ENTREVISTA CON EL CANDIDATO DEL PSOE AL PRINCIPADO
PARTICIPACIÓN: «La abstención puede poner a Vox la alfombra roja para acceder al gobierno. Hay que evitar que la abstención sea el jugador número doce para que Asturias entre en una pesadilla de cuatro años»
RETO DEMOGRÁFICO: «No hay solución sin apuestas a largo plazo, sin políticas de Estado que se mantengan en el tiempo y tengan suficientes recursos. Lo demás son brindis al sol»
ESPÍRITU ELECTORAL: «La militancia socialista está entregada y entusiasmada, como siempre, y estoy convencido de que lograremos transmitir esa misma ilusión al electorado»

En apenas dieciséis horas, a las nueve de la mañana de este domingo, la apertura de los colegios electorales pondrá a cero el cronómetro del ‘sprint’ político que, once horas más tarde, permitirá determinar quién gobernará Asturias durante los siguientes cuatro años. Una perspectiva que, después de completar la que probablemente sea la legislatura más difícil de las historia democrática del Principado, Adrián Barbón Rodríguez (Laviana, 1979) encara con una mezcla de ilusión, alivio, orgullo por lo logrado y esperanza ante lo que se podría conseguir si sale reelegido de las urnas. Y sobre ese cúmulo de emociones, sobre los éxitos y fracasos de su mandato y sobre las expectativas del futuro, disertaba ayer con MIGIJÓN, en el último día de la campaña.
Sólo quedan horas para el gran día, y quizá sea buen momento para echar la vista atrás, al inicio de la campaña. ¿En qué condiciones entró usted en esta carrera electoral? Sobre todo, después de una de las legislaturas más difíciles que se recuerdan en democracia…
Tiene razón, ha sido la legislatura más difícil y dolorosa de la democracia, pese a que algunos intenten borrar la historia: a la pandemia le siguió la crisis económica, la escasez de materias primas y el alza de la inflación. En ese sentido, llegué a la carrera electoral con el peso de toda esa experiencia sobre las espaldas, pero también con la ilusión, las ganas y el compromiso del primer día. Y esa aparente paradoja tiene una explicación muy sencilla: mi plena confianza en el futuro de Asturias.
Desde luego, un partido es mucho más que un individuo, de modo que la pregunta es extensible a todo el PSOE. Sobremanera tras el duro debate al que se sometió en la RTPA, y a tenor de un contexto nacional en el que, según los sondeos más recientes, el PP acorta la distancia.
En estas elecciones decidimos cómo se va a gestionar nuestra educación, la sanidad o los servicios sociales. Son elecciones autonómicas, y lo que está en juego es si se seguirá invirtiendo en sanidad pública, o si se cerrarán consultorios y ambulatorios como hacen en otras comunidades donde gobierna la derecha. Por eso son tan importantes estos comicios. Porque, cuando votas decides, si quieres tener escuelas de 0 a 3 años gratis, o no; si quieres tener transporte público por 30 euros sin límite de viajes, o no; si quieres que haya más dinero para combatir la soledad no deseada en las personas mayores, o no. Y por eso es tan importante ir a votar. La abstención puede ponerle la alfombra roja a Vox para que entre en el gobierno de Asturias. Hay que evitar que la abstención sea el jugador número doce para que Asturias entre en una pesadilla que puede durar cuatro años.
«Concluimos la legislatura más difícil de la historia con más empleo, menos paro, la mejor oferta de vuelos de la historia, récords de exportaciones…»
Ante semejante coyuntura, ¿qué puede ofrecer el grupo socialista al Principado?
La garantía de que Asturias seguirá avanzando, seguirá transformando su industria, seguirá creando empleo, seguirá apostando por la innovación y por el futuro… Antes hablaba de la legislatura más difícil de la historia de la democracia. Pues bien, la concluimos con más empleo, menos paro, la mejor oferta de vuelos de la historia, récords de turismo, de exportaciones y de inversión extranjera, por citar algunos ejemplos. Esas son nuestras credenciales; en las peores circunstancias imaginables, hemos encauzado el futuro del Principado hacia la economía verde, digital y sostenible. Y ese es el camino que vamos a seguir recorriendo los próximos años, con medidas tan concretas como la gratuidad completa de las escuelas infantiles a partir de 2024.
Los retos no serán escasos para el ejecutivo entrante, comenzando por tratar de poner coto a la pérdida de población. Ustedes han llevado a término políticas en ese sentido, pero los resultados no parecen haber llevado a la resolución del problema… ¿Qué asignaturas pendientes quedan?
Afrontamos un problema global, el mismo que tienen la mayoría de países europeos o las comunidades vecinas. Además, es un problema que no tiene soluciones inmediatas; tampoco hay varitas mágicas. Es algo que llevo advirtiendo desde que asumí la presidencia: después de casi cuarenta años de datos negativos, no podemos pretender que la evolución cambie de un día para otro. Los países que han conseguido mayores éxitos en la lucha contra la despoblación han necesitado varias décadas para lograrlo. No hay solución a este reto sin apuestas a largo plazo, sin políticas de Estado que se mantengan en el tiempo y tengan suficientes recursos. Lo demás son brindis al sol que no resuelven nada.
Y su solución al problema, ¿por qué sendas discurre?
Los socialistas hemos buscado un consenso amplio en la Junta General, que se visualiza en el ‘Dictamen Llamedo’, bautizado así en nombre de la ponente Gimena Llamedo, que casi logró la unanimidad. En él que está la hoja de ruta que tenemos que seguir, y lo que hemos hecho es poner en marcha una batería de medidas: ayudas directas a la natalidad que suponen 2.200 euros en los municipios en riesgo de despoblación, deducciones fiscales para apoyar más a quienes opten por vivir en los pueblos, o para aquellos que decidan establecerse como autónomos, o para las familias que quieran tener hijos… También hemos aumentado las ayudas para crear empleo, reforzando el ticket del autónomo y el programa de incorporación para jóvenes ganaderos. Todo eso, claro, sin olvidar otra de las medidas que pondremos en marcha: el Plan Retorno Joven.
Las listas de espera han aumentado en toda España, pero nuestros datos son bastante mejores que los nacionales, y evolucionan favorablemente mes a mes
Otro foco de tensión recurrente es el deterioro de la atención al paciente en el SESPA. Por supuesto, se trata de un problema endémico, de escala nacional, pero la oposición le acusa de no haber sido ni lo bastante firme ni, dentro de sus posibilidades, lo bastante eficaz al atajarlo. ¿Qué ha fallado?
Las listas de espera han aumentado en toda España como consecuencia de la pandemia. El coronavirus sometió a todo el sistema público de salud a un estrés fortísimo, y el Principado no ha sido una excepción. Aun así, nuestros datos son bastante mejores que los nacionales, y evolucionan favorablemente mes a mes. ¿Podíamos evitar que la pandemia repercutiera en el sistema? No, hay que ser sinceros; no había manera. Además, estamos pagando las consecuencias de los recortes en la plazas MIR que hizo el PP en el gobierno de Mariano Rajoy. A partir de ahí, hemos dialogado y alcanzado ya varios acuerdos que mejoran las condiciones laborales y sanitarias del personal sanitario, el plan de choque para reducir las listas de espera está dando resultado, y nos situamos entre las comunidades con más inversión sanitaria por habitante en España. Dicho esto, somos conscientes de que todo esfuerzo es poco, y de que hay muchas familias preocupadas, pero puedo garantizar que no escatimamos esfuerzos para reducir las listas de espera.
2023 comenzó marcado por el escándalo de los trenes. Hoy por hoy, a la espera de que se concreten las compensaciones, ¿cree que el electorado asturiano valora positiva o negativamente la reacción por su parte? Porque si bien la responsabilidad no ha sido de su ejecutivo, no pocas voces, acertadas o no, han indicado poca firmeza por parte de su equipo en la exigencia de depuraciones y soluciones…
Entiendo la decepción y el cabreo de la ciudadanía. A partir de ahí, el electorado también sabrá valorar cómo reaccionamos. No nos callamos, emitimos una declaración institucional durísima y, de la mano del gobierno de Cantabria, conseguimos que el ministerio diera la cara, depurase responsabilidades destituyendo tanto al presidente de Renfe como a la secretaria de Estado de Transportes, y asumiera compromisos tan importantes como la extensión de la gratuidad, la renovación de toda la flota de ancho métrico o nuevas inversiones en la mejora de la red de Cercanías. Demostramos que sabemos defender los intereses de Asturias ante quien sea, y siempre que sea necesario. Para mi gobierno ha sido una especie de consigna permanente: Asturias, lo primero.
Y, ya que hablamos de material e infraestructuras ferroviarias, orbita sobre los asturianos la duda de cuándo contaremos, al fin, con la alta velocidad en el Principado. Desde Madrid se ha afirmado recientemente que noviembre será la fecha definitiva para su puesta en servicio, pero no podemos obviar que, hasta el día de hoy, se han barajado distintos momentos. Eso ha generado cierto escepticismo en la población regional. ¿Puede garantizar que, durante un posible segundo mandato suyo, tal avance llegaría a producirse? Y, más aún, ¿cómo encajaría Asturias, su gobierno y usted mismo una nueva demora?
Yo no encajo más demoras. Ya no encajé la última, y exigí al Ministerio que viniesen al Principado, a dar la explicación que merecían todos los asturianos y asturianas. Ahora han asumido el compromiso de que la Variante entrará en servicio en noviembre. Estaremos muy vigilantes. Ahora, también quiero mirar al futuro: lo más importante a estas alturas es que sepamos sacar todo el provecho posible a una infraestructura que va a suponer un hito histórico en nuestras comunicaciones, y que tendrá un fuerte beneficio turístico, industrial y logístico. Ese es el horizonte en el que ya estamos trabajando.
No encajo más demoras con la alta velocidad. Ya no encajé la última, y exigí al Ministerio que viniesen al Principado, a dar la explicación. Estaremos muy vigilantes
En los últimos tiempos ha cobrado fuerza el debate en torno al decreto de oficialidad del asturiano. En ese sentido, de nuevo el grueso de la oposición ha alzado su voz contra esa cuestión, y uno de los argumentos esgrimidos más a menudo es el de la oportunidad, o no, de afrontarlo ahora. ¿Realmente se entiende desde las filas del PSOE como una prioridad para el ciudadanos asturiano medio?
Este tipo de cosas se entienden mejor con un ejemplo. Imagine que, en lugar de aprobar todos los presupuestos año por año, hubiésemos sufrido un bloqueo parlamentario, y yo decidiera adelantar las elecciones a 2021. Pues bien, ahora tendríamos que repetirlas de nuevo y someter a la ciudadanía a tres convocatorias en sólo cuatro años. ¿Por qué? Pues porque nuestro Estatuto no nos permite otra posibilidad. Al reformarlo nos libraríamos de este límite, del mismo modo que podríamos contar con el decreto ley, otra opción de la que ahora carecemos para dar respuestas urgentes a problemas importantes. Por lo demás, la oficialidad del asturiano y del eo naviego es la medida más eficaz para evitar su desaparición. Es hacer lo mismo que han hecho los gallegos, por no irnos más lejos. A mí, proteger ese riquísimo patrimonio cultural me parece necesario.
Volviendo puramente a los comicios del domingo, ¿concibe la posibilidad de que el futuro de Asturias durante los próximos cuatro años pase por una coalición de izquierdas?
Nuestro objetivo es ganar las elecciones y contar con la confianza mayoritaria. Asturias necesita un gobierno fuerte para aprovechar todas las oportunidades que tenemos a la vuelta de la esquina. El domingo decidimos entre el gobierno que cuida y protege a los asturianos, a las familias y al empleo, que afronta la crisis sin dejar a nadie atrás, o un gobierno de derechas que destruya derechos y sumerja a Asturias en la división, bronca, crispación, inestabilidad y fracaso. Por eso es tan importante concentrar el voto, y por eso vamos a dirigirnos especialmente a los indecisos, a las personas que aún no han decido su voto o que dudan en acudir a las urnas. Ellos tienen en sus manos el futuro de Asturias porque en función de lo que decidan habrá un gobierno que garantice la gratuidad de las Escuelas de 0 a 3 años o que recorte en educación. Un gobierno que movilice 16 millones de euros para combatir la soledad no deseada o que abandone a su suerte a la gente mayor. Un gobierno que garantice que Asturias tenga una de las matrículas universitarias más baratas del país o que la universidad sea solo para unos pocos.
Siendo como es el único de los candidatos que repite en estas elecciones autonómicas, ¿percibe una implicación real en ella, un entusiasmo cierto, por parte de la ciudadanía, o quizá todo lo contrario? Porque, en Gijón, «desafección» es una palabra que se ha repetido barrio a barrio…
Todas las campañas van de menos a más. La militancia socialista está entregada y entusiasmada, como siempre, y estoy convencido de que lograremos transmitir esa misma ilusión al electorado. Ahora bien, que todo el mundo tenga en cuenta una cosa: en la política no existen espacios vacíos. Si tú no votas, alguien lo hará por ti. Cuando renuncias a ejercer tu derecho, estás cediéndoles tu voz y tu opinión a otras personas que quizá no te representen. A todas esas personas que tienen dudas les pedimos que voten para que no recorten las pensiones, para que no cierren los centros de salud en los pueblos como han hecho en Castilla y León, para que no privaticen la atención primaria como quieren hacer en Andalucía, para que las libertades de las mujeres no retrocedan, o para que no haya un gobierno que niegue la violencia de género o les diga a las mujeres lo que tienen que hacer con su cuerpo.