«Tenemos perros pitbull en la Clínica que se pueden manejar sin problema, y teckels de 3 kilos que nos muerden hasta el hueso»
El pasado jueves, un matrimonio de Gijón era trasladado al Hospital de Jove tras ser atacado por el perro su hijo, de raza pitbull, en un domicilio del barrio de La Calzada. Ambos presentaban mordeduras en brazos y piernas y tuvieron que ser atendidos por la ambulancia.
Gonzalo Álvarez, veterinario del Centro Veterinario Parchís, asegura que la raza pitbull tiene «mucho carácter y que no pueden ser dominados por todo el mundo», pero que lo importante es el tutor y como lo haya educado: «El hecho de que sean considerados perros de presa no implica que sean peligrosos. Tenemos perros pitbull en la Clínica que se pueden manejar sin problema, y teckels de 3 kilos que nos muerden hasta el hueso». Los pitbulls son considerados como Perros Potencialmente Peligrosos (PPP) por la Administración.
Álvarez precisa que cualquier animal «intenta ganar territorio», y que es responsabilidad del tutor «poner límites», como si de niños pequeños se tratase. «Si desde pequeño el perro hizo lo que quiso, habrá un gran problema de falta de autoridad», afirma. En concreto, la raza pitbull se caracteriza por «una fuerte mordida y un cuerpo musculado, grande y fuerte». Es por ello que en clínicas como el CV Parchís se hace uso del bozal y de otras medidas de seguridad en consulta, porque «si haces daño a este tipo de perro se puede incomodar y revolver, y con las características físicas que tiene, puede dar un susto».
A expensas de la aprobación de la nueva ley de Bienestar animal y de que desaparezca la clasificación de PPP, sustituida por nuevos trámites y cursos de formación para los tutores, los ciudadanos que quieran acoger un perro de este tipo deben hoy solicitar al Ayuntamiento una licencia, presentar el carnet de chipado del animal, superar un examen psicotécnico y aportar una copia del seguro de responsabilidad civil obligatorio.