ENTREVISTA CON JORGE DAVID LÓPEZ, OLÍMPICO DE FÚTBOL EN MOSCÚ 1980
“Cuando pasó la antorcha por Gijón hice un relevo con mi hijo mayor y la tengo en el salón de casa. Es un recuerdo bonito”
“Los políticos van a lo suyo y nosotros ya habíamos dejado de ser olímpicos. En el momento que se empezó a pelear por el Museo Olímpico para muchos no éramos nadie”
Jorge David López (Turón, 1956) ha estado toda su vida vinculado al fútbol. Formó parte de la época gloriosa del Sporting y llegó a disputar los Juegos Olímpicos de 1980. Mucho ha llovido desde entonces, pero David sigue siendo claro y directo en sus planteamientos. Hasta el pasado mes de julio era uno de los integrantes de la Junta Directiva de la Familia Olímpica del Principado y, aunque en ocasiones tira de humor e ironía para retratar la situación del deporte en la comunidad, no duda en cargar contra la clase política de la que asegura “el 95% son iguales. No distingo entre izquierda y derecha”
42 años después, aquí estamos recordando la cita de Moscú…
¡Fuimos de milagro! Estados Unidos como protesta por la invasión soviética a Afganistán trató de boicotear los Juegos y España se encontraba entre los países occidentales que rechazaba ir a la Olimpiada. Todos los jugadores estábamos de vacaciones y tuvimos que dar la dirección del hotel donde nos encontrábamos por si España decidía acudir. Habíamos pasado dos fases clasificatorias y estábamos pendientes de la decisión final. En mi caso estaba en Fuengirola, Joaquín (Alonso) creo recordar que se acababa de casar y andaba de luna de miel… Cuando me quedaba menos de una semana para acabar las vacaciones, llegó un día al hotel y me dicen que tengo un telegrama. Lo abro y veo que es una citación para el día siguiente por la mañana en el Hotel Colón de Madrid. De aquella estaba con Pablo el jugador del Valencia, íntimo amigo mío de Turón y le dije: ‘Pablo, tengo que marchar’ y se vino conmigo. Yo paré en Madrid y él siguió a Asturias. Imagínate después de vacaciones ponerse a entrenar en Madrid a 35 grados mañana y tarde.
¿Cómo vivió los Juegos Olímpicos?
Con mucha ilusión y ya no como futbolista sino como deportista. Siempre me gustaron todos los deportes: tenis, baloncesto, atletismo… Estar en la Villa Olímpica con los atletas, gente que solo veía por televisión me prestaba. De hecho nosotros fuimos a la Villa cuando quedamos eliminados porque los partidos de nuestro grupo se jugaban en Kiev y Minsk. El primer partido fue en Kiev contra la República Democrática Alemana, la DDR y los otros dos en Minsk contra Argelia y Siria. En el caso de Argelia, la mitad de aquel equipo jugó dos años después el Mundial del 82 en El Molinón. Empatamos los tres partidos, es decir, estamos imbatidos en los Juegos Olímpicos ¡cuidado! A mí no me ganó nadie en una Olimpiada (risas) y no nos clasificamos por el golaverage. De ahí fuimos a la Villa Olímpica en Moscú porque los viajes a España que ponía el Comité Olímpico no se hacían a diario. Estuvimos una semana prácticamente entrenando porque los equipos en España ya habían empezado la pretemporada y nosotros seguíamos preparándonos con el seleccionador José Emilio Santamaría para estar en forma a la vuelta. Cuando acabábamos íbamos a ver pruebas, lo pasamos muy bien.
Hay muchos deportistas que coinciden en señalar que, quizá para el fútbol, la cita olímpica no es tan importante como para otras modalidades. ¿Lo comparte?
Depende de cómo lo mires. Para un futbolista es posible que lo más importante sea un Mundial, pero en mi caso como me gustaban todos los deportes también me parece lo máximo participar en una Olimpiada. Prestome mucho, lo tomé con mucha ilusión y disfruté tanto cuando estábamos en la competición como cuando nos eliminaron porque íbamos a ver los partidos de baloncesto de España al Estadio Lenin con 100.000 espectadores. El día que fuimos al Estadio Olímpico vimos ganar a Jordi Llompart la medalla de plata en marcha. Estábamos Joaquín y yo en una esquina aplaudiendo y fuimos de los pocos españoles que lo vimos.
“Para un futbolista quizás lo más importante sea un Mundial, pero como me gustaban todos los deportes también me parece lo máximo participar en una Olimpiada”
Vaya Olimpiada porque a su participación hay que sumar más asturianos como Herminio Menéndez en el papel de abanderado español y competidor y José Antonio Cecchini como el primer judoka asturiano en unos Juegos.
Olímpicamente ellos eran mucho más importantes que nosotros porque algunos incluso ganaron medallas. Solo los vimos uno o dos días porque, aunque estuviéramos en la Villa Olímpica, sus entrenamientos y sus pruebas no nos coincidían y era complicado. Sí veíamos mucho a los jugadores de baloncesto. Me acuerdo del día que me presentaron a Romay y antes de llegar a la mano tropezamos con sus pies, era impresionante (risas). En la Villa Olímpica había hasta una discoteca para los atletas, lo pasamos muy bien.
¿Alguien podía pensar lo que llegaría ocho años después en fútbol con aquel oro?
No, pero cuando ves que el Comité Olímpico y España invirtieron dinero en la preparación de esos Juegos, te hace pensar que había atletas y deportistas con talento y calidad. Lógicamente, su preferencia era el trabajo o los estudios y el deporte estaba en un segundo plano. Cuando se les becó y se metió una inyección económica en su preparación es donde sale a relucir el talento de la piel de toro y del deportista español.
¿Siguió la cita de Barcelona 92?
Soy de los que si hay deporte me pongo en el sofá de casa y a disfrutar. Ahora tienes más canales, pero en aquella época había menos posibilidades. Siempre lo seguí, de hecho cuando pasó la antorcha por Gijón hice un tramo y la tengo de recuerdo en el salón en casa. Tú hacías el relevo con una réplica idéntica la que se llevó a Barcelona y después si querías la comprabas. Hice el tramo de la bajada en la zona de Desguaces Cañamina con mi hijo mayor.
Encima el encargado de abrir la lata fue ‘El Pitu’ Abelardo.
El partido lo seguimos todos. Una alegría por ese primer gol, pero es que también estaban Luis Enrique y Manjarín. Sin olvidarme de Vicente Miera como seleccionador, mi entrenador en el Sporting. Nos hizo mucha ilusión a todos.
¿Se hace raro pasar de disputar unos Juegos a verlos en casa?
Cuando ves la inauguración y las pruebas es inevitable que te acuerdes de cuando estuviste allí. Como me gusta ver deporte, porque practicar poco más allá de caminar o la bicicleta, lo recuerdo con alegría y un poco de añoranza porque ves que van pasando los años, pero disfruto viendo, no sólo fútbol, baloncesto, tenis, atletismo, waterpolo… Veo todo, me gustan todos los deportes.
“La gente que toma las riendas de la Familia Olímpica tiene un nombre importante en el deporte español. Van a recibir muchas calabazas, pero si lo cogen con ilusión siempre tiras hacia delante”
Usted formaba parte de la Junta Directiva de la Familia Olímpica del Principado que lideraba Joaquín Alonso. ¿Se habían cansado de pelear contra una pared?
Ya ni me acordaba que formábamos parte de la Familia Olímpica. Lo recordé cuando me llamaron para la reunión en la que dábamos paso a savia nueva para dar un poco de vida. En la búsqueda de una ubicación para hacer un Museo Olímpico en Asturias estuvieron peleando mucho Agustín Antuña y Manolo Llanos, en paz descanse. Picaron puertas en un lado y en otro, pero nadie les dio ni bola, esa es la verdad. Aquí los políticos van a lo suyo y nosotros ya habíamos dejado de ser olímpicos, en aquel momento para muchos no éramos nadie. El político busca la actualidad y te hacen caso cuando estás arriba, cuando no eres nadie no miran ni para ti. Si te saludan ya ye bastante.
¿Y qué piensa de esos ayuntamientos que se pusieron de perfil? Gijón, Oviedo, Avilés, Mieres o Carreño, entre otros.
Los políticos solo te hacen caso cuando estás en la cresta de la ola y creen que ellos pueden sacar tajada o cuando un deportista de élite les puede dar visibilidad en un ayuntamiento. No voy a decir todos, pero el 95% de los políticos son iguales. No distingo entre izquierda y derecha, salvo raras excepciones porque tengo amigos políticos y no quiero meter a todos en el mismo saco. Encima luego hay algunos que los conoces y cuando cogen poder parece que se transforman, toman decisiones o hacen comentarios que ni los reconoces. La figura del político es la hostia y un mal necesario porque tiene que haber políticos, pero madre mía. Lo siento por los que me conozcan, pero soy claro y pienso así.
A partir de septiembre, Jorge García se pondrá al frente de la Familia Olímpica. El actual director de competiciones de la Federación Española de Triatlón ya mostraba en una entrevista en este periódico su deseo de abrir la Junta también a voluntarios. ¿Qué sensaciones tiene ante esta nueva hornada que tomarás las riendas?
Son gente que tiene un nombre importante en el deporte olímpico ya no solo en Asturias sino a nivel estatal. Lo principal es que lo cojan ahora con ilusión porque si al empezar no la tienes mala señal. Van a recibir muchas calabazas, pero si lo haces con ilusión siempre tiras hacia delante porque sino durarán dos días.
Uno de los deseos no solo del que será nuevo presidente, si no del resto de componentes, es contar con los veteranos. ¿Les agrada que quieran contar con su experiencia?
Eso siempre agrada porque que te tengan en cuenta y confíen en que tú les puedas ayudar en momentos determinados es agradable. Con todo, insisto en que no lo van a tener fácil y más en los tiempos que vivimos.
Contaba Ángela Pumariega en MiGijón que el Museo Olímpico debería estar realizado antes de los Juegos de París en 2024. ¿El hambre que demuestra el nuevo equipo es motivador?
Está bien tener fuerza, pero creo que vamos a tener antes el AVE a Gijón que ver el Museo Olímpico (risas). Es mi sincera opinión y ojalá esté hecho el año que viene porque me encantaría, pero lo veo jodido. Eso sí, confío en verlo porque me gustaría mucho que se materializara el proyecto.
¿Asturias se ha especializado en dejar pasar trenes?
Seguro. Volvemos a los políticos. No soy de ningún partido, es más he votado prácticamente a la mayoría y al final me defraudaron todos. No hay cosa que menos soporte que ver a un político que estuvo gobernando pedir cosas cuando está en la oposición. Ahí es cuando pienso: ‘Pero cabrón, si hasta hace dos días estabas tú. ¿Por qué no lo hiciste?’. Es decir, critican lo del otro, pero ellos no lo hicieron. Entiendo que todos quieren que su ciudad o su pueblo mejore, pero cuando la mejora llega por parte del otro no lo reconoce. En el deporte somos rivales, pero si el otro equipo me mete un chorreo le doy la enhorabuena y eso en política no lo hacen. Si veo un tío que reconoce lo del otro, lo voto porque ye realista y lógico. A los políticos cada vez los trago menos.
«Sin una Consejería de Deportes ponte en lo peor porque si no hay quién ponga orden, ese trabajo lo acaban haciendo los clubes privados. A nivel regional estamos un poco cojos”
Todo el mundo se acaba marchando. Vemos asturianos por medio mundo triunfando en infinidad de deportes. ¿Por qué la comunidad no es capaz de retener tanto talento?
En deporte y en todo. No lo sé, pero algo falla porque de aquí ha marchado y marcha mucho talento: deportistas, ingenieros, médicos… Ves que cada vez hay menos gente, la región está peor y más ahora con la situación que estamos viviendo. No me explico la imbecilidad humana, acabamos con nosotros mismos, con el planeta, las guerras… Ye increíble.
Otro dato a tener en cuenta. Una comunidad que no tiene una Consejería propia de Deportes.
Ponte en lo peor porque si no hay quién ponga orden vamos a los clubes privados. El problema es que algunos pueden subsistir a base de socios o publicidad, pero hay otros más modestos que como no tengan una ayuda acaban muriendo. Tanto en el fútbol como baloncesto, atletismo o cualquier otro deporte todo empieza en la base y si no hay ayudas ni se promociona el deporte a nivel regional, cada vez saldrán menos deportistas.
¿Es una torpeza no ver el componente social y económico del deporte?
Total. Diría que torpeza ye un piropo. A la mayoría de la gente le gusta hacer algo de deporte cuando acaba su trabajo: correr, caminar, pasear el perro, andar en bicicleta, jugar al fútbol… Gijón es una ciudad muy deportiva. Vivo al lado del Grupo Covadonga y hay un trajín importante, está también el Club de Tenis, el Santa Olaya… En Gijón se presta bastante atención al deporte base, pero mucho es a través de los clubes privados. A nivel de administración regional estamos un poco cojos.
Usted tuve una carrera larga dentro del fútbol…
Larga no mucho, pero estoy contento con ella (risas). Lo hecho ya está, podía haber sido mejor y peor también. Lo que sí es verdad es que cogí la mejor época del Sporting, eso no me lo quita nadie. En los momentos deportivos más importantes de la historia del Sporting estuve en primera línea y eso no se olvida. Estoy muy orgulloso de haber pertenecido al equipo que fue subcampeón de Liga y tercero, dos finales de Copa, jugar la UEFA… No disputé muchos partidos, pero los que estuve en el campo no cambio ninguno por 20 de ahora (risas).
Y en esta historia como profesional también tiene el récord del precio del cromo de un futbolista…
(Risas) Esos son los frikis de los cromos. Debía faltar el mío y pagaron no sé cuanto dinero, cerca de 200 euros creo recordar. Hace unos años de eso. Oye, tiene que haber gente para todo (risas).