medio millar de sportinguistas, además de la plantilla al completo, el preparador físico Carlos Blond, el masajista Emilio Prendes “Moyano” y los directivos. A la semana siguiente, el 9 de abril, se disputa la última jornada de Liga que se convierte en un partido de homenaje. El rival fue el Betis y el Sporting venció uno a cero. Antes del encuentro, se hizo entrega de una medalla conmemorativa a los exjugadores del Sporting. Al descanso, hay una ofrenda floral de ambos equipos en memoria de Fernando Villaverde. Una vez acabado el partido, se organizó una marcha hasta el Ayuntamiento. La encabezó la Banda de Música de Gijón que, para ese día, interpretó el pasodoble “Alirón, ra, ra, ra” compuesto por el maestro Amalio López, director de la banda. No era la primera vez que la banda de la ciudad le dedicaba una pieza al Sporting, En el año 1916 se estrenó un pasodoble titulado “Campeón”, composición del entonces director de la Banda de Música de Gijón, Federico Coto, y que estaba dedicado a los triunfos y épica del principal club local, el Sporting. Tras la citada banda, iban los miembros de las peñas con sus pancartas y banderas e inmediatamente detrás, los aficionados en general, que precedían a los autobuses descapotados de Sporting y Betis. En la plaza del Ayuntamiento, fueron recibidos por el alcalde y el presidente del Sporting, Secundino Felgueroso, desde el balcón, dirigió unas palabras de agradecimiento al numeroso público que se congregaba. A la semana siguiente, el día 16, se celebra el homenaje que organiza la peña sportinguista de El Entrego. Para ello la peña facilita el traslado de toda la plantilla, cuerpo técnico y directivos, desde Gijón hasta su localidad, engalanada también para la ocasión con banderas rojiblancas y carteles en las paredes que rezaban “Ayer, hoy, mañana y siempre Sporting”. Allí, fueron recibidos en el Ayuntamiento por el alcalde que les ofertó un cóctel para posteriormente juntarse en un conocido restaurante para comer, en el que se contó con la presencia de más de ciento cincuenta personas. Vinieron sportinguistas de otras localidades como Ciaño o Sotrondio. Al término de la comida, se declamó el poema “Oda al escudo”, que el escritor y periodista José León Delestal escribió en honor del ascenso del Sporting. Los jugadores recibieron varios presentes como los pergaminos conmemorativos del ascenso entregados por Antonio Castañón, sportinguista de Ciaño.
Pero unos meses antes, en el verano de 1943 se había fundado la tercera de las peñas del Sporting, La Peña Deportiva Sportinguista de Grado. Su presidente fundacional fue José F. Cueto y la vida de la peña no debió ser larga. A partir de las celebraciones del ascenso de 1944 no se tienen más noticias de la misma.
En julio de 1951 nace la Peña Sportinguista, posteriormente conocida como Peña Sportinguista de Gijón. Es la primera peña gijonesa en llevar en su nombre oficial el término “sportinguista” en solitario, sin acompañar del “deportiva”, habitual en los primeros tiempos de las asociaciones de aficionados al fútbol. Su fundador y presidente fue un asturiano residente en Maracaibo (Venezuela), Román Sastre Menéndez y como secretario lo hacía Julián Álvarez Bilbao. Tuvieron su sede en un bar restaurante propiedad del hostelero José Pajares, en pleno centro de Gijón. En su primer aniversario, celebrado el domingo 31 de agosto de 1952, la peña convocó a sus socios a las diez de la mañana en el cementerio de Ceares para hacer una ofrenda florar en la tumba del fundador del Sporting, Anselmo López. Posteriormente se dirigieron, en distintos coches, a Avilés, donde comieron y asistieron al partido de pretemporada que enfrentó, a las cuatro de la tarde en el campo de La Exposición (hoy, Suárez Puerta), al Sporting contra el decano del fútbol asturiano, el Real Avilés, que disputaba esa temporada la Segunda División.
El resultado final del amistoso fue de empate a cuatro tantos. A las ocho y media de la noche, en la sede de la peña, hubo una celebración, cena incluida, a la que se invitó al presidente sportinguista, Joaquín Alonso. Éste vino acompañado de los tres futbolistas catalanes que el club acababa de fichar, Josep Surribas, Rafael Grau y Rogelio Alisent, que, aunque no se quedaron a la cena, sí hicieron un acto de presencia a modo de salutación para los aficionados. En 1954, la Peña Sportinguista de Gijón, llevó a cabo el primer viaje organizado de una peña sportinguista fuera de Asturias. El 9 de octubre una decena de socios se desplazaron, en tren, a Logroño para ver al Sporting. Se aprovechó el día festivo del 12 de octubre para realizar el viaje y poder disfrutar no sólo del encuentro, sino también de unos días de asueto en la capital riojana. Lamentablemente el fútbol no acompañó y en partido disputado el domingo día 10 a las cuatro de la tarde, el Sporting cayó derrotado por 3 a 1, con gol sportinguista obra de Medina. A primera hora de la mañana del 12 regresaron a Gijón, en un viaje que -con transbordos incluidos en León, Venta de Baños y Miranda de Ebro- se alargaba durante catorce o quince horas. Como nota curiosa cabría destacar el tema de las sanciones. La peña estaba limitada a treinta socios y éstos debían serlo también del Sporting. En sus estatutos, debidamente legalizados, prohibía expresamente que sus socios hablaran mal del club o de sus jugadores. El incumplimiento de esa norma conllevaba una sanción económica, un décimo de lotería (valía entonces 10 pesetas) por cada desliz verbal en forma de crítica. Su reiteración podía conllevar, incluso, la expulsión del socio.
En diciembre del citado 1951 aparece también la primera de las peñas que lleva el nombre de un jugador: la Peña Deportiva Medina, posteriormente Peña Deportiva Sportinguista Medina, en honor al que fuera durante quince años jugador del Sporting y, posteriormente, presidente de la Asociación de Veteranos, Armando Menéndez Medina. Tenía su sede en la Avenida de Galicia, número 8, en el barrio de La Calzada, en la sidrería Las Cancelas. Y que, además del fútbol, mostraba su apoyo constante al ciclismo local, con la organización de pruebas de aficionados en La Calzada cada 18 de julio, de la mano del Club Calzada y de la Sección Ciclista. La actividad de la sidrería y su vinculación al Sporting no cesaron con la desaparición de la peña a finales de los sesenta. En la primavera de 1968, el Ayuntamiento de Gijón organizó un concurso de Coros de Tertulias de bares de Gijón. Bajo la dirección de Luis Quirós, se presentó el de la Sidrería Las Cancelas, con varios miembros de la peña entre ellos. Tras el concurso el coro continuó con los ensayos y actuaciones ya bajo la dirección de Enrique Martínez Somohano y mudó de nombre por el de Coro Asturiano de La Calzada, y en mayo de 1970 estrenó el himno del Sporting, compuesto por Falo Moro, con motivo del ascenso del club a Primera División. El coro, además, grabó en 1974 el himno, que es la versión que habitualmente se escuchaba, hasta hace bien poco, en El Molinón.
A partir de ahora todo será diferente…!