Los cuatro abogados de la defensa coinciden en que «no existe ninguna prueba objetiva, directa o incluso biológica» que inculpe a sus clientes
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La primera sesión del juicio por el asesinato de Javier Ardines ha dejado encima de la mesa una cosa clara: los cuatro acusados de acabar con la vida del concejal de Llanes por Izquierda Unida tratarán de defender durante las tres primeras sesiones de esta semana su total inocencia. En la primera sesión de un proceso judicial que se extenderá durante todo el mes de noviembre la defensa de los cuatro presuntos culpables han defendido a pies juntillas que «no existe ninguna prueba objetiva, directa o incluso biológica» que inculpe a sus clientes como autores de un delito de asesinato. La Fiscalía pide 25 años de cárcel para cada uno de ellos.
En la primera sesión se han sometido a interrogatorio los dos sicarios, D. Benatia y M. Kelii. Ambos se han declarado inocentes y han negado cualquier participación en los hechos, manifestando que ni siquiera viajaron a Asturias ni en la fecha de los hechos ni en ninguna otra. El primero de ellos ha acusado a la Guardia Civil de presionarle hasta hacerle confesar «lo que ellos querían», mientras que el segundo ha indicado que conoció la acusación estando en Suiza. D. Benatia ha sido el primero en declarar y ha asegurado ante el tribunal que «no ha tenido nada que ver en la muerte de esta persona». «Soy inocente, la Guardia Civil me ha liado, hicieron lo quisieron conmigo, me jodieron la vida. No tengo nada que ver con la muerte de esta persona ni nada. Me pagaron, me insultaron, me mintieron, hicieron lo que quisieron conmigo, me amenazaron con que no volvería a ver a mi familia ni mis hijos», ha dicho.
Así ha relatado que cuando le trasladaron al cuartel lo mantuvieron incomunicado y le negaron poder hablar con un abogado durante los tres días que permaneció allí. Ha explicado que los agentes le dijeron que tenían detenidos a los otros tres –Pedro Luis Nieva, Jesús Muguruza y Maamar Kelii– y le amenazaron de que si no colaboraba iba ser acusado de asesinato como ellos, pero si colaboraba y decía lo que ellos le mandaban ni siquiera iría a la cárcel. «Ahora me arrepiento de haber dicho lo que me mandaron porque lo que hicieron fue hacer que me comiese un marrón y joderme la vida por algo que no he hecho yo», ha dicho el acusado que ha reiterado que nunca se trasladó a Asturias. «No se por qué lo hicieron pero yo siempre les dije que no tenía nada que ver. No aguanté la presión y ellos consiguieron lo que querían», ha insistido.
También ha manifestado que la declaración que prestó en su día en el juzgado «no es suya, sino que es una declaración de la guardia civil». Ha negado conocer a Pedro Luis Nieva y ha explicado que a Jesús Muguruza lo conocía «poco, de coincidir en el puerto cuando va a pescar y hablaban de cosas de pescar, pero nada mas, no es amigo ni nada». En cuanto al otro presunto sicario, Maamar Kelii, ha dicho que es su paisano. «Lo conozco y éramos amigos, como argelinos«, ha añadido. Preguntado por el supuesto viaje a Llanes que fiscalía le atribuye con el resto de acusados, ha asegurado «nunca ha viajado con esa gente».
«Compatriotas»
Benatia, argelino de nacimiento pero residente en Bilbao desde hace más de 10 años, ha sido el primero de los cuatro acusados en prestar declaración en esta primera jornada del juicio por la muerte de Ardines. El procesado ha respondido únicamente a las preguntas de su abogado, Adrián Fernández. Ha relatado que desde que la Guardia Civil irrumpió en su domicilio para registrarlo de madrugada, en el mismo estaban su mujer y sus hijos que «han tenido que recibir ayuda psicológica». «Entraron con metralletas, nos asustamos mucho», ha dicho el acusado, que ha manifestado que no tenía armas en casa. «No se llevaron nada de mi casa porque no tenía nada».
Por su parte Maamar Kelii, en respuesta a preguntas a su abogado Fernando de Baruttel, ha manifestado que no ha participado en el asesinato de Ardines, ni estuvo en Asturias ni en la fecha de los hechos ni en ninguna otra. Ha afirmado que conoce a Benatia porque son compatriotas y ambos residen en Bilbao y tenían buena relación. También ha explicado que viajaba de manera habitual a Argelia, donde reside su madre con problemas de salud. Así, después de la fecha del asesinato de Ardines viajó en dos ocasiones a su país de origen.
Ha explicado su viaje a Suiza a motivos laborales ya que se dedicaba a la compra venta de coches. Ha indicado que fue cuando estaba en prisión en Suiza cuando se entera de que le acusan por el asesinato de Ardines. Preguntado por el terminal telefónico a su nombre y que lo situaba en el lugar de los hechos, ha manifestado que este dispositivo lo usaba un sobrino y que lo perdió a mediados del mes agosto, aunque no denunció su desaparición al no tener mucho valor.
Turno para la defensa
La jornada ha empezado con la Fiscalía, la acusación particular y los abogados de la defensa esgrimiendo sus argumentos. En el banquillo se sientan cuatro hombres. Uno de ellos, Pedro Luis Nieva, cuya mujer, según el ministerio fiscal, mantenía una relación con el fallecido, motivo por el que supuestamente decidió acabar con la vida de Ardines. La defensa de Pedro Nieva, ejercida Javier Beramendi, ha defendido este martes la libre absolución de su defendido, el presunto inductor del crimen, y rechaza todas las acusaciones de Fiscalía, asegurando que «no tuvo intervención alguna en la muerte violenta de Ardines, ni planeó, ni intervino directa o indirectamente en la misma». Asimismo, ha incidido en que «no hay ninguna prueba directa, ni testigo que haya visto u oído algo, ninguna prueba objetiva científica» que implique a su defendido u tanto en las vallas de obra ubicadas en la zona en la que la víctima fue agredida, únicamente fue encontrado ADN de una mujer, lo mismo que en el coche de la víctima, así como en su ropa y bajo sus uñas, con la que este mantenía una relación sentimental desde hacía al menos 2 años que «trataron de ocultar».
«No se ha encontrado ADN de nadie más a pesar de que se buscó exhaustivamente. Mi defendido no ha tenido ninguna intervención en los hechos», ha insistido. En ese sentido, la defensa del presunto inductor ha considerado que el trabajo de investigación es «un esfuerzo por tratar de hacer encaje de bolillos donde no existe ningún material revelatorio» El letrado ha recordado al jurado que «si no hoy prueba, si no hay certezas o si hay duda sólo cabe absolver y haciéndolo también hacen justicia», porque les ha indicado que la justicia no sólo se hace condenando, sino resolviendo y decidiendo.
Presunción de inocencia
En la misma línea ha desarrollado su discurso la defensa de Jesús Muguruza, el supuesto intermediario, ejercida por el abogado Luis Mendiguren. También ha pedido la libre absolución y mostrado total disconformidad con los hechos que le atribuye la Fiscalía. En su intervención para dirigirse a los miembros del jurado les ha recordado que la presunción de inocencia es «la piedra angular del derecho penal» y ha añadido que por lo tanto deberán existir pruebas determinantes y de peso para poder condenar a alguien. «Aquí podremos comprobar que no hay pruebas objetivas ni evidentes», ha manifestado el letrado que ha destacado que tampoco hay pruebas «físicas o biológicas».
Por su parte la defensa de D. Benatia, uno de los dos sicarios que presuntamente mataron a Ardines, ejercida por Adrián Fernández, también niega los hechos que se le atribuyen desde Fiscalía, y ha pedido a los miembros del jurado que «no se dejen llevar por lo que puedan ver o leer en los medios de comunicación y la versión que ya les haya llegado del caso». «Las cosas no siempre son lo que parecen», ha destacado el letrado de la defensa de uno de los supuestos sicarios, que ha añadido que «no hay atestados policiales infalibles«. «Yo tengo la convicción de que el señor Benatia no es el culpable de la muerte de Ardines», ha dicho. También el abogado de Maamar Kelii, el otro presunto sicario, ejercida de oficio por Fernando de Barutell, reclama también la libre absolución de su representado y destaca que en esta investigación han existido «presiones» y ha llegado a manifestar que a su defendido le han llegado a exhibir como «un mono de feria». Barutell ha manifestado que su cliente quizás no sea un ciudadano «ejemplar» pero no es cierto que tratase de fugarse tras la muerte de Ardines y carece de sentido lo que sobre esa cuestión recoge la investigación. Tampoco, según el letrado, encajan los hechos que relata el fiscal referidos al ataque sufrido por la víctima.
Relación sentimental con la víctima
Hoy también se han repasado los hechos recopilados, según la Fiscalía. La mujer de Pedro Nieva, uno de los cuatro acusados, mantenía una relación con el fallecido, según el ministerio fiscal. Se trataba de una relación desde la adolescencia, que duraba ya más de 30 años cuando se cometieron los hechos y se desarrollaba en Llanes, donde vivía Ardines y a donde Pedro Nieva se desplazaba sobre todo en periodos vacacionales, ya que vivía junto a su familia en el País Vasco. Los dos mantenían esta relación de forma encubierta y al margen de sus respectivos matrimonios.
Considera probado el fiscal que el acusado Pedro Nieva, descubrió el idilio en diciembre de 2017, tras grabar con su móvil una conversación entre su esposa y el fallecido. Según el Ministerio Público, en el mes de julio de 2018, el acusado ante la proximidad de la época estival y sabedor de que su mujer pasaría el verano en una casa familiar próxima a la de la víctima tomó la decisión de acabar con la vida del concejal y para ello contactó con el también acusado Jesus Muguruza, a quien pidió que buscase a personas que pudieran ejecutar los hechos.
Así, J.M. planteó el encargo al tercero de los acusados Maamar Kelii, quien, tras una reunión en la que se llegó a un acuerdo sobre el precio a pagar, decidió actuar conjuntamente con un cuarto acusado, D.B. En la madrugada del día 16 de agosto, sobre las cuatro y media de la mañana los acusados Maamar Kelii y D. Benatia llegaron a Belmonte, cerca de donde vivía Ardines, y colocaron vallas en la carretera. Lo hicieron de forma que impedían el paso de cualquier vehículo, para asegurarse de no fallar e incrementar el tiempo disponible para abordar a Javier Ardines. Los acusados se habrían escondido tras un muro y matado a Ardines. La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato del que Pedro Nieva participaría en condición de inductor, el acusado Jesús Muguruza en condición de cooperador necesario, y los acusados Maamar K. y D. Benatia, en condición de coautores. Solicita que se condene a cada acusado a 25 años de prisión.