La nueva coordinadora de XEGA pone el foco en la ley autonómica y reconoce que, aunque las relaciones con el PSOE gijonés están dañadas, «no hay ruptura, sino tensión»
Nunca es fácil tomar el relevo, aún menos cuando quien lo ofrece tiene a sus espaldas una década de trayectoria impecable de lucha, tanto en la calle como en los despachos. Ese es el reto al que se enfrenta África Preus, madrileña afincada en Asturias desde hace nueve años, que esta semana comienza su andadura como presidenta de XEGA tras el paso a un lado de la hasta ahora cabeza visible de la entidad, Yosune Álvarez, quien seguirá formando parte de la organización, pero ya en un segundo plano. Una nueva etapa que Preus afronta con un objetivo claro: que esta legislatura vea por fin la luz la ley autonómica que el colectivo lleva años esperando. En el horizonte, además, el incremento de agresiones y discursos de odio, un clima político que transfiere a la calle el tono bronco y la oleada de ultraderecha que sacude Europa. Ante esto, y mucho más, esta asturiana ‘adoptada‘ defiende el diálogo, el trabajo y, como siempre ha hecho, el activismo.
¿Cómo acaba una madrileña afincada en Asturias y coordinando una entidad como XEGA?
Tengo raíces asturianas y vine a vivir a Asturias hace ya casi nueve años con mi pareja. Como trabajadora social he crecido en diferentes ámbitos de lo social, pero además llevo desde los 18 años en movimientos sociales y feministas. En su momento, encontrarme con el feminismo fue para mí un punto de inflexión muy importante en mi vida. Yo era alguien que no estaba en la norma, y descubrí gracias al feminismo lo que era el sistema patriarcal, esa hegemonía del amor romántico, de la heterosexualidad obligatoria, de la invisibilidad femenina…ahí me empecé a interesar por todo ello. Desde entonces siempre he estado defendiendo los derechos humanos y la dignidad de las personas. Esa siempre ha sido una parte esencial en mi vida, tanto profesional como personal.
A XEGA primero la conocí en Madrid, y cuando llegué a Asturias fui metiéndome un poco más la organización a través de los ‘Cafés desviados’ que organizamos una vez al mes. Fui descubriendo los valores y las personas que la formaban y ambos me fascinaron. En la última asamblea que tuvimos me propusieron ser cabeza visible y acepté. Pero aunque ahora sea yo esa cabeza visible, somos una organización muy horizontal, nos gusta trabajar en equipo y creo que formamos un engranaje muy sólido.
«Es sorprendente que Asturias sea una de las pocas comunidades autónomas que no tenga una ley autonómica LGTBIQ+. Barbón se comprometió a sacarla adelante en esta legislatura y, esperamos que lo cumpla»
Como ese rostro más visible de la entidad, ¿cuáles son esos objetivos o esas ideas nuevas que trae para esta nueva etapa en XEGA?
Estamos en un momento muy importante. Se ha creado un gran cisma en el feminismo, y creo que es la hora de seguir debatiendo y repensándose. XEGA es, desde luego, transfeminista y uno de los objetivos es un poco pensar y hacer pensar a la gente, ¿no? Que no se crean ninguno de esos discursos que hay por ahí, que son muy hegemónicos y que están basados en los prejuicios. Esos prejuicios lo que traen es miedo y el miedo agresiones.
Y por otra parte esta el tema de la ley autonómica. Es sorprendente que Asturias sea una de las pocas comunidades autónomas que no tenga una ley autonómica LGTBIQ+. Barbón se comprometió a sacarla adelante en esta legislatura y esperamos que lo cumpla, desde luego todas las organizaciones, no solo XEGA, que estamos implicadas en esta ley estamos trabajando muy duro por que salga adelante.
¿Por qué es tan necesaria?
Lo es porque hay que proteger los derechos que están conseguidos y porque hay que frenar esos discursos de odio de los que te hablaba hace un momento. Es una la ley que va a repercutir en proteger los derechos de todas las personas. Dará entidad a todo lo que nosotros defendemos, para que toda la gente pueda ser y estar como quiera y como le dé la gana. Es una ley que también será muy importante para defender la parte rural y ayudará a crear espacios seguros, que es lo que buscamos, que Asturias sea un sitio para ser y estar sin miedo a que nadie te pueda agredir. Y también quiero hacer alusión a esa parte de ocio, un ocio que va más allá de los bares o la hostelería, que pasa por la cultura y que nosotras también tenemos derecho a disfrutar.
Sus comienzos en el mundo feminista y el colectivo están en Madrid, que tradicionalmente es una ciudad que ha acogido a muchas personas del colectivo que quizá en ciudades más pequeñas o en el mundo rural no se sentían cómodas para ser ellas mismas. ¿Qué ve en común y en qué se diferencia ese Madrid de una ciudad como pueda ser Gijón?
Madrid arquitectónicamente es una ciudad bastante hostil, pero de cara a acoger a gente es verdad que tiene ese lado acogedor. De hecho en Madrid hay muchísimas personas que no nacieron allí y que fueron en busca no solo de trabajo, sino de un lugar donde poder vivir desde el anonimato o desde una tranquilidad. Pero Madrid no siempre fue una ciudad fácil para las personas del colectivo. Ahí está Chueca, que se crea en un primer momento como gueto seguro y que poco a poco fue creciendo hasta lo que conocemos hoy. Sin embargo veo diferencia, por ejemplo, del Madrid que dejé, hace casi una década con el que encuentro ahora cuando voy de visita. Me da la sensación de que los discursos de odio y los discursos contra las personas LGTBIQ+ se han incrementado también allí.
Tengo que decir que desde que me instalé aquí, en Asturias, no me he encontrado ninguna agresión más allá de esa mirada de asco que sí he tenido que sufrir junto a mi pareja alguna vez. Asturias me parece una comunidad muy acogedora y Gijón también lo es. Esto no quiere decir que no haya personas que sí sufran esas agresiones, esos insultos. Pasó, por ejemplo, en la concentración contra la LGTBIfobia, donde dos grupos de chavales se atrevieron a insultarnos. Y lo hicieron allí, de día, rodeados de gente, con toda la impunidad.
«Buscamos, que Asturias sea un sitio para ser y estar sin miedo a que nadie te pueda agredir»
Vamos con la parte política. ¿Cómo están las relaciones con el PSOE gijonés tras el intercambio de acusaciones de las últimas semanas?
Es sabido todo lo que pasó con la declaración institucional que el PSOE se negó a firmar en el Ayuntamiento por estar en contra de la inclusión de ese ‘+’ que se recoge dentro de nuestros estatutos. Les hemos propuesto desde entonces, también antes, varias reuniones, y nos dicen que habrá, sí…pero que con calma. Y es que XEGA lo ha demostrado siempre, estamos en disposición de hablar, de debatir, de discutir desde la tranquilidad, desde la serenidad, pero claro, tampoco nos vamos a sentar con quien nos insulta. Ha habido declaraciones en estas últimas semanas que han sido muy duras… acusar de que debajo de esa ‘Q+’ hay pederastia, que lo queer tiene relación con los vientres de alquiler…es sorprendente. Aún así no creo que con el PSOE lo que haya sea una ruptura, lo que hay es tensión. Y esa tensión no es mala siempre y cuando estemos dispuestos a sentarnos y debatir, pero siempre mientras haya un respeto y ganas de hablar, de debatir, de confrontar, sin ser violento.
También hubo polémica en el Ayuntamiento cuando el pasado año la bandera arcoíris no ondeó por primera vez en el balcón del consistorio durante la celebración del Orgullo. ¿Este año lo van a intentar?
Recientemente el Supremo avaló que colocar la bandera arcoíris en el Ayuntamiento no infringe ninguna ley, por lo que quiero pensar que el próximo año se pondrá en Gijón.
«No creo que con el PSOE lo que haya sea una ruptura, lo que hay es tensión»
Tres deseos para esta nueva etapa que comienza en XEGA.
El primero, sin duda, la aprobación de la ley autonómica. El segundo que cada vez haya más espacios seguros. Que Asturias sea un sitio para poder vivir sin tener miedo a ser nombrada, a pensarte y a ser visible. Y el tercero de los deseos está relacionado con la educación, la formal y no formal. La educación y la cultura tienen para mí un papel clave en la sensibilización y la eliminación de prejuicios. Así que mi deseo iría por ahí, que los profesionales de la educación puedan tener acceso a formación específica para que puedan repensar también. E igual que te hablo de profesionales de educación, también lo hago profesionales de trabajo social, de la psicología, médicas, enfermeras…
Y una razón para que quien esté ahora mismo pensando en si acercarse o no hasta XEGA se decida.
Yo empecé a acercarme a través de los cafés desviados para ver qué se cocía por allí y lo que encontré es un espacio y libre para ser, para estar y para proponer aquellas cosas que se necesiten. Y que además es una cosa muy intergeneracional. Hay gente muy joven, gente más mayor… esa es una de las cosas que más me gustan, ese intercambio entre generaciones, Eso es lo que se va a encontrar quien se acerque: un espacio seguro, de escucha, de acompañamiento y de ocio.