ABELARDO FERNÁNDEZ, ORO EN FÚTBOL EN BARCELONA 92
“Asturias ha sido una de las regiones que más deportistas ha tenido en la relación habitantes-comunidad. Somos muy importantes y debería existir una Consejería de Deportes”
“Construir un Sporting como el de los años 80 es muy difícil porque ya no existe el poder de retención. Sí quiero ver a un equipo asentado en Primera como el Celta, Osasuna, Athletic de Bilbao…”
Abelardo Fernández (Gijón, 1970) es uno de los nombres que conforman la generación de oro de Barcelona 92. El ‘Pitu’ formaba parte de aquel combinado nacional que se subió a lo más alto en la cita olímpica y 30 años después lo recuerda en su primera entrevista a un medio de comunicación asturiano tras su vuelta al Sporting. Aunque han pasado 30 años, el logro sigue fresco en su memoria, igual que las relaciones de aquel grupo que se han mantenido con el paso del tiempo. El técnico también habla sobre el futuro de la Familia Olímpica del Principado, el trato al deporte en la comunidad o el Sporting que le gustaría tejer.
Se cumplen 30 años de aquel oro que emocionó a un país. Quién le iba a decir a aquel niño del Xeitosa que subiría a lo más alto en la Olimpiada de Barcelona…
No lo pensaba, pero fue una selección muy guapa. Había un grandísimo grupo, no solo ya porque prácticamente todos tuvimos la suerte después de tener una carrera futbolística muy importante, sino por la camaradería y por lo bien que nos lo pasamos juntos. Fue una concentración larga, algo más de un mes y solo estuvimos en Barcelona el día de la final. No vivimos el espíritu olímpico porque primero estuvimos concentrados en Cervera de Pisuerga (Palencia), después jugamos todos los partidos hasta la final en Valencia, en Mestalla, pero nos llevábamos entre todos fenomenal. A día de hoy tenemos relación y la verdad es que fue muy emotivo y para mí espectacular.
¿Cuándo uno alcanza un éxito de semejante envergadura se le pasa por la cabeza toda su carrera deportiva?
Hasta ese momento era muy poca. Había jugado tres años con el Sporting en Primera División, algo que para mí era un sueño hecho realidad. Con 22 años tenía más de 100 partidos en Primera y después había debutado en la selección absoluta de la mano de Vicente Miera, nuestro seleccionador olímpico. Vivir esta experiencia tan bonita para todos con solo 22 años era un sueño.
“Juanma López no me dejó celebrar mucho el gol porque se tiró encima de mí, después vino Luis Enrique y me tiraron al suelo. Era el empate y parecía que ya habíamos ganado la medalla de oro”
Fue el encargado de abrir la lata en la final. ¿Es el gol más dulce de su carrera?
Sin duda el más importante, claro. Es verdad que siempre va por etapas. El primero a lo mejor fue con el Sporting en un partido en casa contra el Logroñés, pero el más importante posiblemente haya sido ese. Tuve también la suerte de meter el primero en la semifinal contra Ghana y este que nos sirvió para empatar fue el de mayor trascendencia.
¿Uno piensa la celebración?
No, para nada. Además, Juanma López no me dejó celebrarlo mucho porque se tiró encima de mi, después vino Luis Enrique y me tiraron al suelo. Era el empate y parecía que habíamos ganado la medalla de oro. Nos levantamos rápido y fuimos a por el segundo. Como defensa, he tenido la suerte de meter bastantes goles para ser la posición que es, pero en ningún momento piensas que puedes meter uno en una final olímpica.
¿Cómo fue el festejo cuando se apagaron los focos?
Primero en el campo lo vivimos todos una alegría enorme, hubo abrazos y después tuvimos que ir rápido al vestuario a ducharnos para recibir la medalla de oro. Estábamos muy emocionados, a algunos se les escaparon algunas lágrimas, era una pasada. Además, no es como ahora que hemos tenido la suerte de vivir dos Eurocopas y un Mundial con esta generación tan maravillosa de futbolistas que hemos tenido. En aquel momento solo se había conseguido la Eurocopa de 1964 y este oro era el primer título importante tras 28 años. Ser los primeros en conseguir ese logro fue una alegría enorme para todos.
Pusieron el nombre de Gijón y Asturias en el mapa mundial.
Sí, estábamos Luis Enrique, Javi Manjarín y yo. También formaba parte de aquella selección Miguel Sánchez, segundo entrenador, lo que pasa que representaba al Real Oviedo y nos metíamos mucho con él (risas), nuestro psicólogo Jesús García Barrero en paz descanse… Había mucha representación asturiana e intentamos llevar a Asturias y, sobre todo, defender Gijón a muerte.
Entre esos nombres de Asturias, algunos se bañaron en oro como Masángeles Rodríguez. Le guarda mucho cariño.
Claro, porque además luego coincidimos en varios eventos con motivo de reconocimientos a las medallas de oro. También estaban los competidores de tiro con arco Alfonso Menéndez Vallín y Antonio Vázquez Megido y tuvimos mucha relación. Hay que pensar que se consiguieron 22 medallas, 13 de oro lo que supone un éxito espectacular para el deporte español, una barbaridad.
¿Tiene la sensación de que su oro se apagó muy rápido?
No lo sé. Para nosotros fue muy importante, supuso un antes y un después en la carrera de muchos futbolistas. Fuimos 20 jugadores convocados y ves que algunos tuvimos la suerte de estar en equipos grandes como el Barça, el Real Madrid, Atlético de Madrid… pero todos hicieron carrera en Primera División: Rafa Berges, Antonio Pinilla, Paqui, Billabona, Chichi Soler y Gabriel Vidal… Casi todos, por no decir todos, tuvimos carreras fructíferas en Primera División. Era una selección que después se demostró que tenía muchísimo potencial.
¿Qué es para usted el olimpismo?
Todo. La cita se celebró en Barcelona y tuvimos la suerte de que el míster nos dejó ir a la ceremonia de inauguración después de mucho presionar porque no quería ya que al día siguiente jugábamos el segundo partido. Insistimos mucho y al final nos lo concedió. Viví la inauguración, la clausura, intenté aprovechar todo y fue un recuerdo inolvidable. Es algo que pasó hace 30 años, pero lo tengo la memoria como si hubiese sido ayer.
Su vida no se entiende sin el fútbol. Más allá del combinado nacional, jugó ocho temporadas en el Barça y como entrenador consiguió el milagro con el ‘Sporting de los guajes’ en 2015. Ahora ha vuelto, de nuevo, a Gijón para liderar el primer equipo. ¿Es su lugar el mundo?
Sí, por supuesto. Gijón es mi lugar en el mundo por el plano deportivo y por el personal. Conozco a mi mujer, también de Gijón, con 18 años en el instituto. Ha sido más importante el capítulo personal con mi mujer de toda la vida, llevamos casi 35 años juntos. Por circunstancias mis dos hijos nacieron en Barcelona, pero de muy pequeñitos se vinieron a Gijón y se sienten asturianos. Su segunda patria es Cataluña, como la mía porque he estado ocho años allí, pero mi vida está vinculada a Gijón, sin duda.
“Iba a hacer INEF en A Coruña pero subí al primer equipo para hacer la pretemporada. Si no hubiera seguido en el fútbol ni hubiera estudiado, hubiese sido un carpintero como mi padre”
¿Qué hubiera sido Abelardo si no se hubiera dedicado al fútbol?
Cuando acabo el COU (risas), porque en mi época era el BUP y el COU y cuando se lo digo a mis hijos me responden: ‘¿Qué ye eso?’, mi idea era haber estudiado INEF en A Coruña, seguir vinculado al deporte. Ahí es cuando me suben al primer equipo para hacer la pretemporada y aprovecho esa oportunidad de seguir en el mundo del fútbol. Si no llega a salir el fútbol, hubiese estudiado INEF y sino hubiese sido un carpintero como mi padre. Mis padres tuvieron una tienda de muebles de cocina y posiblemente, sino hubiera estudiado, mi vida hubiese estado vinculada a ese mundo.
¿Le gustaría construir un Sporting como el de los 80, aquel que disfrutó de niño?
Sí, pero es muy difícil. El Sporting tuvo la ventaja, y la desventaja para muchos futbolistas que no se pudieron marchar, de aquel poder de retención que tenían los clubs. Los equipos podían retener a los jugadores y no venderlos, pagarles el 10% más de su sueldo y se podían quedar, de lo contrario era impensable que Quini se marchase, se fue con 31 años al Barça. Hay más casos como Joaquín, Jiménez, Maceda o Ferrero… Esos jugadores hoy en día se hubiesen marchado del Sporting. Aglutinar esos futbolistas que quedaron subcampeones de Liga y que jugaron tantas veces la Copa de la UEFA, hoy la Europa League, es muy difícil. Sí quiero ver a un Sporting asentado en la Primera División, como puede ser el Celta de Vigo, Osasuna, Athletic de Bilbao…Tiene que tener potencial para poder ser un club de Primera y estar asentado en la categoría.
¿Los deportistas olímpicos sienten que a veces son solo el reclamo para la foto?
No, pienso que hemos sido valorados. En mi caso, me he sentido valorado en todos los aspectos. Me acuerdo que cuando se ganó el oro olímpico el cariño de la gente fue enorme y, sobre todo, con lo que me quedo es con que este grupo de hace 30 años seguimos siendo amigos y cada vez que nos vemos hay una relación excelente, nos lo pasamos muy bien. Fue un grupo muy bueno, de gente humilde, que quería seguir progresando, muy normal –parece que hoy en la sociedad ser normal es lo extraño-, chicos con hambre de ser algo en el fútbol, pero todos con la humildad de querer aprender cada día.
Asturias es una de las comunidades que no tiene Consejería de Deportes. ¿El deporte tendría que tener otro tratamiento?
Posiblemente. Asturias ha sido una de las regiones que más deportistas ha tenido en la relación habitantes-comunidad autónoma. Asturias ha tenido muchísimos olímpicos en lo más alto: tiro con arco, fútbol, hockey sobre hierba… Deportistas como Arconada, Herminio Menéndez y tantos otros que seguro que se me olvidan, gente que ha conseguido medallas, han sido olímpicos y muy importantes para el deporte español y el deporte olímpico español. Asturias es una comunidad con un millón de habitantes y somos muy importantes. Debería haber una consejería, pero eso no lo decido yo, por desgracia (risas).
La Familia Olímpica del Principado. Usted ha participado en algunos de los eventos que han organizado. Sin embargo, la gran asignatura sigue siendo el Museo Olímpico. ¿Debería Asturias contar con un equipamiento de estas características?
Sé que ahora se quiere recuperar y por mi parte encantado. Hay una serie de deportistas como Ángela Pumariega, árbitros… El deporte asturiano ha sido muy importante y queremos recuperar otra vez esa Familia Olímpica y ese espíritu que es muy importante. Sobre el Museo Olímpico, somos deportistas que hemos tenido la suerte de conseguir logros importantes y ojalá sea así y se lleva a cabo. La gente muchas veces se queda en el Mundial de fútbol o campeonatos del Mundo de otros deportes. Ha habido deportistas olímpicos muy importantes y conseguir una medalla se valora mucho más en países como Estados Unidos donde, por ejemplo y no es por desmerecer, Carl Lewis tiene nueve medallas de oro, pero es que yo tengo una y otros deportistas también. Con esto quiero decir que se tiene que valorar eso y Asturias, por suerte, tiene varios deportistas que cuentan con medallas.
Le saldran las cosas mejor o peor con los mimbres que tiene, pero nadie podrá dudar de su compromiso con el Sporting. La mejor de las suertes para este año, la merece.
La culpa no la tiene el entrenador, a los k siempre les hechan la culpa, la tienen los JUGADORES Y CON LO K GANÁN…… K VERGÜENZA
Perdona no te contestaba a ti
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