El lema ‘Gijón está sucio’, utilizado en su día por Ana González en la campaña que la hizo alcaldesa, vuelve a ser un interesante arma con la que ‘ganarse’ la confianza del votante
El proyecto piloto del Ayuntamiento de Gijón para aumentar la biodiversidad en nuestros jardines urbanos, a través de la modificación de la frecuencia de siega, ha levantado una gran ceja política. Foro no perdió un minuto en asegurar que, con este nuevo plan aún en estudio, las zonas verdes de la ciudad se llenarán de “mosquitos, garrapatas, hormigas, velutinas, arañas y pulgones, por no hablar de las ratas”. Las plagas de Egipto parecen ser fans, de acuerdo a los foristas, de la agenda 2030. Por su parte, en Ciudadanos dejaron entrever que el nuevo proyecto green se puede tornar en una excusa para “evitar que los jardines se mantengan como hasta ahora” y se pueda descuidar “su estado de conservación”.
Los responsables de Parques y Jardines de la ciudad aseguran que pasarán meses de análisis hasta que se tome cualquier tipo de medida y se evaluarán exhaustivamente los terrenos de prueba, que estarán muy lejos de cubrir los casi 3,7 km2 de zonas verdes urbanas que tiene Gijón. Entonces, ¿por qué tanto alboroto a estas alturas? La prisa de la oposición por hacer sonar la campana del caos no es casual, estamos a 10 meses de las municipales y el lema “Gijón está sucio”, utilizado en su día por Ana González en la campaña que la hizo alcaldesa, vuelve a ser un interesante arma con la que ‘ganarse’ la confianza del votante. Mientras, la realidad es tozuda. Gijón no para de ganar premios de limpieza. Los últimos, la escoba de platino que recibió hace unos pocos días, así como la galardonada campaña de concienciación #Gijónmeimporta, de Emulsa. Ambos reconocimientos fueron otorgados por la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente (Ategrus).
Pero no todo es blanco y huele a Jabón de Marsella. Certera era la crítica del portavoz de Foro, Jesús Martínez Salvador, en cuanto a la invasión aviar que sufre Jovellanos City. Escuetas fueron las explicaciones de la concejalía de Medio Ambiente sobre la no retirada el pasado año de los nidos de gaviota -presunto problema burocrático-. Hablamos de auténticos portaaviones animales, bases para los cazas que atacan sin piedad los pinchos y tapas que tratamos de disfrutar en las terrazas cuando Lorenzo lo permite. Por no hablar de sus explosivas bombas de cola. Es un hecho que los playos estamos cansados de vigilar el cielo, y el hostelero, el doble. Qué pena que crítica tan razonable se diluya el milenarismo por el que a veces Foro parece optar.
Se trata de un problema de la política de nuestro país: el tremendismo, el tremending topic. Por su culpa, problemas reales se ven copados por frases lapidarias, descripciones absolutas de una realidad paradisíaca o apocalíptica, a conveniencia. Con lo fácil (desde la barrera) que parece presentar un problema, buscar una solución entre todos y pasar al siguiente. Pero no es el caso: todo es una mierda, todo es maravilloso. Sin medias tintas, solo colores políticos. Luego se quejan de que estamos cansados de ellos, de todos. Pena, penita, pena.