El hombre, que podría afrontar una pena de hasta cuatro años de prisión, se aprovechó presuntamente de la incapacidad de la mujer, de 87 años, para realizar cualquier actividad bancaria ordinaria
Hay expresiones de picaresca plagadas de ingenio, humor e, incluso, admiración, y otras que, por el contrario, se mueven en el terreno de lo moralmente inaceptable. Ese último podría ser el caso de un hombre que podría encarar una condena de hasta cuatro años de prisión, después de que la Fiscalía del Principado le haya acusado de apropiarse de 116.000 euros de la tía de su mujer, de 87 años, aprovechándose de la relación que tenía con ella y de su incapacidad para realizar cualquier actividad bancaria. La vista oral se celebrará este martes, en Oviedo.
El Ministerio Fiscal sostiene que el presunto autor era el marido de una de las sobrinas de la mujer, nacida en 1926, con la que mantenía una relación de confianza. Por ello, figuraba como autorizado, desde el año 1991, junto con otras dos parientes, para acceder a la cuenta corriente que la tía tenía abierta en una sucursal bancaria de Oviedo, y en la que se ingresaban fondos de su exclusiva propiedad. La víctima mantuvo abierta dicha cuenta hasta octubre de 2013, además de un depósito a plazo, con un saldo total entre ambos de 271.174,58 euros.
Siempre según la Fiscalía, el día 29 de octubre de 2013 el acusado la convenció para que abriera una nueva cuenta corriente en la que figurara él como cotitular, sin otras personas autorizadas, pero cuyos fondos también eran de la exclusiva propiedad de la anciana. Así, aprovechando esa relación de confianza, el acusado realizó operaciones en su beneficio por un valor de 107.900 euros, y retiró en efectivo por ventanilla un total de 8.500 euros. Por su parte la mujer, quien desde enero de 2012 vivía en distintas residencias para personas mayores por sus problemas de salud, y que había sido diagnosticada de dos trastornos conductuales y deterioro cognitivo moderado, fue declarada incapacitada para los actos de contenido patrimonial y para las decisiones sobre su salud por sentencia en octubre de 2017.
Y es que la víctima carecía de habilidades para realizar de forma independiente las actividades de la vida diaria y de tipo instrumental, y tenía desconocimiento absoluto de su situación económica, precisando los cuidados de terceras personas, incluso para las tareas más elementales. Por ello, la Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito continuado de apropiación indebida, y solicita que se condene al acusado a cuatro años de prisión y diez meses de multa, a razón de quince euros de cuota diaria. En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal reclama que el hombre indemnice a la mujer con 116.400 euros.