
«El trasfondo político que va a dejar lo de empezar a matar lobos en Asturias, no parece que los partidos en el Gobierno astur lo hayan tenido en cuenta»

Da verdadera vergüenza ver en qué se ha convertido el asunto del lobo. Da vergüenza y miedo ver cómo la mentira, la desinformación, los bulos y las barbaridades retrógradas nos han llevado al punto en el que nos encontramos en Asturias, colocando como el principal problema del sector ganadero de la región, según los políticos y los propios representantes del sector ganadero, al lobo. Da vergüenza leer frases del tipo: “los lobos andan por donde juegan niños” o “están por los montes por donde paseamos”, como si eso fuera un peligro mortal (busquen el dato de ataques de lobo a humanos en las últimas décadas) o verdad. Se ha dicho —pero hay que volver a decirlo una y otra vez— que en el siglo en el que vivimos el lobo NO ha matado a ningún humano, pero, en cambio, si lo han hecho actividades que se llevan a cabo por el monte por el que paseamos, y muchas veces próximos a los espacios en los que vivimos, como la caza.
Por otro lado, y respecto a las quejas ganaderas: sí, claro que es verdad que hay bajas de ganado causadas por lobo —aunque menos de las que se pretende hacer ver— pero claro que las hay. De igual manera que hay personas que dejan a su ganado a la ‘baladría’ y saben de él por algún vecino, o van a verlo, sin apearse del todoterreno, cuando cuadre. Pero, en cualquier caso, esto no sería un problema si las instituciones públicas, esas que ahora se dan golpes en el pecho y tienen prisa para salir a matar lobos, hubieran hecho algo. Si hubieran, por ejemplo, actuado con compensaciones adecuadas por cada pérdida y en plazos razonables. Pero no interesaba. Interesaba mucho más centrar el problema en que había demasiados lobos, y no en que, en ocasiones, la burocracia entierra mucho más al campo asturiano que cualquier lobo. Y es que lleva menos trabajo matar lobos que gestionar los verdaderos problemas del sector.
Pero el trasfondo político que va a dejar lo de empezar a matar lobos en Asturias, no parece que los partidos en el Gobierno astur lo hayan tenido en cuenta. El lobo es mucho más que un depredador apical clave para mantener el equilibrio ecológico, como los osos (que serán los siguientes a los que querrán matar —o controlar—, no tengáis dudas); es un símbolo. Un símbolo de resistencia de nuestros ecosistemas que ahora se va a tratar de eliminar.
Y ese símbolo, para muchos de los votantes de izquierdas, no es una cuestión menor. Que el PSOE de Asturias quiera darse prisa en ponerse a pegar tiros, responde en exclusiva a nuestro particular reparto de votos para el Parlamento, en donde conviene tener satisfechas a las alas de nuestro territorio. Y parece que las alas de nuestro territorio con predominio de entorno rural se inclinan más por la opción de exterminar la especie del cánido que otra cosa. Ahora bien, se hace difícil entender el papel de IU en todo esto, con declaraciones tan poco afortunadas como las que ha tenido su portavoz y consejero, Ovidio Zapico, llenas de una tibieza y un miedo a decir algo que moleste a ‘no se sabe quién’, muy lamentables. Eso, por no citar a lo que en su día se llamaba Más Asturias y ahora parece que es Sumar (maravillas del marketing) que han incumplido todos y cada uno de sus puntos programáticos sobre este asunto. No sé muy bien quién pensará Izquierda Unida, y el resto de fuerzas a la izquierda, que son sus votantes en Asturias, pero me temo que el castigo que van a recibir en las urnas en 2027 no va a ser pequeño. Porque se puede criticar —con más o menos intensidad— el papel que está haciendo IU en el actual Gobierno asturiano, su escasa visibilidad y su, en ocasiones, discutible línea argumental, pero hay asuntos —y el lobo es uno de ellos— en los que se espera que la izquierda no esté donde está la ultraderecha. Porque, si los argumentos para este asunto se asemejan a los de los partidos medievales, la desafección que se genera es enorme.
Por otro lado, no sé muy bien qué espera el Gobierno asturiano que pase cuando se autorice salir a matar lobos, pero deberían tener claro que la derecha, la ultraderecha y una parte del campo asturiano, tirado al monte, no va a parar hasta que se autorice directamente lo de que no quede ni uno. Y el furtivismo no acabará, sino que ascenderá, porque el lobo es un símbolo para quien prefiere que se preserven nuestras especies amenazadas, pero también lo es para quienes se sienten amenazados por estos tiempos tan modernos que les está tocando vivir, tan verdes y ecológicos, y preferirían otros tiempos, con olor a cerrado y oscuros, grises, y donde la única ley era la del ‘toda la vida se hizo así’.
Porque detrás de esto del lobo hay esa desconexión que hemos ido abriendo entre las zonas urbanas y las rurales: el juego político ha enfrentado al ‘mundo urbano’ y al ‘mundo rural’, vistiendo de falsos valores tanto a su paisaje como a su paisanaje. Quieren que parezca que un habitante de Gijón no ha visto vaques en su vida, y que uno de Ponga sale todas las mañanas de casa a por el agua. Es decir, se ha buscado enfrentar realidades, que ni siquiera existen, para pasar de largo sobre los problemas reales que afectan al conjunto de la sociedad asturiana. Pero también se ha tratado de mitificar al sector ganadero de tal manera que parece que todo lo que proponen se deba hacer. O sea que, si mañana se les ocurre que, en vez de gestionar los purines de las cuadras de manera adecuada, se tiren a una riega porque es más rápido, y era ‘lo que se hizo toda la vida’, el Gobierno asturiano igual se lo piensa. Pero tampoco esto es nada nuevo: en la malla urbana pasa un poco lo mismo, en este caso con la colonización del espacio público por parte de los entramados de terrazas —otro colectivo ante el que los gobiernos de turno pliegan la rodilla—. Ahora el que va a pagar por los problemas de unos, los sueños de otros y la Asturias verde es el lobo.
Sabes una cosa David… que si la gente quisiera su vida como la cuentas… te habrían votado a ti. No lo han hecho… así que… te jodes y… a escribir
Aún así… da gracias porque… entre los disparates que dices y la forma en que los cuentas, suerte tienes de que te paguen por hacerlo.
Ala, galán. Ajo y agua.