Los dos jugadores con pasado reciente en el club rival, Hassan y Dubasin, fueron protagonistas en el Oviedo-Sporting del sábado (1-1), con celebraciones efusivas en el gol del egipcio, que se señaló el dorsal y mandó callar, y en el de Gelabert por parte del catalán, asistente

En el momento en el que se hicieron públicas las alineaciones de cada equipo, todos los aficionados, del Oviedo y del Sporting, fueron directos a buscar al 23. Hassan, jugador por el que el club azul pagó 1,5 millones al Villarreal en verano después de una cesión al Sporting, aparecía en el banquillo. Al igual que pasó en la ida, Calleja no contaba con el egipcio de inicio para el choque más importante.
También al igual que en aquella ocasión, el técnico madrileño tiró del futbolista nacido en Francia en el descanso como revulsivo, pero esta vez sí fue protagonista. Tres minutos necesitó para aprovechar un pase de Alemão y abrir el marcador. 1-0 y celebración en el fondo de Symmachiarii señalándose el dorsal y llevando el dedo índice a la boca.
Pero, ¿a quién mandó callar Hassan? El primer pensamiento podría ser que a la afición del Sporting por la animadversión existente hacia su persona después de su fichaje por el Oviedo, aunque también es posible que sus suplencias en los derbis no sentaran bien a un futbolista con ganas de ser protagonista en el campo, como dejó entrever al final del partido. Un gesto de reivindicación que recuerda al empleado en su gol frente al Tenerife en noviembre, en aquella ocasión en referencia a una afición que parece estar viendo ahora una mejor versión del egipcio después de un inicio de campaña muy irregular que le valió críticas de un sector de la misma.
Asistencia de lujo
El otro ex al que se miraba con lupa, por ser su primera visita al campo rival, era Dubasin. Fijo siempre en las alineaciones de Albés, era sabida su presencia en el once titular en el nuevo Carlos Tartiere y, al igual que Hassan en El Molinón, no se libró de los silbidos de la que fue su afición hasta junio, pero esto no influyó en su juego, hasta el punto de ser también uno de los jugadores claves del partido.
Un pase de Nacho Martín tras una recuperación de Queipo ante Hassan, que pidió falta, sirvió para una de las habituales arrancadas del catalán, que vio como Gelabert le iba indicando su desmarque, asistiéndole para dejarle solo ante Escandell. No fallaría el hijo de Juanmi y la locura se hizo en la parte alta del fondo sur del Tartiere y en toda la Asturias rojiblanca. También en el propio Dubasin, que celebró con rabia y efusividad en solitario el gol de su compañero mirando arriba, hacia la zona visitante del campo azul.
Al final, no se movería el marcador y el encuentro acabaría con un 1-1 que no contenta a nadie pero que tampoco disgusta, ya sea por la situación clasificatoria, en el caso oviedista, o por el devenir del partido, la reacción del equipo y el hecho de tener la diferencia particular de goles ganada, en el sportinguista.