«Ya sabíamos que las charangas son como las grandes familias. Tienen alegrías, a veces tristezas, desencuentros y amor, mucho amor»
Ya sabíamos que las charangas son como las grandes familias.
Tienen alegrías, a veces tristezas, desencuentros y amor, mucho amor.
Sólo basta hablar con Os Braxileiros do Xixón para darse cuenta de que Cupido se ha instalado entre ellos. Sobre todo, desde hace tres años.
Se da la circunstancia de que van a nacimiento por año, y este no iba a ser menos. Primero fue Eric, luego Gala, y en esta ocasión esperan a Manuel. Pero mientras llega y no, los sesenta y seis miembros de esta formación tan amorosa ensayan sin descanso en el colegio Lloreu. Así nos lo ha contado Tania García, la ‘súper’ presidenta de los Braxileiros.
«En septiembre nos reunimos para distribuir el trabajo por grupos», cuenta. «Lorena Matías es la cabeza pensante del vestuario, aunque luego todos intervenimos, pero ella es la que hace, digamos, el primer boceto».
«Este año hemos alquilado un local en Contrueces; ahí maquinamos todo», asegura, divertida. «Las letras y música las eligen entre unos cuantos, y solemos darles el visto bueno, no somos de dar la vara».
Afrontan este Antroxu renovados y con buenas expectativas; sobre todo en percusión, su punto más fuerte.
«Lo principal es llegar al público y que éste disfrute con nosotros. Ese es nuestro objetivo desde siempre».
Los veremos el próximo domingo. Saltarán a las tablas del Jovellanos en cuarta posición.
Detrás de los anteriores veremos a otra conocida charanga, Xareu nel ñenu.
Eternamente agradecidos al barrio de Jove, ensayan en su colegio, como nos cuenta Fonso Pita, el ‘presi’ de los de Xareu. Lo que esquiva, eso sí con ironía, es la edad en que se mueve la agrupación. «Tenemos fantasía hasta en las edades». ¡Toma!
Fuera de bromas, aprovechan este espacio para agradecer, de todo corazón, el cariño que mostraron todos los compañeros charangueros por la pérdida de José Méndez Legazpe, alma máter y propulsor del grupo, fallecido el pasado junio y al que harán un homenaje ante el público.
Pero la vida sigue, y ellos continúan contándonos cosas, como que el letrista Marcos Moran es le encargado de ordenar esas tormentas de ideas, a veces huracanadas, y convertirlas en coplas. O que Loli Villanueva y Gloria Fernández son las prestigiosas modistas. En cuanto al bailoteo, punto importante e imprescindible en los de Xareu, corre a cargo de Bruno Álvarez Trabanco, dueño y señor de las coreografías.
«Y na, espera y nos por Asturias, que daremos la turra», dicen para despedirse.