Tal fue la gravedad de las lesiones, que la víctima permaneció casi un mes en coma inducido; en beneficio del condenado han jugado los atenuantes de drogadicción y trastorno mental transitorio
Tres años y medio a la sombra, que dirían en el argot de la calle. 42 meses, ahí es nada. Ese ese el tiempo que permanecerá en prisión cierto individuo al que la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, ha condenado por intentar acabar con la vida de un vecino de dicha ciudad a cuchilladas. Tal fue la magnitud del ataque, en la víctima hubo de ser mantenido en coma inducido durante casi un mes, mientras se le intervenía de sus múltiples lesiones. El agresor, por su parte, ha aceptado la pena, que también lleva aparejada la prohibición de aproximarse a menos de 300 metros a la víctima, su domicilio y lugar de trabajo, y de comunicarse con él por cualquier medio, por periodo de diez años, aparte del pertinente desembolso económico. No obstante, a su favor han jugado los atenuantes de drogadicción y trastorno mental transitorio.
Según el relato de la Fiscalía el condenado, nacido en 1976, se encontraba en el domicilio de la víctima el 7 de julio de 2023 cuando, alrededor de las nueve de esa mañana, albos comenzaron a discutir en el salón de la casa. En un momento de la pelea el primero se fue a la cocina, cogió un cuchillo y, de regreso en el salón, la emprendió a puñaladas con su compañero, con el claro afán de acabar con su vida. El agredido sufrió lesiones que precisaron de varias intervenciones, y que le hicieron estar casi un mes en coma inducido, y otro mes en planta hospitalaria. Por si ese saldo fuese poco, precisó acudir al psicólogo y al psiquiatra. En último término, las lesiones pusieron en riesgo su vida.