Adrián Rodríguez Huber, periodista de la Agencia EFE en 11 Juegos Olímpicos
“Me mandaron a cubrir la final de tiro con arco en la que España sacó el oro. Cuando llegué estaba sonando el himno y dije que el experto en tiro se había puesto enfermo”
“Miguel Induráin me marcó muchísimo. Si hoy me da la mano no me la lavo porque es un tío que arrasó. Fue campeón olímpico y tuve la fortuna de cubrir sus cinco Tour”
Adrián Rodríguez Huber (Gijón, 1965) conoce como pocos el deporte en general y el deporte olímpico en particular. Periodista licenciado por la Universidad Complutense su curriculum habla por sí solo. Ha cubierto cinco Tour de Francia, dos Giros de Italia, la Eurocopa de fútbol que hizo a España campeona, ocho mundiales entre esquí alpino, triatlón, fútbol, snowboard y freestyle o 70 pruebas de Fórmula Uno. A esto hay que sumar 11 citas olímpicas: cuatro de verano (Barcelona 92, Sídney 2000, Atenas 2004 y Río 2016) y siete de invierno (Lillehamer 1994, Nagano 1998, Salt Lake City 2002, Turín 2006, Vancouver 2010, Sochi 2014 y PyeongChang 2018). Crítico con las políticas que se desarrollan con el deporte, llega a la Familia Olímpica del Principado para sumar y aspira a que Asturias haga realidad el Museo Olímpico porque sería “un plus para la región”.
Ha cubierto 11 Juegos Olímpicos, cuatro de verano y siete de invierno. No creo que muchos puedan estar a su nivel.
Lo triste de esto es que denota que ya tienes cierta edad, es lo único científicamente constatable (risas). Uno está orgulloso porque me gusta el deporte, el periodismo deportivo y si te dedicas a esto, obviamente te tiene que apetecer siempre estar presente en grandes eventos. Para mí no hay un evento más importante multidisciplinar que los Juegos Olímpicos.
Su debut se produjo en Barcelona 92. ¿Ha sido la cita más especial?
Sí, porque es la primera, es tu país; eran otros tiempos, pero había un buen rollo tremendo, fue un éxito organizativo impresionante, un éxito deportivo de España. Nosotros veníamos del segundo Tour que ganó Induráin y en aquella época te movías en coche. Los Juegos de Barcelona empezaron un sábado y el Tour acababa el domingo. El lunes hicimos París-Barcelona en coche y a currar. Hay cosas que no se te olvidan nunca como la medalla de Fermín Cacho en el 1.500 y el oro del fútbol. Como gijonés quiero decir que estoy orgullosísimo de que tanto el entrenador del Real Sporting de Gijón como el seleccionador nacional sean gijoneses y campeones olímpicos. Todo esto que te cuento lo vi por una pantalla. Tú te comes todos los marrones del mundo, más si eres de los primerizos o los más jóvenes, pero al mismo tiempo como te gusta, eres voluntario para lo que sea. El día que Linford Christie ganó los 100 metros pude ir al Estadio Olímpico y luego hablé con Merlene Ottey que había quedado quinta siendo favorita. Era una dama y solamente fui capaz de hacerle una pregunta, me quedé boquiabierto. Otra imagen que no se me olvida es cuando España jugaba contra el Dream Team, el de verdad que formaban Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird… Todos eran estrellas y además era una época donde estaba el debate del profesionalismo. Ellos vinieron después de muchas negociaciones, pero con dos condiciones: no se iban a alojar en la Villa Olímpica, estaban en un hotel de lujo y no pasaban controles antidopaje porque hay una serie de productos que puedes tomar en Estados Unidos y aquí no. Para ese partido sobraba una entrada de prensa y cuando preguntaron quien quería ir nadie decía nada. Esperé unos segundos y me ofrecí. Después salió a rueda de prensa John Stockton, base mítico de los Utah Jazz, y le pregunté qué español le había impresionado más. Me dijo: ‘Number four’, era Jordi Villacampa. En mi caso, como hacía el Tour, también cubría el ciclismo. La prueba de ruta era en San Sadurní de Noya y en Barcelona gana Fabio Casartelli. Desgraciadamente en el 92 fue campeón olímpico y en el 95, durante el quinto Tour que cubría se mató en una bajada.
Usted fue el autor de la crónica de la medalla de oro en tiro con arco. En aquel equipo había dos asturianos: Antonio Vázquez Megido y Alfonso Menéndez Vallín.
Ese es otro de los grandes orgullos porque como EFE no tiene un soporte físico, uno siempre mira donde te publican y que lo haga el diario de tu ciudad cuando estás empezando, es una ilusión especial. Ahora La Nueva España tiene una oficina en Gijón, pero de aquella el único periódico de Gijón era El Comercio.
No obstante, algo le pasó en aquella cobertura.
Antes de la final se disputaba los cuartos y las semifinales y andaba por ahí y me dijeron: ‘Al tiro con arco en Vall d’Hebron’. Hay que decir que estaba muy bien organizado porque era el primer concepto de voluntarios y te ayudaban con todo. Otra cosa de los Juegos Olímpicos es que son muy bonitos de ver en la tele, pero salvo el anillo olímpico donde está todo concentrado, hay otras pruebas que te obligan a meterte muchas horas de autobús. Cuando me bajé de ese autobús estaba sonando el himno nacional y pensé: ‘Chaval, tu carrera profesional ha llegado a su fin hoy’ (risas). Me busqué la vida, mentí diciendo que el experto en tiro con arco se había puesto enfermo y que no tenía ni puñetera idea, esa última parte era verdad. A las ruedas de prensa sí llegué, me monté una película y coló.
¿Es más especial cuando uno escribe sobre triunfos de paisanos?
Sí. Por ejemplo, la Fórmula Uno no es deporte olímpico, pero en el caso de Fernando Alonso si tú dices años antes de que sucediera que un español iba a ganar carreras te dicen que estás loco y si dices que va a ganar un Mundial te internan. En el caso de los asturianos generas un vínculo y luego los españoles, también. Es imposible mantener una distancia, no soy objetivo y además el público mayoritario que me va a leer es español, en el caso de EFE tienes que cuidar también a los latinoamericanos. Disfruté mucho viendo ganar a Iván Raña en triatlón, a Javi Gómez Noya que además me alegré cuando le dieron el Premio Princesa de Asturias, María José Rienda, Induráin era increíble y he tenido la suerte de cubrir cinco Tours que fueron los que ganó. Nadal, por ejemplo, no he cubierto sus triunfos, pero me mandaron a Kuwait cuando inauguró una academia.
“Sídney me sirvió para empezar a escribir de triatlón. Es el primer deporte donde empezaron a coincidir en el calendario chicos y chicas, los premios desde el principio siempre fueron iguales y España es una potencia”
Luego llegarían Sídney 2000, Atenas 2004 y Río 2016. ¿Alguno igualó a Barcelona?
No, porque es la primera vez, te impresiona y eso te queda para siempre. Sin embargo, todos tienen algo. Lo negativo de Atenas es que hacía muchísimo calor. En los Juegos también influye en qué condiciones te manden, si el alojamiento es bueno, la ubicación porque en unos Juegos tú estás centrado en lo tuyo. Por ejemplo, en Río antes de irte a dormir por salud mental ponías un poco la tele y te enterabas de que Phelps había ganado otra medalla porque ibas a lo tuyo. Ya no hablemos de lo que pasaba en el mundo, olvídate porque estás metido en tu burbuja.
¿En cuál se ha sentido más cómodo en su faceta de periodista?
Me impresionó mucho Barcelona, a Río tenía muchas ganas de ir, con Atenas había una ilusión especial por ser la cuna del olimpismo y Sídney me gustó porque países como Australia o Canadá no tenían problemas económicos, tienen un territorio muy vasto y la gente es más enrollada. Allí lo pasamos muy bien, era una cosa completamente diferente y además descubrí el triatlón. La zona de transición estaba delante de la Ópera de Sydney y corrían por el Jardín Botánico. Me sirvió para empezar a escribir de triatlón porque además me gustaba y me sigue gustando mucho y la Federación Española de Triatlón y el triatlón en general es de buen rollo.Es el primer deporte donde empezaron a coincidir en el calendario chicos y chicas, los premios desde el principio siempre fueron iguales y España es una potencia en triatlón. Tenemos a Mario Mola, triple campeón del Mundo, un tío formidable; Javi Gómez Noya, quíntuple campeón del Mundo, plata olímpica en Londres, cuatro veces campeón de Europa, ahora se va a centrar en el Ironman y acabará ganando; Iván Raña es la rehostia; en las chicas están Ana Godoy, Miriam Casillas, Pilar Hidalgo, Maribel Blanco, la primera triatleta en ir a unos Juegos… Se trabaja muy bien con ellos.
¿Tokyo 2020 es una asignatura pendiente?
Me hubiera gustado ir, pero más que Tokio, fue Pekín por los últimos Juegos de Invierno. Estaba acreditado pero te metían tanto miedo si dabas un positivo que al final hablé con mi jefe, la agencia se ahorró un dinero y lo hice desde la distancia por la noche. En condiciones normales, me hubiera encantado porque hubieran sido los duodécimos.
Oiga, igual se puede desquitar con París 2024.
Igual, eso tienes que hablarlo con Luis Villarejo (risas).
“Los Juegos de Invierno en España no tienen tanta trascendencia como en Noruega o Austria. Potencialmente te puedes volver majara solo con cubrir lo básico más los españoles”
Además de las citas veraniegas, otros siete invernales. ¿Cambia mucho?
Sí, porque el volumen es menor y en España no tienen tanta trascendencia como en Noruega, Austria y países con más tradición de deportes de invierno. Mi madre es austriaca y allí el esquí es el deporte rey, es otro enfoque. En Noruega puedes quedar con la boca abierta viendo cómo van 50.000 personas a las carreras de esquí de fondo. En unos Juegos de verano puedes tener 25 plumillas y a los de invierno lo máximo a lo que llegué fue a tener dos compañeros mientras que a Sochi y PyeongChang ya fui solo. Potencialmente te puedes volver majara porque solo con cubrir lo básico y los españoles ya tienes de sobra. Luego hay excepciones como que se mate uno como en Vancouver, un escándalo de los jueces de patinaje artístico en Salt Lake City, dopajes y la joya de la corona: un positivo de un deportista español como pasó en 2002 con Johan Mühlegg, nacionalizado, pero iba con bandera española y le pillaron después de ganar tres oros. Eso fue increíble, tenía muy buen rollo con Johan porque yo hablaba alemán y él, pese a haber hecho tres Juegos con Alemania, renegaba de su país, quería hablar español y era muy gracioso, pero él y su entorno hablaban fundamentalmente en alemán. Quiero dejar bien claro que me parece un buen deportista, pero hizo trampas y le pillaron. ¿Quién no ha copiado alguna vez en clase en algún examen? Si no te pillan sacaste sobresaliente y tu padre te da un premio. Si te pillan, suspendiste. Esto es igual. Fue un poco shock psicológico porque pasas de estar con un tío triple campeón olímpico, algo que no se había dado nunca y de repente es un proscrito. También fue muy curioso ver la reacción de los dirigentes deportivos y el paso de Johan a Juanito y viceversa.
Supongo que llega un momento en el que con algunos de los deportistas olímpicos surgirá hasta amistad. Por ejemplo, en la cita de Vancouver era los quintos Juegos en los que coincidía con María José Rienda, posteriormente presidenta del CSD.
Lillehamer fueron los primeros Juegos de Invierno y donde descubrí que podías ver un cielo azul y sol y estar a 17 grados bajo cero; aquello no era frío, era dolor. Las pruebas de esquí de fondo no se pueden disputar si estás por debajo de 20 bajo cero y en aquella cita nos contaron que alguna vez miraron para otro lado. En Lillehamer conozco a Rienda, eran sus primeros Juegos con 18 años y era súper tímida. Me acuerdo que le dije que lo que llevaba era una grabadora, no una pistola para que estuviera tranquila. Con el tiempo fue cogiendo tablas y acabó siendo directora de Deportes en Andalucía y Secretaría de Estado para el Deporte.
¿Hay algún deportista del que no se olvida?
Me marcó Induráin muchísimo. Si hoy me da la mano no me la lavo porque es un tío que arrasó, fue campeón olímpico, pero sobre todo a los franceses no les gustaba, no sabían que luego les mandaríamos a uno con una raqueta que los iba a rematar (risas). Con todo el respeto a Francia y a los franceses, pero estaban hartos de Miguel porque además el anterior ganador del Tour era Greg LeMond, estadounidense y hablaba francés, pero Miguel pasaba. Mi primera cobertura fue en 1991 con la Vuelta a España y el primer Tour, el que ganó Miguel y luego llegaron otros cuatro, fue alucinante. Más allá de olímpicos, Fernando Alonso es una máquina. Al final acabas haciendo un vínculo y ahora mismo tengo muy buen rollo con Lucas Eguibar, campeón del Mundo de snowboard cross y se merece tener una medalla. Fue abanderado en PyeongChang y es un tío de puta madre, así de claro. Regino Hernández, bronce en snowboard cross, también tiene un punto alocado como Lucas, muy simpático y Rienda te puedo decir que es mi amiga, también su marido para que no haya suspicacias. En general, nunca he tenido problemas con un deportista porque lo mejor del deporte son ellos, tampoco con entrenadores.
“El deporte pone en valor una región, son deportistas que han hecho mucho, hay que acordarse de ellos y cuidar también a los que no han tenido tanto éxito”
Lo que no falta en su maleta para los Juegos es su camiseta del Sporting.
Y banderas de Asturias. Hacerte una foto con la camiseta del Sporting en sitios lejanos mola un poco más. Es una tara que reconozco y que no pretendo curarme de ella (risas), es lo que hay. Si eres yonki igual te curas, pero si eres del Sporting no tienes remedio.
¿Qué opinión le merece el trato que le da al deporte el Gobierno de Adrián Barbón?
Estoy de acuerdo con la línea de la mayoría de las entrevistas que estás haciendo. Primero quiero dar las gracias a Jorge García que se acordó de mí ahora que se va a reflotar la Familia Olímpica del Principado. Que metan en la ecuación también a los periodistas es de agradecer, al fin y al cabo son el enlace entre las gestas o las desgracias deportivas y el público en general. Fui a una reunión y había muy buen rollo. Uno si es periodista lo es aunque no esté en horario de trabajo. Por ejemplo nunca he cubierto una prueba de vela, pero coincidí en una espicha de una peña sportinguista con Ángela Pumariega y le hice una entrevista, es un gran honor. El deporte pone en valor una región, es gente que ha hecho mucho, hay que acordarse de ellos y cuidar también a los que no han tenido tanto éxito, por ejemplo Rocío Ríos que lo ha dado todo por su país, por su región y por su ciudad y ha puesto en valor el nombre de la tierra. Si quieres por llevarlo a un símil futbolístico, Enzo Ferrero es un jugador histórico, tuvo sus más y sus menos con la anterior directiva del Sporting porque no le daban bola, pero no hay nadie vivo más importante ahora mismo en el Sporting que él y Joaquín Alonso. El Brujo murió, desgraciadamente. El deporte es algo que une. Nunca he visto tanta gente con banderas de España como cuando se ganó el Mundial y yo llevo la bandera con orgullo por mis deportistas, no por mis políticos. Salvo dos años que estuve en la delegación de Austria, siempre he sido periodista deportivo y hago lo que me gusta. No he ganado dinero, pero he dado muchas vueltas y he conocido deportistas y entrenadores cojonudos, gente muy sana y muy buena y que representa muy bien a su país o, en este caso, a su región.
“La política es una mierda y cada vez está peor. En teoría, los políticos tienen que tener ciertos privilegios, pero lo que no se puede hacer es robar”
Son muchos los profesionales del mundo del deporte que dicen echar de menos una consejería propia. ¿Sería necesario que el Ejecutivo asturiano tuviera en cuenta la voz de los deportistas?
No estoy aquí, no vivo el día a día, pero es de cajón. Una sociedad que hace y está vinculada al deporte es mucho más sana que una que prescinde de él. La educación de las personas tiene que estar ineludiblemente relacionada con el deporte. De Estados Unidos copiamos todas las tonterías, pero puedes estudiar porque te dan una beca por ser un buen deportista. Estuve un año allí haciendo el COU y veía como le daban realmente importancia al deporte, pero esas cosas no las copiamos.
¿El gran problema del deporte, más allá de la financiación, radica en que se pone en puestos de responsabilidad a gente que no conoce la materia?
Eso es la política, es lo que hay y tienes que repartir. No me gusta, me desagrada bastante y me alegré mucho cuando a María José Rienda la hicieron secretaria de Estado para el Deporte, pero la política es una mierda y cada vez está peor. Rienda era una buena incorporación porque es alguien vinculada al deporte, ha sido una grandísima deportista a nivel internacional, en su caso era la primera mujer que ocupaba ese cargo en España y la primera deportista de invierno. Yo esquío mal, pero es una droga natural. No me importa pegarme madrugones salvajes si es para ir a esquiar porque mientras lo practicas no te acuerdas de ningún problema y es muy sano respirar aire puro. En teoría, los políticos tienen que tener ciertos privilegios, pero lo que no se puede hacer es robar.
Además de Juegos Olímpicos ha cubierto mundiales de fútbol, esquí, triatlón, snowboard, Fórmula Uno, 24 Horas de Le Mans… ¿No ver el factor económico que lleva asociado el deporte es dejar escapar una oportunidad para una región necesitada de inyecciones de capital?
Absolutamente. Mira, me doy la vuelta, estamos delante del Palacio de Revillagigedo y estoy viendo una camiseta del Sporting. Hablando de lo más generalista, para ver el impacto económico que puede tener que el Sporting esté en Primera y no en Segunda no hace falta estudiar en Harvard. La persona que hace deporte no tiene por qué necesariamente ser mejor que una que no lo hace, pero es sano en todos sus aspectos, se mire donde se mire y es un valor añadido. Cuando estoy en Madrid y pongo el Descenso del Sella, que no deja de ser una mezcla de deporte, cultura, tradición y fiesta, se me saltan las lágrimas literalmente. En una tierra tan guapa como Asturias es de cajón y encima se pueden hacer tantísimos deportes vinculados a la naturaleza…
“El Museo Olímpico es un plus para Asturias. Los políticos están para solucionar problemas y generar opciones de progreso y futuro. Este equipamiento es una de ellas”
Volviendo a la Familia Olímpica y a su futuro. Además de los periodistas se va a contar con voluntarios…
Puedo decir con orgullo que fui olímpico 11 veces porque además para unos Juegos te acredita el Comité Olímpico de tu país. De todo lo que he hecho en mi trayectoria profesional es de lo que más orgulloso me siento y los voluntarios, nunca mejor dicho, es gente que de forma voluntaria no se llevan ninguna tajada porque el olimpismo tiene sus lados oscuros también. Todo lo que asocies a la política es siempre lo más chungo de esto, pero el voluntariado es todo lo contrario y el periodismo es el hilo conductor que te cuenta mejor o peor lo que está sucediendo. Recuerdo una anécdota muy buena. Había otro chaval en tiro con arco con la misma cara de estar comiéndose un marrón como yo. Fuimos los dos juntos y era Tomás Roncero, en aquella época estaba en El Mundo.
Por cierto, vaya encuentro que tuvo sobre una mesa con Marcelino Torrontegui, Joaquín Alonso y Jorge David López el día de la disolución de la anterior Junta Directiva.
Es lo que tiene el deporte, después de una reunión también puedes ir a tomar unos ‘culines’ de sidra (risas). A Torrontegui lo conocí en esa época de los años 90. Estaba de masajista del Clas Cajastur, luego formó parte del Málaga histórico en fútbol y tenía permiso un mes para irse con la selección española de ciclismo a los Mundiales. Torrontegui es una institución también en el deporte asturiano y además es un tío cojonudo. Estoy en contra de todo tipo de discriminaciones, también de las positivas, pero luego parece que si eres asturiano hay un tipo de discriminación positiva que admito, tienes cosas en común, te ríes y ‘Torron’ es una persona estupenda.
El Museo Olímpico de Asturias sigue sin ubicación tras 20 años de intentos. ¿Lo entiende?
No, pero vamos a pensar en positivo. Los políticos están para solucionar problemas y generar opciones de progreso y de futuro. Me parece una idea estupenda, que se pongan de acuerdo sin discutir si tiene que estar aquí o allá que esas cosas las veo venir también, pero es indudable que el museo es un plus para la región.