Max Webber afirmaba que los problemas políticos de la gente se deben a la modalidad de liderazgo que sus gobiernos establecen
Los militantes de la agrupación socialista de Gijón han decidido cambiar su tipo de liderazgo. Cosa que no es moco de pavo. Max Webber afirmaba que los problemas políticos de la gente se deben a la modalidad de liderazgo que sus gobiernos establecen. El más preclaro estudioso del Estado moderno distinguió la autoridad carismática de la racional.
La primera se basa en la creencia en el carácter ejemplar de un líder al que las personas se adhieren por un pacto de fidelidad. La forma de gobierno, las normas, los principios, los valores o el sentido de la justicia se identifican con la voluntad del líder. Este tipo de autoridad es, como todo sentimiento, efímera y por ello necesita una renovación constante mediante rituales y ceremonias de identificación emocional con el caudillo.
La autoridad carismática representa un tipo de organización basada en un «orden moral» que impone obligaciones a los individuos, como el de los profetas sobre sus discípulos o el de los sacerdotes sobre sus congregaciones. Pero, frente a esta forma de poder personal, los estados modernos supieron crear la forma de poder impersonal de la autoridad racional, que hace uso de procesos democráticos para la correcta elección legítima de sus líderes.
Así, esta forma de autoridad responde a una concepción no pasional, sino racional de la política. El poder se entiende como una expresión de la soberanía popular, única fuente de legitimidad. En este tipo de organizaciones políticas, ningún individuo o grupo es soberano, tan solo una ley que garantiza la continua y constante participación de los ciudadanos en la vida política, para que sean ellos mismos, y no ningún mesías, quienes resuelvan sus problemas.
Hoy, los socialistas de Gijón han decidido, a puño y letra, seguir apostando por este segundo tipo de liderazgo.