La cabeza de lista del PSOE al Congreso por Asturias se pregunta «dónde está la moderación» de Feijóo y alerta de que en el PP «están dispuestos a todo por un sillón»
Cuatro días después de la constitución del nuevo ejecutivo local en Gijón, la entrada de Vox en el mismo, en conjunción con Foro y el PP, continúa provocando reacciones en el flanco izquierdo del espectro político. Y esta mañana ha sido Adriana Lastra, vicesecretaria general de Acción Política e Institucional de la Federación Socialista Asturiana (FSA) y, a la sazón, cabeza de lista del PSOE al Congreso por Asturias, la que se ha pronunciado al respecto, calificando el acuerdo alcanzado por esas tres fuerzas de la derecha como «tripartito de la vergüenza, que pone en cuestión los derechos fundamentales, ataca nuestra lengua, el feminismo y la igualdad».
Independientemente de que sea Carmen Moriyón, de Foro, quien encabece el gobierno gijonés, Lastra ha puesto el foco en el inmediato aliado de la misma, el PP. En ese sentido, no ha duda en preguntarse «dónde está la moderación» preconizada al inicio de su andadura nacional por el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo. A su juicio, él y los suyos «están dispuestos a todo por un sillón, hasta disculpar a un diputado de Vox condenado por violencia machista diciendo que es un divorcio duro», refiriéndose a la defensa que Feijóo hizo ayer de Carlos Flores, de Vox, quien hace dos décadas encaró una condena por violencia psíquica habitual contra su ex-pareja, y que ahora forma parte del ejecutivo de Valencia.
Ampliando el foco a la escena regional, Lastra ha teorizado que la alianza de Foro con Vox en Gijón llevará a Moriyó y a los suyos a tener que «tendrá que «decidir si el tripartito de la vergüenza condiciona su posición en la Junta General». No obstante, sí ha celebrado los resultados obtenidos por la FSA en las elecciones del 28 de mayo, y ha asegurado que el gobierno de Adrián Barbón será «un refugio seguro contra la involución» en materias como la igualdad, la defensa del estado del bienestar, los derechos y libertades o la defensa del patrimonio para convertirse en un «dique contra la involución».