«El carácter afable, generoso y hospitalario es lo mejor de nuestra ciudad. Vamos, eso es de primero de Xixonomía», ha dicho el guionista durante la lectura en la Plaza Mayor
Gijón empieza este domingo la Semana Grande, la más normal desde hace dos años. Maxi Rodríguez, dramaturgo, actor, director escénico y guionista, ha sido el encargado de leer un pregón lleno de humor, con el que ha buscado animar a los gijoneses a disfrutar de la Semanona: «¡Venga! ¡Que empiece la ‘folixa’! ¡Ahoguemos la crisis en sidra!, que ahora toca farra y cachondeo. Es tiempo de retozar y andarse a la flor, de ‘enfilase’ y echar un ‘bailín’, que todas y todos gocéis a tope, que lo paséis genial. Ni una agresión machista, por favor. Respetémonos, disfrutemos de la fiesta, y erradiquemos cualquier tipo de violencia. Y como soñar es gratis, pidamos nueve días seguidos de buen tiempo, sí, que nadie tiene derecho a llover en nuestros sueños. Y ya, bueno, oye, puestos a pedir, que el Real Sporting de Gijón vuelva a subir, y que el año que viene algún artista de Mareo haga el pregón desde aquí.
Por su parte, la alcaldesa de Gijón, ha destacado el buen tiempo, las ganas y la «buena programación para poder disfrutar de la calle, de la compañía, para escuchar música, bailar». Una programación que «combina la plaza mayor, Poniente y distintos puntos repartidos de toda la ciudad». «Que sirva esta semana para disfrutar con la familia y los amigos», ha concluido.
En el acto de la Plaza Mayor de esta tarde han participado la cantante de tonada Lorena Corripio, con Manolo Durán al tambor y varios grupos folclóricos de Gijón. También han intervenido los músicos Moisés Martínez y Victor Álvarez, con unas emocionantes piezas cantadas por todos los asistentes: ‘Gijón del Alma’ y ‘Asturias, patria querida’.
DISCURSO COMPLETO DEL PREGÓN DE SEMANA GRANDE 2022, POR MAXI RODRÍGUEZ
Es un placer estar en este balcón, un sitio tan pequeño y a la vez el más grande al que puede aspirar un gijonés. Esta noche estoy yo, playu de adopción y, bueno, trataré de animaros unos minutinos sin bajar demasiado el listón. Porque, uf, por aquí pasaron medallistas olímpicos, campeonas y campeones del mundo… Y hoy por fin, ¡un pregonero de lujo! De lujo, sí, del Ujo juvenil. Hasta ahí llegó mi gloria deportiva, porque -aunque siempre soñé con jugar en el Sporting como todos los críos de esta ciudad- fui tan paquete que jamás lo pude lograr.
Aquí llegué de nenu, hace ya unas cuantas décadas. Gijón era la playa, un billete al veraneo con derecho a chapuzón. Veníamos desde Ujo en tren de cercanías, cruzábamos la calle de los arcos -Marqués de San Esteban- y, de repente, el mundo se hacía arena y yo me volvía loco tirando de paleta. Así, con 3 añinos, tuve mi primer curro: una especie de Plan Piles para preescolar, luchando a rastrillo limpio contra las olas y… ¡sin asegurar!
Ya por aquel entonces -fijaos- El muro de San Lorenzo me resultaba perturbador. Nunca llegaba a tocar la parte de arriba de la barandilla, ni a visitar las escaleras del fondo. Cuando íbamos por la 10 debíamos correr deprisa a la estación para no perder el tren de vuelta. “Ya crecerás”, me decían viendo mis ansias por agarrarme al barrote más alto y hacer los paseos más largos. Un día noté -por fin- que la cabeza asomaba por encima, sonreí con chulería y pensé rascándome la patilla:
-¡Jobar, vaya birria de barandilla!
Había crecido, sí, pero no demasiado; quizá porque cuando decides ser actor decides no crecer. Y entras en un mundo raro, lleno de peterpanes en el que juegas a ser otro cada vez.
Y aquí me quedé. En Xixón. Para siempre. Atrapado en el mundo del teatro, creando compañía propia, aprendiendo en talleres de formación, compartiendo experiencias con enormes compañeras y compañeros de profesión (en la cátedra Jovellanos, en el antiguo Instituto del teatro y de las Artes Escénicas, en la Sala Quiquilimón…) y recogiendo el testigo de maravillosas actrices y actores que ya desde los años sesenta
-Como “La Máscara”, “Gesto” o “La Compañía Asturiana de Comedies”- nos habían precedido.
Queridas vecinas y vecinos: Si hoy estoy aquí es gracias a las buenas gentes del teatro y de la danza, la música y la cultura gijonesa y asturiana que tanto nos han ayudado a sobrellevar esta pesadilla pandémica. Permitidme por un instante ser la voz de los figurantes, los que se quedan entre cajas (mientras otros se llevan la efímera fama), los que tiran cable, los que montan tarimas y escenarios, las compañeras y compañeros que, el año pasado (tras un pregón telemático) patearon Xixón anunciando les fiestes con un megáfono en sus manos, los magos, las bailarinas, los payasos de hospital… En cierta forma, y dicho con todo el respeto, también son trabajadores de la salud -sí, de nuestra maltrecha salud mental- que pusieron todo su arte y empeño en convencernos de que la risa mata al miedo. Por eso, os pido -con permiso- un fortísimo aplauso para ellas y ellos. Gracias.
Bueno, y ahora, amigas y amigos, después de dos años sin folixa y a palu secu, hay que animarse. ¡Que la vida es corta y la semana GRANDE! En tiempos feos, les muyeres y los paisanos de buena voluntad debemos ser capaces de festejar. ¡Los de ahí abajo disfrutad bailando, que -al menos, por unos días- los de aquí arriba no guíen vuestros pasos! Dejemos de una puñetera vez de saludarnos con el codo y bailemos a lo agarrao. ¡Tomemos de nuevo las calles, terrazas, praos, merenderos, como fuera de casa en ninguna parte! ¡A folgar, venga! De trabayu, cero. Si trabayar siempre da sus frutos, que trabayen los árboles. ¡Tú esta semana haz como los peces, NADA! Y si te llaman vago, tira la corbata y diles que ya estás en modo de ahorro energético, tomando los cacharros sin hielo y preparándote para lo que está viniendo. Sí, que tras el cálido y seco verano llegará lo más crudo del crudo invierno. Pagaremos los precios del año que viene con los
sueldos del año pasado, habrá que dejar los escaparates a media asta, poner el coche cuesta abajo y consolarnos con los electrodomésticos apagados. Mejor encender una vela, ojo, que maldecir la oscuridad. Y ya sabéis que -con tal de ahorrar hasta la huella de carbono digital- aquí la señora alcaldesa no nos va a dejar ni poner OK en el Whatsapp.
Las vueltas dan mucha vida, collacios. Qué poco podía imaginar el grandísimo y queridísimo Floro cuando acuñó su mítica frase (“Gijón se mueve”) lo que nos esperaba, la que se iba a liar con el tema de la movilidad. Que si no me bajes los humos, que si la etiquetina ambiental… Una tregua os pido. En serio. A ellos y a vosotros. Un paréntesis folixeru en las disputas internas. Descansemos de nosotros mismos y aplacemos el mal rollo. Oye, ya habrá tiempo de volver al muro de las lamentaciones, a sacudirle al intercambiador, a rajar del cascayu de quita y pon. Una pausa, una pausina, por favor.
¿Qué van a pensar los de fuera, ho? Ya os lo digo yo. Que a veces -con perdón- Xixón pudiera parecer una ciudad que se quiere poco, mucho menos de lo que debería; que tenemos cierta querencia por fustigarnos, que estamos agonizando invadidos por algas, incapaces de dar dos pases seguidos y que lo nuestro es la bronca chusca y el lío… Menos mal que aquí “los de fuera” no existen porque dejan de serlo nada más llegar. El carácter afable, generoso y hospitalario es lo mejor de nuestra ciudad. Eso es así, de toda la vida. Vamos, eso es de primero de Xixonomía.
¡Aprovecho, por cierto, para dar la bienvenida a todas y todas los visitantes! Y aunque no soy nadie para dar consejos, ojo, que nadie os confunda: una dieta equilibrada no es un cachopo en cada mano. no. Podéis disfrutar de lo que «presta» comer unas sardinas mirando a la mar o degustar unos taquinos de bonito que estamos en temporada. Tampoco pienso ponerme estupendo ensalzando las beldades del concejo, pero una cosa os digo: la Semana Grande no está solamente en el centro. Y, aparte de disfrutar de todos los conciertos de la Plaza Mayor y de Poniente, de la amplia programación de Arte en la Calle, y en el Botánico; os recomiendo transitar por la enorme riqueza de nuestros barrios; desde Cimavilla o La Calzada a El Llano o Viesques; desde Roces o Contrueces a Jove o El Muselín. Y por supuesto, toda la zona rural: Deva, Cenero, Caldones, Baldornón… En fin, los rincones y sitios preciosos de Xixón son imposibles de enumerar. Ojalá os de tiempo a visitarlos todos.
Eso sí, -oye, un momento- no podéis iros de Xixón sin pasar por el templo, El Molinón. Y rápido, no os descuideis, eh, que el mes que viene ya estaremos en Primera. Sí, fía, sí. Aquí somos así. Como ganemos dos partidos, la euforia rojiblanca se dispara, ascendemos en diciembre y luego pasa lo que pasa… Bueno, al menos así era hasta ahora. Esperemos que la cosa cambie. Este año, sí, seguro, ya veréis. Con nuestra mareona -que es una afición de Champions- y este grupo Mexicano, vamos a latir juntos hasta en el cielo. Seguro que el padre Fueyo estará cantando rancheras y ya habrá sacado el tequila para brindar con Quini, Castro, Alejo, Preciado y todos los nuestros.
Tranquilos, collacios, ya voy acabando, que algunos finales son felices y otros necesarios.
¡Venga! ¡Que empiece la «folixa»! ¡Ahoguemos la crisis en sidra!, que ahora toca farra y cachondeo. Es tiempo de retozar y andarse a la flor, de «enfilase» y echar un «bailín», que todas y todos gocéis a tope, que lo paséis genial. Ni una agresión machista, por favor. Respetémonos, disfrutemos de la fiesta, y erradiquemos cualquier tipo de violencia. Y como soñar es gratis, pidamos nueve días seguidos de buen tiempo, sí, que nadie tiene derecho a llover en nuestros sueños. Y ya, bueno, oye, puestos a pedir, que el Real Sporting de Gijón vuelva a subir, y que el año que viene algún artista de Mareo haga el pregón desde aquí.
¡Puxa Xixón! ¡Puxa Sporting!
¡Puxa Asturies! ¡Felices Fiestes!