«Tenemos que poner en valor el patrimonio cultural de Gijón y Cimavilla y su historia viva«
«La gente demanda los free tours, o te subes al carro o te quedas atrás«
Omar Moro (Gijón, 1988) es un gran conocedor de la historia y el patrimonio cultural de Gijón, especialmente del barrio de Cimadevilla, que lo vio crecer. Con su marca, ‘Visitas guiadas Gijón‘, enseña los entresijos de este barrio tan característico de la ciudad y nos cuenta los secretos que pocos conocen de esta villa marinera.
¿Desde cuándo eres guía turístico?
Yo tengo estudios de Turismo y empecé trabajando en la Universidad Laboral de guía y luego por agencia. Nos movíamos sobre todo por Asturias y con grupos organizados, sobre todo grupos de gente mayor y del imserso, visitas culturales a Gijón, Oviedo, Avilés… Desde hace un par de años, con la pandemia, los grupos organizados grandes se acabaron y cambió todo. Había empezado hace 4-5 años a hacer visitas por Cimavilla, pero solamente en verano, porque sí que venía gente y desde hace un par de años vi que tampoco había visitas habituales aquí en Cimavilla y dije: “pa’lante”. Y desde hace un tiempo para aquí tengo grupos que salen por Asturias en general, turismo cultural, por ejemplo, la catedral de Oviedo, Covadonga, Cudillero, Luarca… pero últimamente el 80 % del trabajo que estoy haciendo es sobre todo aquí en Cimavilla y más que en grupo con particulares, para que conozcan la historia de Gijón y del barrio. Más allá de los aspectos culturales, cómo vive aquí la gente, eso lo valoran un montón. De los que viven aquí es de los que más se aprende, yo les puedo hablar del prerromano, pero de lo que pasó en los años 40, 50, 60 o 70 a mí los que me hablan son los de aquí. Los señores de toda la vida son los que están pendientes de lo que dices en las visitas también, como digas algo de esa época están atentos por si te equivocas (risas).
«Hay que poner en valor la vida de las cigarreras, las conserveras… gente que vivió en Cimavilla en aquellas épocas, son historia viva del barrio»
En Gijón hay mucho patrimonio cultural.
Voy mucho por la Universidad Laboral a hacer visitas y creo que hay que promocionarla, no hay en toda España un edificio como este y no se conoce. Yo tengo amigos que estudiaban allí y muchas veces les decía, cuando yo estaba de guía, que vinieran, que hay muchos espacios que se pueden ver y no se conocen y decían para qué, si ya estudio ahí. Y la gente te lo aseguro que flipa, viene y se queda con la boca abierta porque no se esperan lo que tenemos aquí. Cómo no puede tener la promoción necesaria para que cualquiera que venga a Asturias la tenga ya como parada obligatoria.
¿Qué valor cultural tiene Cimadevilla?
Gijón y Cimadevilla tienen mucho valor cultural y hay muchas cosas que tenemos aquí que no se conocen. Por ejemplo, Gijón tiene origen prerromano, pero luego el origen romano como tal en el barrio de Cimavilla y hay muchas cosas que todavía no se están explotando y muchas cosas que no se ven a simple vista. Mismamente en la plaza del Marqués, yo creo que el 80 % de la gente de Gijón no sabe que debajo tenemos una fábrica de salazones de la época romana. Es algo que se desconoce, ahora mismo está tapada y sellada, pero es que no tenemos ni una placa, hay alguna referencia, pero la gente eso lo desconoce. En Cimavilla, debajo del suelo que pisamos hay depósitos de agua de época romana, en la fábrica de tabacos apareció un pozo de época romana… El origen del Gijón romano surge en la Campa Torres, pero como tal, importante, lo tenemos en Cimavilla y mucha gente no lo sabe. Y también fue un barrio de pescadores, realmente hasta el siglo XVI-XVII Gijón era solo esto, hay mucho que sacar. Hay un periodo de tiempo que se desconoce, se habla del Gijón romano y luego parece que se pega un salto en la historia y se habla de la época industrial, pero la ciudad fue asediada, fue arrasada, hubo guerras entre muchos familiares y hermanos, la dinastía de los Trastámara… Hay mucho por explotar. También hay que poner en valor la vida de las cigarreras, las conserveras… la gente que vivió en el barrio en aquellas épocas y que a día de hoy hay algunos que siguen viviendo. Al final son historia viva del barrio y te cuentan cómo se vivía entonces.
¿Conocemos más las ciudades de fuera que la nuestra?
Muchas veces sales fuera y conoces, pero realmente lo que tienes en casa no lo conoces. Por ejemplo, las iglesias que tenemos aquí son relativamente modernas, pero con la iglesia de San Pedro la gente se queda flipando. Tú vas al fondo del todo, das la vuelta y hay unos mosaicos de pan de oro que iluminan todo, preciosos, son del año 2012 y mucha gente no los conoce. Hasta mi abuela, por ejemplo, decía “cómo puede ser esto, si yo iba habitualmente a la iglesia”. La iglesia del Sagrado Corazón igual, la gente muchas veces entra y mira de frente, pero miras arriba y alucinas. Yo siempre digo que esa es la Capilla Sixtina de Gijón. Tenemos que valorar todo el patrimonio de Cimavilla y de Gijón.
«Algunas asociaciones de guías no están de acuerdo con los free tours»
¿Qué diferencia hay entre un guía oficial como tú y el de un free tour?
Yo a veces tengo visitas de precio fijo y otras que son en formato free tour. Yo hasta hace dos o tres años no hacía este formato y realmente era reticente, porque pensaba que, si tú das un servicio, tiene que tener un precio fijo. Somos gente preparada y formada que va a interpretar el patrimonio, pues tiene que tener un precio. El problema es que la mayoría de la gente cuando viene busca el free tour, porque lo relaciona con algo más distendido y una visita guiada lo relacionan con algo mucho más serio. Hace tres años, más o menos, empezaron a entrar aquí. Nosotros, los guías oficiales, tenemos que tener unos estudios, una acreditación para ejercer, estar dados de alta en la Seguridad Social, pagar el IVA trimestral… Y claro, que viniera gente que no tuviera todo esto, dijimos ¿cómo puede ser esto? Entonces algunos guías empezamos a hacer el formato free tour, porque la gente lo demanda, entonces al final o te quedas atrás o te subes al carro. Vamos a ofrecerlo, pero vamos a ser los guías oficiales quienes lo hagamos. Yo hago el mismo servicio en visita guiada que en free tour, pero una tiene un precio fijo y la otra es libre de pago. Algunas asociaciones de guías no están de acuerdo con esto, una chica que trabajaba conmigo estaba metida en una asociación y le dijeron que se tenía que ir por hacer visitas de free tour, solo hacía dos o tres a la semana, era de las que menos hacía, pero le dijeron que se tenía que ir.
O sea, que realmente hay intrusismo.
Claro que sí. Realmente hay un vacío legal en el free tour. Tú estás haciendo una visita libre de pago, que no quiere decir que sea gratis, porque ‘free’ lo puedes interpretar como ‘gratis’ o como ‘libre’, pero nosotros al final ofrecemos un servicio y queremos cobrar por ello. Pero en ese vacío legal, tú dices no estoy cobrando nada, no tengo por qué ser guía oficial ni tener una acreditación, al final estoy viviendo de la voluntad de la gente. Esto hace que mucha gente se meta y es lo que nos está perjudicando al resto, que hay una imagen de los free tours de guías que no están capacitados, que no tienen ninguna formación, cuando en el fondo se da un servicio profesional. Que la gente tampoco piense que una visita de pago va a ser más pesada, hay visitas de todo tipo. Tú puedes hacer una visita de pago de crímenes y misterios, por ejemplo, y ser una visita amena y divertida. La diferencia no radica en la calidad del servicio que tú das, sino en la manera de pago del cliente. Yo al final hago el free tour porque la gente lo demanda, cuando van a la Oficina de Turismo directamente preguntan qué free tours hay, no visitas guiadas, cómo no lo vamos a ofrecer.
«La gente en Gijón sabe que Jovellanos hizo mucho, pero no saben el qué»
¿Está infravalorado el trabajo de un guía?
Sí, está infravalorado. Sobre todo por eso y porque también se tiene la idea de antes, cuando comenzaron los free tours, de que los guías era gente que sacaba un sobresueldo, estudiantes… Y dicen bueno, vengo, tengo alguien que me explique cuatro cosas y ya está. Y al final para explicar y saber todo el patrimonio que hay tienes que tener una formación. Debería valorarse más. Hace poco estaba haciendo una visita y estaba en la capilla de la Soledad e hice referencia a la capilla de los Remedios, que la habíamos visto antes, y un señor me dijo “¡esta es la de la Soledad, no la de los Remedios!”. Hay gente que piensa que tú te levantaste esa mañana y soltaste cuatro cosas de repente.
Jovellanos es un referente en Gijón, ¿sabemos tanto sobre él?
Es otro valor cultural de Cimavilla, donde tenemos la Casa Natal de Jovellanos. Tengo pensado organizar una visita teatralizada de Jovellanos con un amigo que es actor, para que la gente interactúe y que sea una visita amena y la gente aprenda su historia. Su figura en Gijón es importantísima, su casa natal está aquí, hay muchísimas referencias a Jovellanos en la ciudad y muchas veces tampoco la valoramos. Tú buscas la Ilustración en España y está Jovellanos, es de los personajes más importantes a nivel nacional, eso hay que valorarlo. La gente en Gijón sabe que fue una figura muy importante, tú preguntas y todo el mundo va a decir que hizo mucho, pero no saben el qué. Cuesta materializarlo, no dicen nada concreto. Tuve un profesor que decía: “Gijón le debe el mar a Dios y el resto a Jovellanos”. También sería interesante que en la Casa Natal enfatizaran más su figura, porque al final es un museo, tiene una parte dedicada a él, pero estaría bien que hubiera más. La figura de su hermana, Josefa Jovellanos, también fue muy importante, llegó a ser monja en la antigua tabacalera, que antes de serlo fue convento.
«En contra de lo que se creía, este verano está bajando el turismo en Gijón»
¿Qué valor añadido le da un guía a una visita turística?
Un guía interpreta cosas que no se ven. En el caso de Gijón, es una ciudad que tiene mucha historia, pero hay cosas que no se ven. En Oviedo, por ejemplo, la historia se ve a simple vista, aunque la tienes que interpretar. Tú, como guía, ves un edificio y tienes que sacarle jugo, también a lo que hay alrededor. En Gijón, a día de hoy, todavía hay muchas cosas que no se ven. Tuvimos elementos que quizá ya no tenemos y eso al final te lo interpreta el guía. En la iglesia de San Pedro, en el suelo hay unas losas negras que te van indicando el recorrido que va haciendo la muralla, van a dar al Palacio Valdés, donde está el colegio, luego sigue la línea de la recreación de la muralla que está encima. Tú pasas por ahí y muchas veces eso no lo sabes. Hay elementos que por tu cuenta desconoces, más allá de la arquitectura, hay que interpretar la historia, los entresijos, el patrimonio, la cultura… las cosas que no se ven a simple vista, la historia que tiene cada lugar. Eso lo hace el guía y para ello hay una formación, información, documentación… como para todo en esta vida, por eso hay que valorar también el trabajo. Te tienes que ir formando día a día.
¿Ha aumentado el turismo en Gijón este verano? Se esperaban superar las cifras de 2019.
No, de hecho, se está notando un descenso. En 2020 y 2021, con la pandemia, Gijón se llenó de gente como nunca antes habíamos visto. Decían que aquí no había covid y eso a la gente le dio seguridad. También venía mucha gente por las altas temperaturas que hay ahora en España, Asturias lo vendían como un paraíso. Yo conozco gente que veraneaba en el sur y ahora dicen que no, que se quedan. Pero este año, de momento, todo lo contrario. Yo estos dos últimos años el 1 de julio ya tenía la agenda llena para todo el verano y ahora tengo solamente visitas sueltas algunos días concretos. No hay datos oficiales de la Oficina de Turismo todavía, pero todos estamos notando la bajada, en contra de lo que se creía.