Ventanillas cerradas, máquinas de billetes fuera de servicio, deficiencias estructurales o falta de información, son las principales denuncias de los viajeros
La polémica convive diariamente con la estación de autobuses de Gijón. La semana pasada, sin ir más lejos, se conocía que el proyecto de intermodal no incluirá el desarrollo del espacio para los autobuses y tan solo deberá acotar su ubicación. Se le suma a esto el proyecto de intercambiador abierto en la plaza del Humedal y el estado del actual edificio, una estructura anticuada, con pocos cuidados, que hace unos años sufrió el colapso de su techo.
No son los únicos problemas. A la incomodidad de su tamaño, minúsculo para una ciudad con más de un cuarto de millón de habitantes, hay que añadir las quejas diarias de unos usuarios que se sienten maltratados por Alsa. Porque, además de todo, la estación de autobuses de Gijón, que debería estar construida por el Principado, está en manos de una empresa privada.
Una de las más recurrentes, es la queja de la falta de atención al cliente. Ventanillas cerradas, o con tan solo una persona atendiéndolas en hora punta, por ejemplo. También recibe críticas el funcionamiento de las máquinas de expedición de billetes que, en ocasiones, han estado fuera de funcionamiento de forma simultánea. En las horas más tranquilas el problema es menor, pero a primera hora se acentúa. Fernando es estudiante de Biología y asegura estar “cansado de tanto problema. Pagamos por un servicio que se aprovecha de las necesidades de la gente. Pasan de nosotros, da igual cuántas quejas pongamos y que Twitter se llene de protestas cada vez que hay un problema”. “Tienen una posición de fuerza, es lo que hay”, añade.
«Nos cuesta mucho saber de dónde sale la línea»
La falta de información sobre las dársenas es otro punto caliente. Sobre todo, para aquellos que no realizan un trayecto de forma diaria. Las dársenas de la estación carecen de pantallas para comunicar la ubicación y trayectos, por lo que, en ocasiones, se hace muy complicado averiguar la ruta de un determinado vehículo. Cuando no hay nadie en ventanilla, el usuario tiene que recorrer la estación y comprobar en los carteles delanteros de cada autobús la dirección de destino. Los que más lo sufren son personas mayores como Antonio y su mujer, Josefa: “cada vez que tenemos que ir al HUCA nos pasa lo mismo, nos cuesta mucho saber de dónde sale la línea. Menos mal que siempre hay alguien que nos echa una mano”.
Con la llegada del otoño y las lluvias, también se ponen de manifiesto las deficiencias estructurales de la estación. Las pérgolas no protegen lo suficiente y los viajeros acaban empapados en agua. “En cuanto llueve un poco fuerte acabas con los pies mojados. Y cuando hay mucha gente esperando tampoco puedes abrir el paraguas porque no hay espacio”, afirma María José, usuaria que semanalmente coge el autobús desde Gijón a Candás. Tampoco es que exista una sala de espera como tal, que permita a quien lo necesite cobijarse del agua mientras aguarda la llegada de su transporte. El tamaño de la zona peatonal de las dársenas también provoca protestas. En los autobuses de corta distancia se nota menos, pero en los viajes largos, con las maletas, apenas queda sitio para moverse y maniobrar con ellas.
“Esto parece tercermundista”, se queja Marina. “Entre la estación de trenes y esta, no hay quien use el transporte público”. Ella sufre diariamente los problemas de comunicaciones. Alterna sus viajes a Oviedo y Avilés, y reconoce que la estación y su servicio “dan mala imagen a Gijón”. “Lo único bueno que tiene – añade – es que está en el centro, pero da vergüenza venir a buscar a amigos de fuera que vienen a pasar unos días”.
No es la estación de autobuses de Gijón, es propiedad de la empresa privada ALSA y solo ella es la responsable. No confundamos a las personas mezclando datos
Tienes toda la razón. Lo que Gijón necesita es una estación de autobuses en condiciones, donde todas las compañías puedan estar presentes y no tener que depender del oligopolio mafioso de ALSA
Pues claro que es una vergüenza pero descarada, no funcionan las máquinas, hay unas colas que vamos para sacar un billete, y la gente mayor que no se arregla vamos tiene tela , no están señalizados los andenes si se pueden llamar así de dónde salen las líneas y si , no se puede definir como estación de autobus porque deja mucho que desear aunque sea propiedad de Alsa tanto como se las dan si cogen concesiones en toda España, lo mínimo que tienen que hacer es mirar ya no por su imagen que no les importa nada si no por los viajeros
que está visto que tampoco les importa , como es lo poco que hay para poder viajar , desgraciadamente de eso se aprovechan, VERGONZOSO VAMOS…..
Es vergonzoso.
Para mí lo más deplorable es la falta de información sobre de qué andén sale cada bus. Para los de larga distancia te puedes pasas un rato bien largo dando vueltas a la estación de un lado a otro tirando de la maleta hasta que por fin ves aparecer el tuyo.
Es verdaderamente lamentable.
es tremendo lo de Alsa ya es solo ganar y ganar sin invertir, no entiendo por que no lo interviene el estado, como es un monopolio hacen lo que les da la gana y ya ni te digo si tienes que viajar con una bici, deplorable y tercermundista