El Oktoberfest Gijón se convierte en el más visitado de su historia

A mi modo ver, ésta edición del Oktober fest deja mucho que desear, nada que ver con los años anteriores a la pandemia, en los que había un animador haciendo juegos y sorteos, así como poniendo todo tipo de música, desde rock, pachanga, música disco años 80 y 90 e incluso del momento actual, pero lo que no se puede hacer es pinchar sin parar el mismo tipo de «música» machacona una y otra vez, es insufrible.Por otra parte la comida muy mal, pedimos un plato con salchichas y patatas fritas, otros años te servían junto con las salchichas, cebollita crujiente, col blanca y guacamole, este año brillaba por su ausencia, por no hablar del pan que nos pusieron para acompañar, un pan tipo perrito pero peor, dulce y todo encogido, parecía que lo habían estrujado en un puño, cuando en otras ediciones ponían bollitos crujientes tipo baguette, en fin, no nos gustó nada de nada, salimos a la hora de haber llegado, cuando íbamos con la intención de estar 2 o 3 h, tal como hacíamos en años anteriores, en resumen, una decepción absoluta, espero que para otro año tomen nota y mejoren la historia, porque de repetirse lo mismo no pensamos volver.