Actualmente 25.000 especies, lo que se traduce en casi un tercio de las conocidas, corren el riesgo de desaparecer
Reportaje realizado por Alba Cobián Prado y Nora Castañón Rodríguez, de 4º de la ESO del Colegio San Miguel
A día de hoy, encontrándonos en una situación peligrosa respecto al medio natural, todos hemos oído hablar sobre el calentamiento global, la contaminación, extinción de especies, movimientos ecofriendly… En este artículo, se abordarán esos temas que acechan a la calidad de nuestro futuro y de los que parecemos no ser tan conscientes.
Como bien es conocido el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania está resultando devastador además de humanitariamente hablando, medioambientalmente hablando. La contaminación producida por la industria armamentística es un tema que suele pasar desapercibido aunque su impacto medioambiental sea bastante grave. En su mayoría, las cosas relacionadas con lo militar son contaminantes, así lo afirma una publicación del Centre Delàs, que considera que se habla poco de este tema. El informe cataloga la militarización como el acto humano más destructivo, se estima que en total las emisiones CO2 de los ejércitos de todo el mundo suponen entre un 5% y un 6% del total de estas emisiones, y no solo durante las guerras, si no también manteniendo las bases activas en periodos de paz.
Centrándonos más en el caso de Ucrania tras el inicio de este conflicto, en la región de Donbás, al este del país, el suelo se “levanta” y “hunde” en diferentes zonas según imágenes satelitales recientes. Además hay varios efectos en la salud después de que se produzcan este tipo de incidentes bélicos y serán mayormente notorios después de que el conflicto físico se haya disuelto, así lo afirma Doug Weir (director de investigación y política del Conflict and Environment Observatory). Y es por esa misma razón, que se suelen pasar por alto estas consecuencias, ya que los daños se producen de manera lenta y progresiva, lo que da pie a que la atención del mundo haya pasado a otros temas.
La invasión rusa agravará los daños medioambientales de la guerra en el resto de Ucrania. No es una novedad la contaminación de Ucrania, en 2018 Naciones Unidas ya avisaba sobre esto por su conflicto civil armado que inició en 2014 y su gran tejido industrial. La invasión rusa deja a Ucrania en una situación medioambiental crítica, según el reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, estos años serán de suma importancia para que el calentamiento global no llegue a superar los 1,5 °C.
El Observatorio Ambiental y de Conflictos (abreviado como CEOBS), ha analizado la situación ecológica de la región desde el inicio de la invasión, destaca la contaminación provocada por los ataques del ejército ruso a objetivos militares, accidentes, así como destrucción de vehículos, incendios y la concentración de residuos en ciudades y áreas rurales. Sin embargo, aseguraron que es demasiado pronto para calcular las consecuencias de la invasión, pero reconocieron que “el cambio climático en torno al conflicto será más profundo y complejo”. Además, está la amenaza que suponen los huracanes de centrales nucleares como Chernobyl y Energodar, las más grandes de Europa, provocando alarma en todo el mundo. Un dato curioso es que está demostrado que un tanque y un avión de combate contaminan más que contaminan entre 65 y 75 veces más que un coche.
De hecho, si el conflicto pasara al uso de armas nucleares, el desastre no solo sería humanitario, sino que daría como resultado «un cambio climático global en semanas o meses debido a los gases que llegan a la estratosfera» (Ciencia de la Responsabilidad Global. Center (SGR) Stuart Parkinson), se señala el aumento de las emisiones de CO2 de los ejércitos ruso y ucraniano sobre la base de que Rusia se encuentra entre los cinco países del mundo que más gastan en el ejército.
En conclusión, la producción de armas y las cadenas de suministro militar juegan un papel importante en los costos ambientales de la guerra, agravados por el aumento del gasto en la industria de armas por parte de todos los países. Tres días después de la invasión, Alemania anunció un aumento del gasto en defensa de 100.000 millones de euros, y Polonia pretende elevarlo al 3% del PIB, muy elevado al objetivo de la OTAN. El organismo internacional hace un llamamiento a los países para que dediquen el 2% de su PIB a este sector, un hecho que algunos países europeos aún tienen que alcanzar y volver a poner sobre la mesa, entre ellos España.
Los cambios de temperatura tan inusuales que provoca la huella de carbono y la emisión de gases de efecto invernadero ha afectado en gran medida a los animales, que son más susceptibles a estos cambios. Sus hábitats también han sufrido consecuencias muy graves, como es el derretimiento de los polos, o la pérdida de fauna debido a la tala masiva. Muchas especies se han visto afectadas hasta el punto de columpiarse entre su existencia y extinción. Estas alteraciones del medio provocan numerosas consecuencias en la salud y actividades de los seres vivos. Desastres naturales, como sequías, mega tormentas, deshielos, inundaciones…
Su acceso a agua es cada vez más costoso, deben hacer frente a temperaturas cada vez más extremas, lo que obstaculiza su migración al tener que adaptarse a otros climas e incluso dejando de migrar en algunos casos; animales diurnos que se han visto obligados a realizar sus actividades por la noche, las enfermedades son cada vez más contagiosas y varios estudios afirman que contraerlas está relacionado con el cambio climático; también son más propensos a infecciones, dolencias respiratorias, desnutrición y deshidratación.
Podemos considerar la pesca industrial o extensiva como otro de los motivos de su extinción. Debido a estas condiciones de vida a las que los animales se ven expuestos, muchos de ellos están en peligro de extinción o ya han llegado a extinguirse. Hoy por hoy se tiene constancia de hasta 842 especies extintas a causa de la actividad humana, 96 plantas y 746 animales. Aunque esto no solo es por contaminación, si no también por competencia entre especies, caza excesiva, introducción de especies, etcétera. Algunos ejemplos son: el oso grizzli desde 1964, el león marino japonés desde 1974, el sapo dorado desde 1989, el canario ostrero desde 1994, el delfín baiji desde 2006, el rinoceronte negro del oeste desde 2011, etc… Actualmente 25.000 especies, lo que se traduce en casi un tercio de las conocidas, corren el riesgo de desaparecer.
Algunas de las especies más amenazadas
El koala, sufrió caza masiva a principios del siglo pasado. Ahora se ve amenazado por la agricultura extensiva, urbanización y deforestación. Quedan entre 100.000 y 200.000 koalas en el mundo.
El pangolín es vendido ilegalmente a causa de la demanda de su carne y escamas. Se aproxima que más de un millón de pangolines fueron cazados para suplir la demanda en Asia. Existen 8 variantes de pangolín y todas ellas están en peligro de extinción.
El ajolote, especie mexicana. Se considera que está en peligro crítico de extinción por culpa de la urbanización, agua contaminada y especies invasoras. Se conoce que quedan menos de 100 ejemplares libres en Xochimilco, México.
El pingüino emperador se encuentra en una situación parecida a la que tiene el oso polar, el derretimiento de los polos, su hábitat, está causando que su población disminuya muy rápidamente. Se cree que desde 1980 algunas especies de pingüinos han perdido hasta la mitad de sus ejemplares