El Sahara Occidental constituye una de las páginas más negras de nuestra Historia; una página que, desgraciadamente, las decisiones de Pedro Sánchez han venido a ennegrecer más todavía
Este pasado fin de semana se celebraron en Gijón varios actos con motivo de cumplirse cincuenta años de la primera acción armada del Frente Polisario. El viernes 19, organizada por el Ateneo Obrero gijonés y la Asociación Asturiana de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, tuvo lugar una charla-coloquio. En su primera parte, quien firma esta crónica hizo un repaso de los hechos más significativos de la historia del movimiento de liberación, y de los retos que debe afrontar con carácter inmediato como «representante legítimo del pueblo del Sahara Occidental», según la ONU. A continuación, Luis Alberto Suárez Montiel, presidente de la Asociación Asturiana de Solidaridad con el Pueblo Saharaui se refirió entre otros temas a la importancia que tiene la ayuda material que aportan diversas instituciones y la sociedad civil española para que los refugiados de Tinduf sobrevivan y el Polisario pueda seguir defendiendo su causa.
En el coloquio subsiguiente se abordaron cuestiones como el papel de Francia, Estados Unidos e Israel en el conflicto; las razones que pudieron haber llevado a Pedro Sánchez a dar una auténtica puñalada al pueblo saharaui y al Derecho Internacional con su enigmática carta a Mohamed VI apoyando su estrategia anexionista; y el papel de la Unión Europea en favor también de los intereses marroquíes.
El sábado tuvieron lugar en el Paseo de Begoña, desde las 13,30 horas varias actividades organizadas por la comunidad saharaui en Asturias. Con el propósito de dar a conocer su realidad y acercarla a los visitantes, se ofrecieron productos típicos de la gastronomía saharaui tales como dátiles rellenos, dulces variados y cuscús con carne y verdura, regado todo con limonada con espinacas y el obligado té saharaui de los tres sabores.
En un ambiente a la vez festivo y reivindicativo, destacaban especialmente los niños y niñas saharauis, relucientemente limpios y siempre alegres; iban ataviados con vestimenta en la que destacaban en telas y accesorios los colores negro, blanco, verde y rojo de la bandera de la República Árabe Saharaui Democrática. Fue emocionante oírlos entonar en perfecto español y al unísono el conocido tema de José Luis Perales «Que canten los niños», cuya preciosa letra es aplicable en toda su extensión a la realidad que viven los saharauis. Ellos y ellas representan la esperanza de que la justísima causa de su pueblo tenga continuidad; por eso sus familiares los cuidan como auténticos tesoros que la vida les ha dado.
A continuación, intervinieron representantes de distintivos colectivos e instituciones con un denominador común: la identificación con la realidad saharaui, el compromiso de seguir colaborando en la medida de las posibilidades de cada uno para que el derecho de estas gentes a elegir su futuro se haga un día realidad.
La música puso el punto final a unas actividades que han servido para acercarnos la realidad de un pueblo y para recordarnos que el Sahara Occidental constituye una de las páginas más negras de nuestra Historia; una página que, desgraciadamente, las decisiones de Pedro Sánchez han venido a ennegrecer más todavía.